A los grandes problemas nacionales Yucatán sumó los propios. A lo largo de décadas se atendió únicamente el aspecto político y burocrático de la educación. Del antiguo departamento de educación y su descendiente, la Secretaría como hoy la conocemos, salieron los pedagogos, se erradicaron los debates sobre corrientes educativas, los métodos de enseñanza, la didáctica, la pedagogía y la sicología educativa; finalmente los contenidos y los planes vienen de las oficinas centrales en México; en su lugar se hablaba de homologación de tabuladores, de aumento de prestaciones y de días inhábiles, marchas y plantones. De ahí que ahora surja la necesidad de implementar medidas para corregir el rumbo en el estado. No es posible cerrar los ojos ante la situación imperante. Tampoco es posible pensar que se solucionará fácilmente. Reconociendo el estado de cosas se requiere de esfuerzos adicionales para elevarnos.
