Camilo Aznar

 

Quizás el peor restaurante de Mérida sea el llamado Casa de los Abuelos que se encuentra en la Gran Plaza. En cualquier caso ocupa un lugar distinguido en la lista de los malos restaurantes. Después de mi mala experiencia con la música a todo volumen volví. Esta vez mis frustraciones fueron múltiples, avasalladoras. El establecimiento bien podría llamarse Surrealismo, el pan y el café se ofrecen fríos y el agua para tomar caliente. No existe el mínimo cuidado de esos detalles. Las porciones exiguas se agradecen porque muchos de los platos carecen de un sabor definido. Pero nuevamente apareció el problema de la música escandalosa. Ese ruido es contrario al espíritu de una cafetería a dónde va la gente a conversar . La música de restaurante es casi un género.  Lentamente se advierte  como van subiendo las voces los comensales al punto de que parece que se está en una cantina. Pedimos que se le bajara al ruido y que se caletera el café: ni una ni otra petición fueron atendidas. Solicité hablar con el gerente y me dirigí a la mesa donde se encontraba con cierta risa burlona. Sus respuestas me dejaron atónito: no podía bajarle a la música ni se calentaría el café, ambas medidas son las propias del restaurante. Argumenté : no puede usted ser tan hostil con los comensales. Fue inútil, el obedecía órdenes y nada más. Su actitud es incalificable. Se sabe que este tipo de conductas anuncian lo que ocurre en la cocina, en el manejo de las materias primas y los procedimientos. Seguramente por eso en la sucursal de Cancún La Casa de los Abuelos envenenó a una mujer de 62 años y a su pequeño nieto, según dio cuenta detallada la prensa local. Doña Silvia Olguín y el pequeño terminados internados en una clínica con graves complicaciones . No es poca cosa advertir el desprecio por la clientela. Así se les darán a los comensales alimentos descompuestos o elaborados sin el mínimo cuidado de higiene. Y si alguien protesta le escupirán la sopa o el refresco, práctica más común de lo que la gente se imagina. Las autoridades sanitarias deberían practicar una revisión detallada de La Casa de los Abuelos, con seguridad descubrirían aberraciones mucho más graves que la mala atención a los clientes.