Siglo XX

XI

Cinco años después, X.E.Q.W. “Radio Mexicana de Mérida”

Era el año de 1946 en su medianía.

El 1° de febrero, con el beneplácito de todo el pueblo yucateco, había tomado posesión de su cargo de Gobernador Constitucional del Estado el Profr. José González Beytia, un ciudadano de reconocidas dotes como amable, de finas y buenas costumbres, de una educación extraordinaria y, además, un político honesto, lo que le propiciaba ser apreciado por todas las clases sociales; fue electo para el sexenio 1946-1952, pero no terminó su mandato debido a divergencias con el entonces Presidente de la República, Lic. Miguel Alemán Valdés, quien se entercó en que el próximo Gobernador de Yucatán fuera el señor Tomás Marentes Miranda, originario de Campeche.

La radiodifusión por aquellos tiempos continuaba cada día más interesante y con mayor auditorio. Sus productos artísticos y técnicos ya figuraban en el eco de las principales difusoras de la capital de la República: Nicolás Urcelay, Rosa María Alam, Beatriz Eugenia, Carlos Lico, Luis Demetrio, Imelda Miller, Ofelia Medina, Wello Rivas, Guty Cárdenas, y más adelante, Los Montejo, Los Caminantes, Los Yucas, Los Aragón, María Medina, Los Dinners y las orquestas de José Gamboa Ceballos y Rubén Darío Herrera Martínez, ya triunfaban como figuras de primera, lo mismo que los locutores Luis Cáceres Novelo, Ricardo López Méndez, Arturo de Córdova, Emilio Esquivel Puerto, Humberto G. Tamayo, Rubén Zepeda Novelo y, más para acá, Ramiro Gamboa Pérez, Rubén Marín y Kall, Raúl Escamilla Ramírez, Emilio Valencia Zavala, Federico Iván González Menéndez, Enrique Rodríguez Cirerol, Jorge Alberto Riancho y quizá uno que otro más.

Aunque la radio yucateca, como antes dijimos, ya había rendido positivas figuras, su cobertura seguía siendo pequeña debido a la potencia de sus transmisiones, de acuerdo con las concesiones federales.

Por esta razón don Perfecto Villamil Cicero, propietario en sociedad con los señores Fernando Ponce y Ramiro Gamboa, padre del locutor del mismo nombre, de la radiodifusora X.E.M.H., propuso disolver esa sociedad, desapareciendo la emisora citada anteriormente.

Don Perfecto, ya que tenía muy buenas relaciones con Don Emilio Azcárraga Vidaurreta, llamado el Zar de la Radio de México, se asoció con él y juntos solicitaron y obtuvieron una nueva concesión para la ciudad de Mérida de una emisora con potencia suficiente para abarcar toda la península.

Terminaba así la era de los transmisores construidos totalmente en Yucatán, muestra indiscutible de la capacidad y vastos conocimientos que, en la materia de radiodifusión, poseían nuestros modestos pero valiosos ingenieros locales que los habían construido, repito, empleando elementos rudimentarios pero, al propio tiempo, con una enorme creatividad. Ellos fueron, y los hemos mencionado en páginas anteriores, Julio Molina Font, Gonzalo Marín Rivero, Arturo Piña Pérez, Eduardo Maldonado Brito, Lázaro Achurra Suárez, Hernán Padrón Mangas, Álvaro Barquet Lugo, Manuel Arias Luján, Salvador de Garay, Manuel Zapata Espinosa, Juan Montalvo y algunos más que seguramente olvido. No he mencionado a los anteriores en riguroso orden cronológico, que conste eso, y también que todos y cada uno de ellos tiene un sitio de honor en la historia de la Radio en Yucatán, por su contribución al desarrollo de la misma.

Pues bien, formalizada la sociedad entre don Perfecto Villamil Cicero y don Emilio Azcárraga éste, representado por su organización denominada Radio Programas de México cuyo director general era un caballero regiomontano, don Clemente Sorna Martínez, obtuvo la concesión para operar una radiodifusora con las siglas X.E.Q.W., letras que, por cierto, le habían concedido a la Cadena Radio Continental y que el señor Azcárraga, con sus influencias, logró le quitaran pues eran ni más ni menos las iniciales de sus famosas y muy queridas X.E.W y X.E.Q., su hermana menor.

En tanto, en esta ciudad de Mérida, el ingeniero Arturo Piña Pérez, técnico de la emisora a inaugurarse, daba los últimos toques al terreno en el que se instalaban las antenas, situado en la colonia Azcorra, a la caseta en que funcionaría el transmisor, y a otros detalles relativos a su cargo, mientras un empleado del señor Villamil Cicero supervisaba el predio de la nueva estación de radio.

Para la naciente X.E.Q.W. se había comprado en los Estados Unidos un potente y moderno equipo R.C.A. Víctor, que se componía de transmisor, tornamesas, consola y demás complementos de estudio, primer equipo importado que se utilizaba en nuestra radiodifusión, mismo que comenzaría a operar el día del estreno oficial de la emisora. Pero, siempre hay un pero; vencido el plazo concedido para la inauguración sin que el flamante equipo estuviera en manos del Ing. Piña Pérez, el técnico tuvo que emplearse a fondo y adaptar un transmisor por él construido, para poder salir del compromiso y cumplir.

Así, el 1° de febrero de 1947, exactamente a un año de haber tomado posesión como Ejecutivo del Estado, el profesor José González Beytia dirigió un mensaje a la ciudadanía yucateca por los micrófonos de la nueva X.E.Q.W. “Radio Mexicana de Mérida” declarándola formalmente inaugurada y deseándole larga vida.

La Q.W. salió en la frecuencia de 1270 kilociclos y con 205 watts de potencia en antena, trabajando así hasta el año siguiente, 1948, en que comenzó a funcionar el equipo transmisor R.C.A. Víctor, con lo que la frecuencia se bajó a 550 kilociclos y la potencia se aumentó a 5,000 watts.

La X.E.Q.W. estaba ubicada en la calle 64 número 526 entre 65 y 67. El edificio constaba de amplias y funcionales oficinas en las que laboraban con el señor Villamil Cicero, el contador Miguel Azcorra y la secretaria Lucrecia Torre, señorita muy competente como el señor Azcorra; ambos, pasado un tiempo, contrajeron feliz matrimonio. La discotecaria, igual de competente, era la señorita Carmita Horta; otro oficinista de primer orden era Carlitos H. Piña Pérez, hermano menor del ingeniero Arturo y capaz como él; todo un personal de oficina de gran categoría y caballerosidad.

Los locutores: Alonso López Méndez, Isidro González Sarmiento, Raúl Castillo Cecías, Luis Torres Montes de Oca, Jorge Castillo Medina, Raúl Escamilla Medina, Miguel Sánchez Pérez, José Valerio Ek Canul, y el también inolvidable amigo y compañero Raúl Gutiérrez Muñoz, que a más de locutor tenía su programa de noticias sociales con el seudónimo de Mr. Chips. En esta emisora, también comenzó el comentarista crítico de cine Enrique Rosado que, con el tiempo, en la capital mexicana, llegó a destacar en esta rama.

Comentaristas deportivos Hugo León Garma y, comenzando, Jorge Blanco Martínez. El juego inaugural del Carta Clara, entre “Alas Rojas” de Rochester y Selección Napoleón Guerra, fue transmitido por la Q.W.

Los radiooperadores de consola fueron Jorge Zapata, Gonzalo Rejón Nevero, René Moguer, el muy apreciado Agustín Worbis “El Alemán” y el gran amigo y excelente y cuidadoso Jorge Bermejo Domínguez, quien fuera operador de audio del Canal 13 local donde, como en la Q.W., gozó de estimación y el respeto de los compañeros trabajadores de nuestro siempre preferido medio televisivo, preferencia que compartimos con la mayoría de los televidentes yucatecos, los que saben distinguir lo bueno de lo amañado y lo sincero de lo emboscado. De ahí la primicia de nuestro Canal 13 local. Enhorabuena y adelante.

La Q.W. empleaba como vigilante de planta, que de la colonia Azcorra pasó a los terrenos de la Cervecería Yucateca, a Panchito Villanueva y Luis Flores, ambos muy cumplidos en su labor.

También había una prestigiada agencia de publicidad, a cargo del magnífico dibujante Mario Ceballos Ancona, en la que se elaboraban textos comerciales, diseños para la prensa, placas para cines, y otro tipo de trabajos para propaganda comercial para periódicos, radiodifusoras y cinematógrafos. Aún no salía la televisión y, por consiguiente, estos eran los únicos medios de difusión.

La X.E.Q.W. “Radio Mexicana de Mérida”, por su liga con el señor Emilio Azcárraga, presentaba constantemente a los mejores artistas mexicanos como Tito Guízar y sus Caporales; Amalia Mendoza “La Tariácuri”, Marco Antonio Muñiz, el gran Jorge Negrete, Lucha Villa; las hermanas Paz y Esperanza Águila con Alvarito al piano; el Mariachi México de Pepe Villa; las orquestas de Ernesto Riestra, José Gamboa Ceballos, Paco Treviño, Juan García Esquivel, Evaristo Tafoya, Sonora Matancera y Pablo Beltrán Ruiz, entre otros elementos. Era un admirable espectáculo contemplar y escuchar a estos geniales artistas, actuando en el imponente Teatro Estudio “Azul y Plata”, exactamente igual al así llamado también que existía en la X.E.W., “La Catedral de la Radio”, ubicada en Ayuntamiento 54 de la ciudad capital mexicana y que era el más grande orgullo de don Emilio Azcárraga Vidaurreta, el mayor hombre de la radio y televisión en nuestro país.

De los artistas locales, actuaban en la Q.W. Los Tres Guajiros, el dueto Imelda y Ketty acompañadas por el conjunto de Judith Pérez Romero; Los 3 Yucatecos de Pepe Villamil; Orlando Cortés, “El Caballero de la Canción” con el acompañamiento de Rubén Estrada al piano; las Hermanas Osorio; el dueto Alonzo Torre, Juan Acereto Manzanilla y sus trovadores del Mayab; Betty Semerena; el dueto integrado por Pastor Cervera y Coki Navarro, lo mismo que orquestas, conjuntos y artistas regionales que actuaban en otro también amplio y confortable estudio sumamente elegante, limpio y decorado con fotos de famosos y consagrados elementos que dieron fama y prestigio a la radio mexicana.

En la sociedad Villamil Cicero-Azcárraga Vidaurreta, el primero era poseedor del 51% de las acciones de Radio Mexicana de Mérida. Quizá sintiéndose enfermo y cansado (se decía que don Perfecto padecía de una grave afección en un pulmón), el señor Villamil Cicero ofreció sus acciones en venta a don Emilio, que no las compró sino que, para que Villamil pudiera obrar con libertad, le cedió a un precio accesible su parte de las acciones.

Pasando un breve tiempo, el señor Villamil le vendió la X.E.Q.W. al radiodifusor Rafael Cutberto Navarro, dueño de varias difusoras agrupadas en Radio Cadena Nacional. Posteriormente la Q.W. fue adquirida por Organización Radio Peninsular, propiedad del inolvidable compañero Rafael Rivas Franco, y fue trasladada al edificio de la calle 64 número 498, donde ya funcionaban la X.E.F.C. y la X.E.R.R.F. de lo que le hablaré en el siguiente segmento, ¿de acuerdo?

Gracias a Jorge Bermejo y a Eduardo Maldonado por su ayuda cuando realicé mis investigaciones sobre la Radio en Yucatán.

Dos distinguidos locutores: Don Raúl Castro Cecías y Don Fernando Sarlat Sarlat, puntales de la Radio en Yucatán

Dos distinguidos locutores: Don Raúl Castro Cecías y Don Fernando Sarlat Sarlat, puntales de la Radio en Yucatán

Dos distinguidos locutores: Don Raúl Castro Cecías y Don Fernando Sarlat Sarlat, puntales de la Radio en Yucatán

La gran actriz Leticia Palma y el Locutor Rubén Eloy Ocampo en un aniversario de la X.E.V.T. de Villahermosa, Tabasco (1955)

La gran actriz Leticia Palma y el Locutor Rubén Eloy Ocampo en un aniversario de la X.E.V.T. de Villahermosa, Tabasco (1955)

Rubén Eloy Ocampo Escamilla

 

FUENTE: http://www.diariodelsureste.com.mx/historia-de-la-radio-en-yucatan-siglo-xx-xi/