Los años veinte fueron de ruptura y liberación. Por eso fueron tan alegres e intensos. En esta década, y en la siguiente, surgieron mujeres que asombraron por su espíritu transgresor, a este grupo perteneces: Frida Kahlo, Pita Amor, Nelli Campobello, Carmen Mondragón y Elena Garro, entre otras. Ellas han contribuido a que la Ciudad de México sea una de las ciudades más liberales del mundo entero. A esta condición han colaborado también los poetas de Contemporáneos y los muralistas mexicanos. Ciertamente en la capital del país no se puede consumir marihuana por divertimento, sin embargo a finales de los años veintes varios pintores mexicanos le enviaron una carta al señor presidente para que se aprobara el consumo libre de la droga: “por el bien del arte”. Ni entonces, ni ahora se ha aprobado el consumo de la marihuana, llamada “la droga asesina”. Muchas de estas mujeres terminaron marginadas y con graves problemas económicos: así terminó Elena Garro, sin embargo en su caso hay que hacer algunas distinciones:
-A más de 70 años Elena Garro seguía siendo violentamente femenina y por eso muy seductora.
– Nunca, ni en los últimos días de su vida, se rindió ante la autocompasión ni a las lágrimas. Las últimas imágenes la muestran en una bata mínima, casi raída, ella que amaba los abrigos de pieles y las capas dragonas, pero con un rostro impasible y en todo caso más duro que adolorido, aunque sí solía decir que le daría un borrón a su vida. Decía que se había casado con un hombre que era muy guapo y parecía muy bueno pero que le resultó “un mula”; por otro lado a su hija le procuró las mejores escuelas, los mejores trajes y las mejores fiestas pero le resultó y hacía un gesto de bebedora.
-En ese carácter indómito y rebelde podemos encontrar su vocación de narradora. Así nos lo dice Vargas Llosa quien sostiene que de la rebeldía contra la realidad nace la necesidad de fabular. Elena empezó haciendo trabajos de periodista, pero sin dejar de ser muy rebelde: se disfrazó y entró como interna a una correccional de mujeres y su reportaje hizo que cayera la directora .
-Su vocación libertaria y su trabajo literario hacen al personaje muy atractivo y digno de ser estudiado.
-Todos los novelistas , de una manera o de otra, llevan su vida a la literatura, pero muy pocos llevan la literatura a su vida. Se ve como Elena llevó su vida a sus narraciones en Verónica de Reencuentro de Personajes; Mariana de Testimonio sobre Mariana; Inés de la novela del mismo nombre; y en Andamos Huyendo Lola. Pero en Elena Garro se nota la importación de la ficción a la vida a niveles sorprendentes , alucinantes. Algunos ejemplos:
-Su matrimonio con Octavio Paz. Sostuvo hasta los últimos días de su vida que Paz y sus amigos la llevaron engañada al Registro Civil para casarse. Decía que en la puerta de la preparatoria, San Ildefonso, la abordó Paz con sus amigos, ella opuso un argumento: tenía examen de latín. Pero la llevaron y ya en la ceremonia se enteró que se estaba casando. Esto es absolutamente falso, desde que no es creíble que a una mujer como Elena se le llevará engañada a ninguna parte hasta el hecho de que en esa época se iniciaba el trámite para el matrimonio desde días antes. Repetía una historia: soñaba que subía con sus primas, todas muy “monas” vestidas “como de organdí”, una colina y que al llegar se encontraban con una mesa y un cura; una de sus primas le decía: “aquí te vas a casar” y ella se negaba, pero le insistían: “aquí está tu novio”, viraba y se encontraba con un burro.
-Su divorcio. Durante un época sostuvo que si su matrimonio fue producto de un engaño ante su inocencia , su divorcio fue igual. Argumentaba que su divorcio era ilegal.
-Paz y su obra. Sostenía que Octavio la bloqueaba como escritora. Bien se sabe que ella había declarado que todo en su vida lo hacía contra Paz, de ahí esta mentira. Fue Paz quien llevo Los Recuerdo del Porvenir al editor y calificó la obra como perfecta.
-Su relación con el escritor Adolfo Bioy Casares. Aún casada con Paz mantuvo, en París, una relación con el extraordinario escritor Adolfo Bioy Casares, quien estaba casado con Silvina Ocampo. Bioy le escribió unas cartas desgarradoras, vibrantes de amor. Cuando Bioy ya estaba en Argentina Elena le mandó desde París unos gatos con el pretexto de que no tenía espacio para ellos. Bioy mandó a esos gatos a una de sus estancias. Cuando Elena supo el destino de su envío rompió toda relación con Bioy. Elena le había pedido a Bioy que él y Jorge Luis Borges felicitaran a Gustavo Díaz Ordaz por lo ocurrido el 2 de octubre, según consigna el escritor en su diario. Otro dato sorprendente. En la Antología de Literatura Fantástica de Bioy, Borges y silvina, fue incluido un fragmento del Hogar Sólido de Elena Garro, único texto de un mexicano en ese volumen.
-Pero lo peor e incomprensible es su participación en el dos de octubre. De tiempo atrás Elena se había puesto a defender a algunos campesinos de Morelos. Se metida en conflictos pero estaba segura de que nada le pasaría porque era rubia. Esta fue una obsesión que aparece en su obra como bien nos muestra Elena Poniatowska. Su relación con los hechos del 68 no parece ser de trascendencia, a pesar de lo que dijeron los diarios de la época. Sus acusaciones a un grupo de intelectuales parecen estar fuera de lugar. Lo que resulta sorprendente es una relación con don Fernando Gutiérrez Barrios, el policía político más celebre de México. Existen documentos que la presentan como informante del gobierno. Elena mantuvo su amistad con el siniestro Gutiérrez Barrios a quien llamaba mi D´artanian. Con esta información no es fácil comprender porque salió huyendo de México, convencida de que era víctima de una persecución. Para ese entonces ya había demasiada irracionalidad en su vida. Demasiada fábula. Seguía su obsesión contra Paz , sentimiento que trasladó a su hija, que ya adulta se refirió a su padre como “viejo cabrón, hijo de la chingada”. Los últimos treinta años de su vida sostuvo esta postura frente al 68, llegando a decir que a ella le echaron la culpa de los sangrientos hechos. Los críticos literarios no aconsejan estudiar la vida de los autores sino centrarse en sus obras. Pero en casos como el de Elena Garro es necesario crear un género que nos permita estudiar y construir la literatura que hay en sus vidas: los capítulos y la entraña misma de la fabulación. Vale la pena para comprender a los autores que llevan la literatura a su vida.
-Se dice que Garro, con su novela Los Recuerdos del Porvenir, fue pionera del realismo mágico. Antes que ella se ve más clara la aportación de Juan José Arreola y, desde luego, la de Juan Rulfo. Sin embargo la gran aportación de Garro fue el uso de los diálogos y las mudas del narrador. Nadie había empleado esas técnicas de artesanía literaria como ella. Debo hacer una digresión: hace algún tiempo, mientras cenábamos, Noé Jitrik me dijo que no habían técnicas literarias sino experiencia literaria y lanzó una espectacular disertación sobre el tema con ejemplos incluidos. En este sentido Elena muestra una gran experiencia, es decir el haber leído mucha y muy buena literatura. Lo cierto es que antes de ella nadie había escrito así en México. A pesar de que estos recursos literarios aparecen en El Quijote en México no eran usados antes de Garro. Con un lenguaje pulcrísimo y algunos giros poéticos la narración es estupenda. Los Recuerdos del Porvenir, es sin lugar a dudas una de las mejores novelas escritas en lengua castellana.
Por libertadora y por su obra Elena Garro merece ser estudiada y recordada. Cumpliendo con una de sus frases hoy la hemos revivido porque ella fue recuerdos y los recuerdos que de ella se tengan.