Los regionalismos en Yucatán son muy fuertes y provienen tanto de los arcaísmos castizos como de derivaciones que a lo largo de los siglos se han definido con precisión. El verbo venir es conjugado como regular en sus inflexiones venistes y venimos, viniste y vinimos, estos son arcaísmos que perduran en el pueblo, así como trajieron , trajiera, dijeron, dijera. El uso del verbo tener como auxiliar es muy común en la forma de hablar del pueblo: «Lo tengo visto», «Tengo leída tu carta», «Me tiene sucedido», estas expresiones son rechazadas por las presuntas clases cultas por considerarlas equivocadas, sin embargo constituyen un caso de supervivencia de forma y giros genuinamente castizos entre algunos pueblos de América aprobados por la Academia de la Lengua. Los adverbios ultimadamente y ahí, en su acepción regional, también provienen de ciertos arcaísmos, este último con un sentido muy peculiar: «Aí le entregué los libros a tu hermana», «Trae aí esas silla», «Aí te traje esto» o «aí se que no sé qué hacer», «aí sí que se molestó entonces», «aí si que me pegaste una embromada». La letra a se convierte en adverbio en algunos modismos populares: «A se lo digo a tú mamá», «A te doy cinco cintarazos», «¿A se lo dices?». Masí es una voz formada por más y si y era de empleo frecuentísimo en el habla popular: «Masi ya lo sabe», «Masi tu cogiste ese dinero», «Masi ya llegó Roberto»; esta expresión también solía usarse en forma negativa: «¿Masi no es verdad?» o «¿Masi no me quieres?».
El uso del entre en el habla popular es muy particular: «Llegará entre una semana», «Seguro que entre un rato lo hace»; otro tanto se puede decir del siempre: «Le dije que siempre no se lo vendía», «¿Te quedas por fin? –siempre no–». La voz ainas se emplea con significado de «por poco»: «Ainas me mata», «Ainas me deja el camión». El significado especial de la palabra ahora en la región era de uso constante: «Ahora un año fue cuando se murió», «Ahora un mes que fui en el pueblo». En estos casos suele usarse ahora, aurita y otras derivaciones. El alante por adelante es todavía muy empleado: «Siéntate ahí alante con el chofer». Una expresión que solía usarse con frecuencia entre las clases populares era ¿Qué no?, así en interrogación que se producía al final de una afirmación: «Ayer llegó mi prima, ¿Qué no?», «Si fue él, ¿Qué no?». De llamar la atención era el empleo del «eso de» indicando probabilidad o proximidad: «Eso de ayer se fue», «Eso de mañana dice que lo va a ver».
Son tan abundantes las voces y las particulares construcciones que se dan en la región que han merecido tratados especiales de varios estudios. El ilustre Don Antonio Mediz Bolio, en su discurso al tomar posesión como académico de la lengua, hizo una hermosa semblanza del español que se habla en Yucatán, basado en los estudios eruditos de Don Víctor Suárez Molina. La celebrada pieza de oratoria del poeta yucateco contribuyó a la idea de la riqueza y el ingenio para expresarse de los habitantes de la península, lo que produjo que otra vez se volviera los ojos sobre el español que se hablaba en Yucatán. Recientemente otro poeta Don Fernando Espejo Méndez realizó un ensayo sobre los modismo usados en el estado, otro tanto ha hecho el Lic. Carlos Castillo Peraza. Sin embargo las formas de hablar de los pueblos cambian con el tiempo y en esta época, de explosivas comunicaciones, cambia más. Ciertamente los pueblos de habla hispana han desarrollado distintos dispositivos para defender la riqueza de su idioma, las batallas son frecuentes y los resultado no son siempre favorables.
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