En el informe gubernamental de 1893 se dice que ese año se produjeron 20 360 barriles de aguardiente. Varios informes hablan de la cantidad de producción que servía como materia prima en la producción de aguardiente. A finales del siglo XIX se defendía la producción de aguardiente porque favorecía al erario y a los jornaleros del campo que de esa manera se refrescaban ante el clima tan caluroso. Los alambiques, de acuerdo a su tamaño, se dividían en una pipa, media pipa, un tercio de pipa y un cuarto de pipa. Una pipa equivalía a  432 litros. En las principales destilerías se usaban alambiques importados, muchos de estos alambiques estaban junto a los trapiches o ingenios.

En 1883 los alambiques se distribuían de la siguiente manera:

ZONA NOROESTE

Mérida           4

Progreso         1

Maxcanú        2

Acanceh          4

Total             11

ZONA DEL CENTRO

Motul                 2

Izamal                 4

Sotuta                 1

TOTAL                  7

ZONA SUR

Ticul                        3

Tekax                     10

Peto                          5

TOTAL                    18

ZONA ORIENTAL

Espita                      6

Valladolid                4

Tizimín                     3

TOTAL                    13

GRAN TOTAL         49

 

Por los años sesenta del XIX el muy importante comerciante don Pedro Leal Gamboa en su negociación mercantil llamada El Elefante tenía una magnifica destilería. Era considerada la mejor destilería del estado. Otra casa comercial, la de Ferrol y Cía, tenía una respetable destilería. Se fabricaban aguardientes de distintas graduaciones y tipos. Básicamente las graduaciones eran de 20 y 21 grados. Y se hacían: anisados, anisadillos, habaneros, rones, anìs amargo y en Valladolid se hacía el celebérrimo anís hecho con miel de abaje obtenida de la floración del xtabentún.

Entre los principales fabricantes de aguardientes de finales del siglo XIX están:

  1. Cámara y Cía

Cano Diego y Cía

Fernando Barbachano Bolio, S en C

 

En el interior del estado estaban la de J. Espejo Méndez en Ticul y la de Carlos Castillo   en Tekax.