Desde el siglo XIX el enfrentamiento entre liberales y conservadores fue severo. Quizás el origen de todo nace con la fundación de Mérida, una ciudad para blancos. Solo dos ciudades tenían nombre español: Valladolid y Mérida, ambas muy seguras de su naturaleza blanca. Quizás se gestó  en la entraña del pueblo un espirìtu conservador, que se exaltó en La Guerra de Castas,  se fortificò con las acciones de la revolución que vino de fuera, los asaltos a los templos y las expropiaciones de las haciendas. Todo esto afrentò a la mayoría del pueblo yucateco. Felipe Carrillo Puerto fue un caso de los veintes que finalmente no era tan socialista: protegió a Edward Thompson, el saqueador de Chichén Itzá. Finalmente nadie alzó la voz para defenderlo mientras estuvo preso antes de ser cobardemente asesinado. El monopartidismo no pudo eliminar el discurso de los conservadores, discurso que se habìa enriquecido con la demanda de la democracia y con expresiones como: “por una Patria ordenada, generosa y justa”.  Se volvieron enfrentar los liberales vueltos revolucionarios con los conservadores. A mediados de siglo la intervención ruda del centro de la Repùblica en el asunto del agua potable disgustò a los yucatecos. Aclaremos: de tiempo atrás había una población que podía transitar con soltura sus simpatías del PRI al PAN y viceversa, mudas que se daban de acuerdo a las circunstancias. El abanderado panista de esa época fue el legendario Vìctor Manuel Correa Rachò , abogado con gran prestigio en la sociedad meridana que había sido alcalde de Mérida. Pero el PRI dio una muestra de su proverbial talento de aquellos años y seleccionò a un candidato con convocatoria universal , esto es: podría lograr migraciones de simpatizantes panistas al PRI, asi lo hizo. No se dice  que Loret de Mola le haya ganado a don Vìctor Manuel, se sostiene que logró dar la batalla frente a la fuerza avasalladora del PAN de aquellos años y poder entrar al Palacio de la 61. Otro caso histórico lo constituye el triunfo del Ing. Federico Granja Ricalde sobre Ana Rosa Payàn Cervera, mujer importante en  la política local. Se decía, a èl no le gustaba mucho, que Federico Granja “era el màs panista de los priistas”. Lo cierto fue que gozaba de la universalidad  para atraer a muchos panistas. Víctor Cervera Pacheco fue un líder extraordinario , fuera de toda clasificación.Rolando Zapata no atrajo votos panistas , contò con un adversario con poca presencia que aun asì sacò un buen número de votos. En las elecciones del 2018 el PRI cuenta con un candidato de atracción universal: Pablo Gamboa Miner. Pablo puede hablar como panista, vestirse como panista, abordar los problemas y la atención a la gente como panista, sin dejar de ser un contundente priista de estirpe.  Quizás no sea el único que puede vencer a la impresionante fuerza del PAN, pero tiene el perfil para hacerlo sin quebrar a la sociedad. Otro candidato con perfil universal puede ser Jorge Carlos Ramírez Marín. Tener esta cualidad no es garantía de hacer un buen gobierno. Por otro lado los candidatos que no tengan una convocatoria tan amplia pueden ganar e inclusive hacer un muy buen gobierno.  La realidad es que la naturaleza conservadora del pueblo de Yucatán tiene que ser tomada en cuenta a la hora de elegir candidatos y hacer campañas.