La historia de todos los pueblos, en todas las épocas, requiere ser vista a través de los grandes protagonistas que la transforman. En el caso de la historia de la medicina en Yucatán es imprescindible detenerse en dos nombres, Sauri y Guzmán, los padres de la medicina moderna en Yucatán.
Ricardo Sauri Suárez nació en Tizimín en Mayo de 1844, realiza sus primeros estudios en Belice, Honduras Británicas, que posteriormente prosigue en el Spring Hill College de Nueva York y se gradúa de médico en la Universidad de ese mismo estado, haciendo sus prácticas en el Hospital Bellevue. El joven médico Sauri prestó sus servicios como ayudante de cirujano durante la Guerra de Secesión en los Estados unidos. Se traslada a París donde realiza un curso completa hasta doctorarse en 1868. Retorna a México y, antes de radicar en Mérida, ejerce en Tabasco y Chiapas. Ya en su Yucatán natal se hace cargo del Servicio de Cirugía y Partos del Hospital General, cargo que desempeño a lo largo de tres lustros.
Con Ricardo Sauri se inicia en Yucatán una era de renovación de gran trascendencia, no sólo en en la Escuela Quirúrgica en la que tanto se destacó sino en toda la práctica médica. Antes de la llegada del Doctor Sauri las intervenciones quirúrgicas en Yucatán se limitaban a extirpar abscesos y amputaciones que no tomaban en cuenta ni la asepsia ni la antisepsia aun no definidas por Pasteur y experimentas por Lister, eran épocas en que se usaban as hilas y los ungüentos que propiciaban infecciones que resultaban mortales.
Sauri fue el primero que creó la especialidad de anestesia general persiguiendo el que hubiera un médico en condiciones óptimas para prodigar el anestésico; influyó en el uso del cloruro de etilo, adminstrándolo por primera vez el Dr. Ermilo Solís Alcalá en la persona de don Mauricio Ayuso para un trabajo odontológico realizado por el Dr. Miguel J. Monforte.
El Dr. Sauri durante largo tiempo estudio con tesón la rama Oftalmológica, habiendo operado múltiples cataratas; introdujo en nuestro medio la operación Pteriguin, la enucleación ocular, el restablecimiento del color de la córnea con tinta china y la iridectomía. En cirugía general hizo los primeros raspados uterinos, la uretrotomía interna, la curación radical del hidrogene, la talla hipogástrica, la litorricia y otras más; introdujo también la vía hipodérmica para la administración de los medicamentos, avance valioso en la lucha contra el dolor y la muerte.
No puede verse a Ricardo Sauri sino como un apasionado de la medicina que conjugó sus talentos y sus energías en el beneficio del avance médico en Yucatán, así fue como después de varios viajes a París trajo innovaciones en l campo quirúrgico: el trépano, la histerectomía vaginal, la histerectomía abdominal total, la ovarectomia, la desarticulación de la cadera. Fundó el primer sanatorio, en el año de 1890, con el nombre de Casa de Salud del Estado de Yucatán.
El Doctor Sauri inició una revolución que cobró dimensiones con la integración de otra figura prominente de la historia de medicina en Yucatán, Don Saturnino Guzmán Cervera, sin lugar a dudas el mejor médico del siglo XIX y de las primeras décadas del siglo XX en Yucatán. Nacido en Hecelchakán en año de 1860, después de brillantes estudios se gradúa en Mérida en 1882; pero el joven Saturnino pretendía más, así es como sale para Europa donde vuelve a estudiar la carrera de medicina graduándose en 1886.
De horizontes abiertos el Dr. Guzmán asiste a los mejores hospitales de Europa: en Viena, Berlín y Hamburgo escuchando lecciones de Quenu, Farabeuf, Gilbert, Trelatt, Berger, Pajot, Tarnier, Netter y otros sabios de la época. Se dice que Saturnino Guzmán escuchó las clínicas de Bilroth, teutón considerado en aquellos años como el más grande cirujano del mundo, vio a otras grandes celebridades de la ciencia y el arte quirúrgico como Albert, Capossi y Breman. Llegó a Mérida en el año de 1887 iniciando, como puede intuirse, una labor quirúrgica brillante a partir de la primera operación de apendicitis supurada en un niño.
Guzmán Cervera introdujo en Yucatán el método científico de casos para el estudio clínico de cada paciente. Esto hoy, por obvio, parecerá intrascendente, pero en su momento representó un transformación significativa, ya no se trataba de criticar los arcaicos procedimientos par diagnosticar, ni de ensayar otros, sino de utilizar el interrogatorio, la inspección, la palpación, la auscultación, la percusión, la hoja clínica y otros más. También introdujo la canalización de las cavidades susurrantes con tubo de caucho, la dilatación uretral con bujías de Beniqué, la traquiotomía, la operación del absceso hepático, la apendectomía y la anestesia local entre otras muchas cosas. Otra de sus grandes aportaciones estuvo en los campos de la asepsia y antisepsia que como ya hemos dicho, habían definido dos beneméritos de la humanidad, Pasteur y Lister.
El Doctor Guzmán fue maestro de la Escuela de Medicina donde pudo crear toda una escuela quirúrgica en yucatán. Se ha dicho que con el binomio Sauri-Guzmán se inicio la medicina científica en Yucatán, desterrándose el emprimo que prevalecía. Lo que con seguridad puede asentarse es que estos dos médicos hicieron a la medicina yucateca, por primer vez, contemporánea de las más avanzada del mundo.
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