El tabaco está íntimamente ligado a la fundación de algunos de los pueblos del sur de Yucatán. La explotación del tabaco confirma la tesis de que el trabajo y en especial la industria constituyen el factor clave para la fundación y el crecimiento de pueblos y ciudades, tal como lo vimos en la Revolución Industrial y en la era henequenera en Yucatán. En La Colonia el cultivo del tabaco estuvo por el sur de lo que hoy es el Estado de Yucatán y varios poblados se fundaron por eso. El tabaco era una actividad reservado al rey quien contrataba el cultivo, a quienes se los contrataba se llamaban “contratistas” y los plantíos eran conocidos como las “vegas del rey”. Desde luego que inmediatamente hubo “vegueros” clandestinos que crecieron mucho. Los ranchos de las “Vegas” llegaron a tener tanta población que tuvieron que convertirse en pueblos. Después de la Independencia el cultivo del tabaco quedó libre, sujeto únicamente a un impuesto por cada mecate de siembra. En 1835 el señor Manuel Pérez Correa trasladó su residencia de los Chenes a Tizímin llevando semillas mejoradas de tabaco y a “vegueros” que difundieron el cultivo por toda la zona de Tizímin. Parte del disgusto de los indígenas sublevados en 1847 fue el aumento de las tierras cultivadas de tabaco, como las de azúcar, en detrimento de las milpas sagradas del pueblo maya. Más aún, durante la Guerra de Castas se ocupaban las milpas abandonadas por los indígenas para sembrarlas con tabaco. En 1885 el cultivo del tabaco se encontraba así:
mecates
Progreso 300
Temax 30
Izamal 5
Ticul 930
Tekax 500
Peto 104
Tizímin 525
TOTAL 2,394