Abriendo el siglo XX el gobierno federal decretó la separación del hoy Estado de Quintana Roo de Yucatán. Se trataban de 50 843 km2 de su antigua superficie, incluidas sus históricas y bellas islas. Gobernaba el Estado en político conservador Francisco Cantón y, según Mediz Bolio, “con su benemérito gobernante” el pueblo de Yucatán realizó una protesta. Pero en realidad llama la atención de la manera en que serena en que se tomó este despojo que era un golpe fuerte a la economía del Estado. Cierto, se venía de un guerra sangrienta en la que a los indios rebeldes se les había ubicado en lo que hoy es Quinta Roo. Quizás los yucatecos de principios de siglo veían esos terrenos como ajenos a la identidad. Tanto más cuando el Gral. Cantón peleó contra los indios levantados. Aunque el golpe recordó pasadas confiscaciones: Belice que llegó a ser en la Colonia el honor de Su Majestad Católica y la separación de 50 952 km2 para la erección del Estado de Campeche. Lo que sí ocurrió fue que este despojo incremento los recelos de Yucatán al gobierno federal.