Cantinflas. El cine en Mérida en los años cuarenta

Estos años fueron los años de la Segunda Guerra Mundial. En ellos se dieron varios cambios en el cine norteamericano, en consecuencia, en el cine mexicano. La combinación de una serie de factores da lugar a una «Era de Oro» del cine mexicano. la producción se incrementa notablemente y se logran éxitos internacionales gracias a la depresión en que se encontraba el cine estadounidense. De ahí que la oferta aumentara considerablemente. Desde luego no hay que disputarles méritos a directores como Emilio Fernández, Juan Bustillos Oro, Julio Bracho, los hermanos Rodríguez y otros; y en los mismo términos podemos hablar de nuestros actores, guionistas, productores y técnicos. A lo largo de los años cuarenta existieron en Mérida los siguientes cines: Cantarell, Peón Contreras, Colonial, Novedades, Principal, Encanto, Rialto, Esmeralda, San Juan Alcázar. Y en ellos se pudo ver: «Madre a Fuerzas» con María Conesa «La Gatita Blanca», Tomás Perrín y Susana Guisar; ¡Qué Viene mi Marido! con Arturo de Córdova y Beatriz Ramos; «La Avenida de la Tentación», con la gran Ginger Rogers; «La Torre de Londres» con Basil Ratbone y Boris Karloff; «Mi Vida o la Tuya» del prodigio que fue Shirley Temple; «La Selva Negra» con Douglas Fairbanks, quien por cierto estuvo de visita en Yucatán. En el Principal la entrada costaba 30 cents. luneta y 20 cents arriba, en el Cantarell la entrada era era de 60 cents., aunque la matineé costaba la mitad. En 1940 tuvo mucho éxito en la ciudad la película «El Rey del Hampa» con Humprhey Bogart, cuyo estilo cautivó al cine de su generación. En el Principal pudo verse «Tres Hijos» con Edward Ellis y Kent Taylor. En el Cantarell se proyectó «Demasiados Maridos» con Jean Arthur, Fred Murria y Melvy Douglas. La película de Libertad Lamarque «Camino de Gloria» duró varias semanas en el cine Novedades por que tuvo un gran éxito en la ciudad. Otras existosas fueron: «El Secreto de la Monja» con José crespo y Lupita Gallardo, «Flor marchita» o «La Solterona» con Bette Davis, «Todo Pasa de Noche» con Sonja Henie, «Guadalupe la Chinaca» con el Chato Ortín y Marina Tamayo. Uno de los preferidos del público era Boris Karloff y por eso tuvo un apreciable éxito su película «El Gran Misterio de Mr. Wong»; una de las primeras versiones de «El Indio Geronimo» la filmó Preston Foster. En el Principal se proyectó «Odio» con Fernando Soler, quien llegó a ser considerado el mejor actor de habla hispana, Arturo de Córdova, Lupe Marín y Carlos López Moctezuma, el malvado clásico de las películas del cine mexicano de esa época. En el cine Principal se pudo ver «Edison, el Hombre» con Spencer Tracey. En 1940 en la plaza de Toros Mérida torearon Conchita Cintrón y Aristo García seis toros de la ganadería de los hermanos Fernando y Antonio Palomeque. En 1943 se proyectó en Yucatán un clásico de la cinematografía «Five Graves to Cairo», con Franchot Tone y Anne Baxter. De gran éxito desde luego fue la proyección de la cinta «Mundos Individuales» con Charles Boyer y otro tanto se puede decir de «Una Chica con Sal» del símbolo sexual de al época: la guapa Rita Hayworth. Todo el que veía «Odio y Pasión » quedaba cautivado con Marlene Dietrich a quien acompañaban en el reparto Randolph Scott y quien llegaría a ser una leyenda: John Wayne. Los jóvenes de los años cuarenta recordarán una película muy representativa: «Mi Chica y Yo» con Judy Garland, la madre de Liza Minelli. El 3 de octubre de 1943 en el cine Principal se estrenó un clásico mexicano: «Santa», basada en la novela de don Federico Gamboa y protagonizada por Esther Fernández. A Pedro Infante se le vio muy bien en «Mexicanos al Grito de Guerra» y a don Fernando Soler y a Sara García en «El Verdugo de Sevilla» y en «Cuando los Hijos se Van». Apenas si se tiene que decir la imagen que creó doña Sara García con sus personajes de la época del cine de oro mexicano y que posteriormente se destruiría, aunque en las distintas versiones de «Los García» ya se le veían rasgos muy particulares: violencia verbal y física y el imprescindible puro que algún recelo levantó en aquel entonces. En el Novedades se vio «Resurrección » con Emilio Tuero, «El Barítono de Argel», y Lupita Tovar; a Tuero también se le vio en el «El Que Tenga un Amor». Domingo Soler y Tomás Perrín actuaron en «Las Cinco Noches de Adán» que se diputó las preferencias del público con «Cinco Fueron Escogidas» con Joaquín Pardavé. Por aquel entonces algunas películas de Pardavé se hacían con remembranzas nostálgicas del porfirismo lo que le caía bien a una sociedad atávicamente conservadora como lo era, y lo sigue siendo, la meridana.

Fue todo un suceso en la ciudad la presentación de la película «Flor Silvestre» de Dolores del Río, quien ya había actuado con cierto éxito en Hollywood. Dolores era una mujer refinada, perteneciente a la aristocracia provinciana del porfirismo, de ahí que no pareciera acomodarse a los papeles de mujer indígena, sin embargo la clásica expresión de su rostro, proveniente del cine mudo, y su belleza muy mexicana, aunadas a su proverbial dulzura la hacían atractiva. En el Encanto la entrada costaba 80 y 40 cents. y ahí se presentó «Susu» con Ginger Rogers. En el Rialto la entrada costaba 60 Cents., y ahí se pudo ver a Abbot y Costello «Peatones a Caballo». En el cine Cantarell se pudo apreciar un clásico de la cinematografía de habla hispana que sacudió a la sociedad: «Doña Bárbara» con María Félix, Julián Soler y María Elena Márquez. «Doña Bárbara» esta basada en la novela del mismo nombre de Rómulo Gallegos y ya sabemos lo que significó para la carrera de María Félix. Es de destacarse la figura, ya consolidada, de la vampiresa que con Doña Bárbara se consagra en el cine mexicano en la persona de aquella que también , con justa razón, sería conocida como «María Bonita». En México la figura de la vampiresa puede ser de valía: al rendirse al macho lo hace más macho. Algunas películas de María Félix y del «Indio» Fernández así nos lo muestran. «Ave sin Nido» con la actuación de Isabela Corona fue muy celebrada. Es raro, de Isabela Corona se habla poco a pesar de que fue una gran actriz, pero a mayor abundamiento trabajó en Teatro de Ulises con Antonieta Rivas Mercado, Xavier Villaurrutia, Salvador Novo, Celestino Gorostiza y Gilberto Owen entre otros; Clementina Otero también trabajó en ese grupo y de ella se habla más; sin embargo en ese grupo actuó de caballo un joven analfabeta recién llegado a la ciudad de México Andrés Henestrosa, quien pasado los años llegaría a ser lo que es hasta nuestros días: una celebridad nacional. En estos años Mérida conoció el trabajo de una niña excelentemente bien dotada: Evita Muñóz, «Chachita», quien a lado de Liberad Lamarque hizo la película «Conocí a Esa Mujer». Liberad Lamarque llegó de Argentina como una medida prudente: años antes había regañado públicamente a una joven actriz sin mayor talento: Eva Duarte, quien andando los años se uniría a Juan Domingo Perón y llegaría a ser una mujer de gran influencia en su País; para nadie era un secreto que Evita era rencorosa y solía cobrarse cuentas pendientes. De ahí lo afortunado de la medida de Libertad Lamarque que al actuar así enriqueció el cine mexicano. «El Charro Cantor», Jorge Negrete, brilló en los años cuarenta haciendo las delicias de un público que se extasiaba con las comedias rancheras y campiranas que se adueñaban de la pantalla y recorrían el sur del continente y Cuba. «Canaima» e «Historia de un Gran Amor» hicieron época en la ciudad.

Sara García. El Cine en Mérida en los años Cuarenta

Doña Sara García

La gracia y la belleza de Mapy Cortés se pudo apreciar en la Película «Sabrosura». Mario Moreno Reyes «Cantinflas», otra aportación de la carpa al cine mexicano con su personaje de «Rotito» que la gente quería ver como una versión mexicana del «Charlot» de Chaplin, hizo las delicias de chicos y grandes con la película «Ahí Está el Detalle» con la «lindísma» Sofía Álvarez, Joaquín Pardavé y Sara García. En 1945 se estrenó en Mérida «Adulterio» con Charito Granados, Julio Villareal e Hilda Kruger, la compañera sentimental de Ignacio de la Torre y Formento, el propietario de una de las haciendas más lindas de México: San Carlos Borromeo, en el estado de Morelos; en esta hacienda trabajó Emiliano Zapata como caballerango. «La Pícara Susana» con Mapy Cortés y Luis Aldas tuvo un gran éxito. En esos días la Compañía de Arte Lírico Español se presentaba en Mérida convirtiéndose en todo un acontecimiento social. El elenco era muy atractivo. Primeras Tiple: Josefina mena, Adelita Trujillo y Tina García; Barítonos: Jesús Freyre, Julio Moreno y Manuel Cantarell; Primeros Tenores: Manuel Prida, Gil Mondragón y Víctor Tapia; Tenor Cómico: Víctor Torres; Tiple Característica: Margarita Herman; Primeros Actores: René Lacaye, Ricardo Pardavé y José Mora Jr. Además 10 vicetiples y 10 caballeros de coro. Sin embargo la gente se daba tiempo par ir a ver a Joaquín Pardavé, Manolita Saval y Luis Aldas en «Adiós Juventud. Dolores del Río y Pedro Armendáriz eran los rostro de un México que quería verse en el cine: «Las Abandonadas», «María Candelaria» y otras más cumplían esa misión. Emilio Tuero, Celia Montealbán y Emilia Guiu protagonizaron «Club Verde», de gran éxito en la ciudad. Un clásico de la cinematografía mundial se presentó por aquel entonces en Mérida «Las llaves del Reino» con Gregory Peck y Tomas Mitchel. Con semejante éxito se presentó otra exponente de la época de oro: «Flor de Durazno», con Fernando Soler y Esther Fernández. En el Cantarell se vio «Un Día con el Diableo» con Cantinflas y tiempo después «Jalisco Nunca Pierde» con Chaflán y Joaquín Pardavé. Arturo de Córdova hizo buena pareja con Lupe Vélez en «Zandunga». «El Buen Pastor» con Bing Crosby también encantó a los meridanos, como lo seguían haciendo las películas de Stan Laurel y Oliver Hardy y como lo hizo «El buen Pastor» con Bing Crosby también encantó a los meridanos, como lo seguían haciendo las películas de Satn Laurel y Oliver Hardy y como lo hizo «El Retrato de Dorian Gray» con George Sanders. Sin embargo el Ciudadano Kane con Orson Welles no despertó mayor emoción en los meridanos de entonces. En el año de 1947 brilló una vez más en el firmamento Emilio Tuero con «Otoño y Primavera». Arrancó expresiones de admiración «El Hombre y la Bestia» con Spencer Tracy, Ingrid Bergman y Lana Turner. Otras películas aclamadas en esos días fueron: «La Insaciable» con María Antonieta Pons y Rafael Baledón, «La Niña de mis Ojos» con Joaquín Pardavé y Sofía Álvarez, «Carita de Cielo con María Elena marquez y Antonio Badú- ya maría Elena había triunfado con «La Perla» del Indio Fernández-, «Una Gitana en Jalisco» con Paquita de Ronda y Ángel Garza, «Larga es la Noche» con James Mason, «Tuyo es mi Corazón» con Cary Grant e Ingrid Bergman, «Noche en el Paraíso» con Merle Oberón, Pedro Infante con varias de sus populares películas y Jorge Negrete con «El Ahijado de la muerte», «Mar de Hierba» de Spencer Tracy y «Pecadora» con Ramón Armengod, Emilio Guiu y la «exótica» Ninon Sevilla. Una pareja fascinante de estos años fue la de Fred Astaire y Ginger Rogers.

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