Los Libaneses de Yucatán: Matrimonio y familia

En el Líbano era común que los padres arreglaran el matrimonio de los hijos. Estas pretensiones no prevalecieron con la misma fuerza en Yucatán. Lo que sí sucedió en algunas ocasiones fue que los libaneses, y algunas veces sus hijos, fueran a Líbano, a su pueblo natal, en busca de pareja para contraer matrimonio. En Yucatán observamos que el matrimonio entre primos era frecuente, mucho más si se trataba de primos por el lado materno. Los libaneses no solían casarse ni con personas de otra religión ni yucatecos. El primer matrimonio mixto que se celebró se llevó a cabo en Peto el 8 de junio de 1894 entre Elías Téyer e Isabel Horta; otros matrimonios similares en el interior del estado fueron en Dzidzantún, Esma-Estrada; en Motul, Siqueff- Febles; en Muna, Azar-Jiménez; Oxkutzcab, Sesín-Méndez;Tecoh, Elías-Ruiz, Achach -Hernández, Cahluni-Briceño y Cecilio-Garrio; en Tekax, Téyer-Romero y Sélem- Ruiz; en Ticul, Farjat-Sandoval; en Izamal, Abraham-Rodríguez; en Maxcanú, Hadad-García y Achach-Rodríguez; en Hunucmá, Hiñete-Soberanis, entre otros. En Mérida se pueden referir los siguientes matrimonios mixtos: Achach-Centurión, Miguel-Cruz, Seguí-Moguel, Isaac-Lezama, Abraham-Caballero, Madáhuar-Pavía, Iza-Rejón Chami-Villamil, Farra-Rodríguez, Baduy-Manzanilla, Amador-Pinzón, Sélem-Reyes, Mena-Montalvo, Xcaer-Solís, Dau-Trejo, Abimerhi-Oramas, Farah-Conde y, desde luego, los matrimonios Macari-Casares y Macari-Castilla. El concepto de familia entre los libaneses de Yucatán trascendía a la familia nuclear, para esto conspiraban, al menos, dos factores: los inmigrantes llegaban por las noticias de familiares que ya habían inmigrado a Mérida y constituían un sólido punto de apoyo; por otro lado, ya lo hemos dicho, los inmigrantes solían establecerse en el interior del estado por lo cual necesitaban un punto de referencia en Mérida para cuando se requería venir a realizar compras o visitas al médico. Esta concepción familiar constituía una fuerza de consideración para hacerle frente a la adversidad y para encarar el futuro, fuerza que era admirada por los yucatecos. En Yucatán prevaleció en la primera y en la segunda generaciones de inmigrantes la costumbre de heredar más a los hijos varones que a las hijas y guardar un trato especial con el primogénito, ya que en caso de faltar el padre era aquél quien lo supliría.

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A continuación presentamos una muestra fotográfica más de algunos de los libaneses que llegaron a Yucatán.

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