En una loma platicaban un águila, una tortolita, una paloma, un gavilán, una lechuza y un zopilote. Por vía de curiosidad, el águila les dijo:
-Díganme lo que comen y veré si tienen buen corazón.
La tortolita dijo: -Yo como gusanos.
El águila le respondió: -Está bien porque los gusanos no sienten.
La paloma dijo: -Yo como animalitos pequeños.
El águila le respondió: -Está bien porque esos animalitos abundan.
El gavilán dijo: -Yo como conejos.
El águila le respondió: -Está bien porque los conejos destruyen las sementeras.
La lechuza dijo: -Yo como ratas.
El águila le respondió: -Está bien porque los ratones son animales inmundos.
Pero como el zopilote se quedó callado el águila le pregunto: -¿Y tú qué comes?
El zopilote contestó: -Yo como animales muertos.
El águila le dijo: – ¡Qué horror! ¡Y no te da vergüenza profanar a los muertos?
El zopilote replicó: -Más me avergonzaría profanar a los vivos.
El águila le contestó: -Tu maldad merece desprecio.
Y el zopilote le dijo a punto de que tomaba vuelo: -Prefiero tu desprecio a tu elogio.