Prevalecen hasta nuestros días cinco danzas mestizas que han desafiado al tiempo: La Danza del Degollamiento de los Pavos (Kots Kal Tso), que se baila, por lo general, en la fiesta de Santa Inés el 21 de enero en Dzitás; La Danza de Abraham e Isaac (Sukun lts y Kakas Baal), que se revive en algunos poblados en el mes de diciembre y el Kup Pol. Las otras dos son muy conocidas: La Danza de las Cintas y La Danza de la Cabeza de Cochino (Pol Kekén). La danza llamada Hok Chilib, o ramillentes, no es considerada como tal por faltarle algunos elementos significativos. La Danza del Degollamiento de los Pavos representa eso: doce hombres, o más, llevan colgando en el hombro izquierdo un pavo con la cabeza hacia abajo y al que van a sacrificar finalmente. La Danza de Abraham e Isaac: en esta danza hay tres personajes protagónicos Abraham, Isaac y el diablo (kakasbal, usando los tres unas mascaras especiales, y los doce apóstoles; la danza , desde luego, representa la eterna lucha · entre el bien y el mal. Kub Pul es una suerte de peregrinación con una larga mesa sobre la cual descansa un enorme cochino sacrificado y adornado para al celebración; a lo largo del peregrinar al cochino se le echa licor y los participantes gritan en maya : ¡agua para el cochino! En esta festividad que se convierte en una danza participa todo el pueblo y se acostumbra llevar una orquesta jaranera.
La Danza de la Cabeza de Cochino es con la que concluye la jarana. Algunos investigadores han sostenido que esta danza proviene de un ritual maya que se hacía con la cabeza del venado. Tradicionalmente esta danza implicaba trasladar la cabeza de cochino ya cocinada a una casa en la que se le adornaba con papeles de colores, panes alrededor y en la boca, monedas de oro y plata en los ojos, mazorcas cocidas o en pib y otros elementos decorativos; de esta casa salia la cabeza con las cintas que llevaban las mujeres, la procesión la presidía un chik que casi desnudo y con el cuerpo pintado llevaba en la cabeza una corona de plumas de pavo real; a este personaje lo acompañaba su esposa y otras mujeres que hacían sonar una jícara para despertar al cochino para que él también cantara, llevaban asimismo otra jícara para pedir limosna ; la procesión acompañada de sus respectivos voladores llegaba a la Casa Principal donde la cabeza se entrega y se rociaba a los presentes con balché y ahí mismo se elegía a los «diputados» para que el próximo año organizaran el festejo.
La Danza de las Cintas es de claro origen europeo, pues de ella existen antecedentes en Alemania e Inglaterra, posiblemente llegó a España en tiempos de Carlos V y al llegar a Yucatán se estableció con general aceptación. La danza se desarrolla con un palo de 3.5 metros de altura del cual cuelgan doce listones de distintos colores que otro tanto de danzantes sujetan y tejen hasta formar, alrededor del palo, cierta figura geométrica; posteriormente los danzantes deshacen la figura y nuevamente los listones quedan libres, todo esto al compás de una música muy festiva y alegre como lo advirtió en el siglo XVIII Francisco Javier Clavijero.
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