El 5 de febrero de 1906 llegó a Progreso el buque Bravo trayendo a don Porfirio Díaz. Acompañaron a don Porfirio en su visita: su esposa doña Carmelita Romero Rubio Castelló, don Ramón Corral, vicepresidente de México; don Leandro Fernández, secretario de Comunicaciones y Obras Públicas; don Guillermo Landa y Escandón y su señora esposa doña Sofía Osio, don Eduardo Liciaga, presidente del Consejo Superior de Salubridad; el Lic. Lorenzo Elízaga y su esposa Sofía Romero Rubio, hermana de doña Carmelita; el barón Hans Von Wangenheimm y esposa, él era el ministro de Alemania; don Aldo Novilis, ministro de Italia; el mayor Pablo Escandón, jefe del Estado  Mayor Presidencial; los señores Samuel García Cúellar, Porfirio Díaz Ortega, Mario Dorbecker, Agustìn del Río, entre otros. Hubo varios arcos para saludar al Héroe de la Paz, banquetes y saraos, desfiles y una vaquería para festejar la ilustre presencia. Se inauguró oficialmente el Paseo de Montejo hasta donde llegaba la estatua de Don Justo Sierra O’Reilly, su hijo fue el encargado de darle solemnidad a este evento. Y ya don Porfirio inauguró formalmente el Centenario, el Parque de la Paz, la avenida del mismo nombre hoy llamada de Los Itzáes, la penitenciaría Juárez, el Hospital Agustín Ohorán, el Hospital Leandro León Ayala , con lo cuál se restituía el antiguo barrio colonial de Santa Catarina , arrasado por una peste.  Una leyenda cuenta que don Porfirio al regresar a la Ciudad de México dijo: “vengo de la ciudad blanca”, quizás por la costumbre de lavar las calles y de “lechar” los árboles y las albarradas. Todo le impresionó a don Porfirio e invitó al gobernador, don Olegario, para incorporarse a su gabinete como ministro de Fomento.