A unos cuantos kilómetros de la ciudad de Mérida, sobre la carretera a Progreso, se encuentra una hacienda centenaria que vivió sus días gloriosos en los tiempo del henequén: Xcanatún, que es como decir “casa de piedra”. La otrora hacienda henequenera, de la más prósperas de Yucatán, es ahora un hotel. La “casa principal”, restaurada y embellecida, que en medio de unos hermosos jardines dando lugar a un ambiente especial, exquisito realmente. En lo que fuera la “la casa de máquinas” se encuentra hoy el restaurante con sus techos altos y sus paredes pintadas de un azul tenue y acogedor. Todo esto crea una atmósfera distinguida, muy afortunada para hacer más intensa la estancia.
El restaurante de Xcanantún tiene un claro perfil de comida internacional, aunque, también, se distingue por intentar algunos platillos en que se combinan ingredientes, y procedimientos, regionales; el resultado es novedoso y atractivo. Asimismo en la carta se incluyen platillos de gastronomía vernácula: Poc-Chuc, Queso Relleno, Cochinita Pibil y Salbutes. Finalmente, como tiene que ser, la carta de Xcanatún define el establecimiento.
Estuve en Xcanatún a cenar, como no conocía el restaurante tuve una sorpresa muy agradable al encontrármelo buen ubicado en la “casa de máquinas” de lo cual no se sustrajo un malacate que en otra época comunicaba con el segundo piso y que hoy es un adorno llamativo que no desentona con la decoración clásica. Ya instalado por el capitán de meseros, en una mesa redonda de manteles blancos, recorrí con algún detenimiento la carta y sin duda pedí como entrada una Cebolla Horneada con Longaniza y Queso, es posible que la combinación se más apropiada para una comida de mediodía, sin embargo me interesé en probarla porque me pareció un intento de construir una receta de “Alta Cocina” yucateca, tanto en lo referente a la cebolla horneada con a la longaniza, embutido distinto del chorizo del resto de la república, aunque el queso es un ingrediente no tan vigorizo en nuestra tradición gastronómica. La entrada me pareció buena, degustándola tomé la decisión del plato fuerte. El pato glaseado en xtabentún y naranja. Fue una magnífica elección y diré, si se me permite, que contribuye algo de lo mejor que se puede encontrar en Mérida; ciertamente se trata de otro intento por crear “Alta Cocina Yucateca” sin la fortaleza de la tradición, desde luego, ya que los mayas no eran muy afectos al consumo del pato, y en la colonia aparece, sí, pero no podrá decirse que con una presencia significativa y en todo caso nunca con la receta que ofrece magisterialmente Xcanatún. El platillo está espléndidamente logrado, obteniéndose con el sutil sabor del pato un a combinación exquisita con el xtabentún y la naranja. Este platillo es francamente recomendable. Las sorpresas no terminaron aquí, los postres en Xcanatún le reservan al visitante los más excitantes descubrimientos. Probé el Domo de Helado de Naranja Agria y me pareció espléndido, supe que todos los postres de la casa son creaciones originales y en esta afirmación no hay nada de exagerado. ciertamente diremos para finalizar que Xcanatún es un restaurante que merece ser visitado.