el-futuro

Doña Mechita ve el futuro. Ahí en su casa, por la Mayapán (o mazapán, como hubiera dicho mi tia Sara, que siempre pensaba en dulces), lee las líneas de la mano, interpreta el xix del café y saca deducciones de la caída azarosa de unas semillas que bien pueden ser de girasol.

Fui el pasado dia 22, como hago desde hace una década, cuando finalice de leer una novela de Georges Simenon que me volvió adicto a la quiromancia. Doña Mech, muy atenta, me dio cita del mediodía, cuando el sol está en su cúspide y las fluencias sobrenaturales están más alteradas y accesibles.

Ni al país ni a mi nos irá bien en 2015. Seguirán las matanzas, los abusos de poder y el descenso de México en la opinión de las naciones. En algunos lugares del pais serán dificultosas las elecciones generales. El fraude será el común denominador en todos lados. Para compensar, el paradero del camión a santa Petronila no cambiara de sitio.

Mi alergia tomara proporciones épicas. El lumbago, por los cambios de clima, renacerá de cuando en cuando. Tengo que cuidar mis dientes, algo interno los amenaza. No seria mal que un especialista me checara el hígado.

De dinero, lo mismo. Los jubilados del ISSSTE vivimos como aquellos nautas de “Viaje a las estrellas” con rumbo desconocido. Una demeritación del valor adquisitivo del peso hará mas dificultosa la compra de bienes esenciales como los libros, los condones y la mortadela.

Doña Mechita cobra 120, pero da un vaso de horchata de arroz y, a veces, nance.