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Hace unos días me reuní a comer en Le Bistrot, en la Prolongación del Paseo de Montejo, a unos metros de Dante, con un grupo de amigos. Abrió la tarde con tequilas y cervezas. Pedí como entrada una especialidad de la casa: foie gras, que no es un paté como se dice sino que en su versión más pura es el hígado de un pato alimentado con sonda. A Alfonso Gasque le pareció un exceso y en tono festivo dijo “yo quiero chicharra”. Le observé al mesero: “En Itzimná debe haber algún saldo de puyul”. Pedimos también alcachofas con queso que no tuvieron ni vagamente el éxito del foie gras. Servido con cierta mermelada que le daba el imprescindible sabor dulce el foie gras estuvo delicioso. Alfonso comparó los números de la Revolución Cubana desde 1959 con los nuestros: menos pobres y menos población. La respuesta fue inmediat: menos libertad y menos calidad de vida integral. Todos pedimos sopa de cebolla que estaba algo salada, una suerte de perversión de la receta original. La sopa de cebolla debe lograr un sabor dulce a partir de la glucosa de la cebolla, pero esa tarde no se encontró. Estuvo sabrosa, pero parece ser que no estuvo a la altura de las esperanzas. La situación fue distinta con el filete al vino tinto . Espléndido , cautivó al paladar más exigente. La comida se acompañó con un tinto de Burdeos, afrutado y delicioso, que sublimó la tarde. Discutimos mucho la situación de México. La violencia que estalla en las medios de comunicación, la corrupción que parece rebosar sin censura alguna. Alfonso , lúcido como es, hizo notar que vamos a crecer más que años anteriores, que nuestras reservas son cuantiosas y que vendemos petróleo barato pero también compra el país gasolina barata. El optimismo no prendió en la mesa. La conversación giró a Abraham Jorge que nos narro la compra que hizo su padre del Banco Comercial Peninsular que fuera de don Avelino Montes Linaje. Esta empresa don Jorge A. Jorge fue socio de Manolo y Fernando Barbachano. Hablamos de Manolo, de sus relaciones a magnífico nivel y de su trabajo en el cine. Para él trabajaron Gabriel García Márquez, Alvaro Mutis y Fernando Espejo. Dije que Fernando era uno de los mejores poetas yucatecos, pobre como es nuestra tradición poética, Fernando brilla. Dejó de escribir poesía muchos años antes de partir, si hubiera continuado se situaría sin discusión a la altura de don Antonio Mediz Bolio. La tarde se deslizaba con el mejor sabor al buen vivir: excelente vino, una magnífica mesa y una deliciosa conversación que parecía no tener fin. Le Bristot es un restaurante que brinda todo para lograr ese sabor inigualable, muy propio de la cocina francesa.