Poe inventó el género policíaco . Charles Auguste Dupin , su protagonista, es el primer policía. El método de Poe fue adoptado por Arthur Conan Dole: las historias de su personaje Sherlock Holmes son contadas por otra persona lo que dota de credibilidad a la ficción o logra su independencia. Esta invención nos muestra distintos ángulos de la criminalística. En este texto nos ocuparemos de un cuento estupendo Los Crímenes de la Calle Morgue. En este relato fascinante Poe pone en evidencia el valor de los testigos. Aparecen salvajemente asesinadas dos mujeres, madre e hija, en su departamento . Los extraño es que ninguna puerta o ventana fueron forzadas, no había evidencia alguna sobre la manera que el presunto asesino entró para dar a efecto su crimen. La policía hace los interrogatorios y esto es lo que encuentra:
Isidoro Muset , gendarme que fue requerido por los gritos que se oin en el departamento de las señoras. El testigo oyó los gritos y las voces en la escalera. Pudo oir las palabras sacré y diable. Una voz aguda de un extranjero se podía percibir. No sabía lo que decía pero le pareció que hablaba español.
Enrique Duval, vecino , platero de oficio, entre otras cosas cree que la voz aguda era de un italiano.
Odenheimer, hostelero, vecino que se ofreció voluntaria mente a dar su testimonio que se recibió mediante un interprete. Este testigo aseguró que la voz aguda era de un francés , como no hablaba el idioma no puede decir lo que oia.
Guillermo Bird, inglés, corroboró el testimonio de Odenheimer: la voz gruesa era de un francés, pero también oyó con claridad la voz de un alemán. Pero he aquí que se elucidó que el crimen lo cometió un orangután de Borneo que se había llevado a París para ser vendido y que se escapo de sus captores. Entró al departamento de las desventuradas mujeres por la chimenea , de ahí que no hubiera violencia en ventanas y puertas. Obvio que nunca habló ninguna lengua y que escapó para ser capturado en un bosque de París. Su pelaje fue encontrado en la casa de los crímenes. Quizás merezca la pena detenerse en un punto: el móvil. En todo crimen el móvil siempre estará relacionado a lo más primitivo que existe en el ser humano.