El restaurante de Chapur Norte es uno de los mejores de Mérida. Tiene un distintivo singular: hace su propio pan. Ya se sabe: un restaurante que ofrece a sus comensales pan recién hecho cubre cualquier otra deficiencia. Esta es una norma de la que se tiene noción desde el siglo XVIII. Existe otra de gran efecto: obsequiar algo a los parroquianos, pero ésta ha perdido el respeto de los restauranteros contemporáneos. Todos se sienten satisfechos con un restaurante que regala algo. Hace unos días visité Chapur Harbor. Lo primero que debo decir es que el establecimiento es muy acogedor, muy bien logrado. Di cuenta de unos champiñones al vino que estuvieron de calidad superior, arduamente espléndidos. Entrada muy francesa, reviste una combinación de sabores muy plácidos. No puede resistir la tentación y me fui a un extremo: ordené un escabeche oriental. Les ha dado por presentar el escabeche con “but” y caldo y esta no es la receta ortodoxa, pero esa tarde esto no tuvo mayor importancia. El escabeche estaba delicioso y algo más. Le pedí al mesero una taza de ese caldo algo ácido y dulce al mismo tiempo, tan cariñoso al paladar. Eso quiere decir escabeche: comida ácida, que hace romance con la azúcar que puede soltar algo dulce. El escabeche oriental es algo de lo más original de la cocina yucateca. Debo confesar que me hice un par de tacos con el katik tostado, imprescindible en la receta. La ración era muy generosa pero el caldo me resulto imprescindible. Con ánimo similar pedí frijol refrito, coro de alabanza de todo escabeche. Me trajeron un frijol bayo que apenas pudo cumplir la función. No se pude terminar la ración tan pródiga, tanto más cuando que me interesó probar los postres. Me decidí por un pastel de chocolate amargo que estuvo exquisito. No tengo la menor duda, Chapur Harbor es uno de los mejores restaurantes de Mérida.
