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A finales de los setenta Octavio Paz con toda lucidez observó que cada día hay más gente y menos recursos en los países subdesarrollados; por otro lado, de no existir un innovación científica o tecnológica importante los países desarrollados entraran en crisis y se volverían violentos. Dijo el que fuera Nobel: “México tiende a creer que vive solo, en una isla….hay que prepararse para lo peor”. Ese tiempo llegó. No llegó con Trump , llegó desde antes. Obama deportó 2.8 millones de inmigrantes y movió en la Tratado de Libre Comercio buscando beneficios para la Unión Americana. Guardó las formas, pero respondió a esa nueva era. Recuerdo que hace unos años un maestro de Columbia University me dijo: “No entiendo a los mexicanos, Carlos Salinas de Gortari es el único presidente de México que les dio dignidad frente a los Estados Unidos. Salinas le sacó el TLCN a los EU y no le dio ninguna de las más de 2 mil empresas que privatizó. Ningún banco, ni la joya de la corona: Telmex”. Me pareció una teoría muy audaz. Pronto fui advirtiendo que muchos norteamericanos pensaban igual. Los Estados Unidos han incendiado gran parte de América Latina con la venta de armas. Con cierta desfachatez se quejan del narcotráfico en México pero los cárteles existen por las armas que les venden y en su territorio se consume la droga. En 1847 se robaron más de la mitad de nuestro territorio y hoy quieren hacer muros. Trump hace añicos las formas y agrede con primitivismo . Hacen y deshacen , dice y se desdicen. Pero detrás de este proceder hay una realidad: la sociedad con los Estados Unidos no puede ser equitativa, ellos son poderosos y nosotros no. El error de nuestros gobernantes es no haber previsto esto y desvincular al país de la dependencia con los Estados Unidos. Cierto es que empieza una nueva era en el mundo que va anunciando lo que veremos. Nuestra clase política ha quedado muy por debajo de lo que el país requiere. Hundidos en pavorosas historias de corrupción, en medio de disputas absurdas y estableciendo un régimen de cinismo, no han sido capaces de ver y prever el futuro que nos alcanzó. México tiene una enorme reserva moral pero requiere de líderes sensatos . Nos urge conformar un cuerpo de liderazgo con miembros de todos los sectores. Es imprescindible atender a lo que Paz vio hace décadas con toda claridad: hay prepararse para lo peor