Esta casona ubicada en el cruzamiento de las calles 62 y 65, de origen colonial fue discretamente restaurada en la Bella Época, sin embargo todos los elementos: frontones triangulares cerrados, pilastras empotradas, triglifos en las cornisas, etc., provienen de la antigüedad grecolatina y estaban presentes en El Renacimiento, cuando se fundó Mérida.