una catástrofe en la tierra para el 2015

Para los sabios mayas de la antigüedad éste sería el cuarto mundo. El inmediato anterior, el tercero, se destruyó el 14 de agosto del 3114 antes de Cristo. Según los cálculos de estos reconocidos sabios de la antigüedad, el cuarto mundo, éste que estamos viviendo, se debió destruir el 23 de Diciembre de 2012. Han aparecido en revistas especializadas, y aun en periódicos, tres noticias que llegan al mismo punto. Sin embargo, científicos ingleses, usando modelos rigurosos, llegaron a la conclusión de que en el año 2015 le espera a la Tierra una suerte de catástrofe con efectos irreversibles. Científicos norteamericanos llegaron, con modelos diferentes, a una conclusión similar: en el 2015 la vasta problemática del ambiente hará crisis. El Pentágono envió al presidente de Estados Unidos un informe detallado sobre los graves problemas sociales que vivirá el mundo la próxima década como consecuencia de los trastornos ecológicos que ya son irreversibles. Cierto, si el día de hoy se detuvieran todos los automóviles y todo aquello que contamina la atmósfera, se evitaría un deterioro mayor, pero no se podría revertir la inercia del daño ya hecho. Nadie debe escandalizarse: la Biblia nos habla una y otra vez del “final de los tiempos”.

 LAS EXTINCIONES PASADAS

A lo largo de 3500 millones de años de vida de la Tierra, ésta ha desaparecido en varias ocasiones. En alguna de estas crisis nuestro planeta ha estado a punto de desaparecer. En total, científicos hablan de cinco extinciones masivas de la vida, aquí también hay una diferencia con los mayas de la antigüedad, que establecen que estamos yendo hacia la cuarta destrucción y no a la sexta como se plantea en la actualidad. Hace 50 millones de años la vida en toda la tierra desapareció en un 96 por ciento. Estuvimos al borde de la aniquilación total. Sin embargo, la destrucción que mayor interés ha despertado ha sido aquella en que desaparecieron los dinosaurios y que ocurrió hace 65 millones de años.

EL APOCALÍPSIS DE CHICXULUB

Dos investigadores, padre e hijo, en el año de 1080 explicaron un fenómeno que derivó en la destrucción de los dinosaurios: el impacto de un asteroide sobre la Tierra. En efecto, Luis y Walter Álvarez hallaron niveles masivos de iridio en la delgada capa de arcilla que marca el borde exacto entre el Cretáceo y el Terciario. El hallazgo se dio en México, Antártida y Túnez. Este elemento está presente en las rocas del manto profundo y pudo haber llegado a la superficie a través de erupciones volcánicas, pero también los meteoritos son ricos en iridio. Lo que resolvió la controversia del origen de la presencia del iridio en la Tierra fu el descubrimiento de un cráter de 200 kilómetros en las inmediaciones del poblado de Chicxulub, en la península de Yucatán –posiblemente a este evento extraordinario se deba la existencia de nuestros vastos circuitos de cenotes–. Este descubrimiento se dio en al años de 1990. Se cree que a consecuencia de este dramático evento se dieron tsunamis en el caribe y surgieron volcanes por distintos rumbos de la tierra, lo que dio lugar a violentas erupciones. En este fenómeno desaparecieron de la faz de la Tierra los enormes reptiles que llamamos dinosaurios. De todas las extinciones que han asolado a la Tierra ésta es la única que no ha sido por prostitución del medio ambiente. Quizás hoy en día Yucatán sea más conocido en el mundo por el cráter de Chicxulub que por la cultura maya, no sólo por la trascendencia del tema sino por la fascinación que los dinosaurios han ejercido en el hombre a lo largo de las últimas décadas.

LAS OTRAS EXTINCIONES

Las otras cinco extinciones se deben a una degradación del ecosistema. Casi todos los científicos concuerdan en que si bien es cierto las especies empiezan a desaparecer unas tras otras, el proceso de destrucción del ecosistema puede tardar miles de años. Existe una excepción en las causas naturales: un monstruoso tsunami que llegó hasta lo que hoy es Dakota del Sur. el otro punto de acuerdo se refiera a que si la perturbación es sumamente severa, el ecosistema del planeta se colapsa. Se supo que existen hechos comunes que se dieron en las cinco extinciones: variaciones en la altura del nivel del mar y el clima global, que han sido medidos a través d ella evidencia de los registros fósiles. Otro signo es la erosión de la Tierra y de la vida marina que muere y es remplaza con especies de agua dulce. Se investigan otros fenómenos como los cambios climáticos, la actividad volcánica, la supresión de la banda circulatoria del Atlántico Norte que regula el clima en Europa y los efectos de los gases invernadero. Una de las agresiones más severas y con efectos predicciones es el resultado del uso del petróleo que está conformado por restos de criaturas de la antigüedad que estamos lanzando a la atmósfera trastornando el ambiente.

LA SEXTA EXTINCIÓN

Existen síntomas que apuntan a que hemos empezado ya la sexta extinción de la vida por causas naturales. El calentamiento de la atmósfera, la gradual y persistente elevación del nivel del mar, la desaparición de algunas especies y otros eventos similares dan una gran cantidad de resultados, como los huracanes más severos diversos fenómenos ambientales que apuntan a catástrofes en el horizonte.

EL CASO DE YUCATÁN

La península de Yucatán, por estar prácticamente rodeada de costas y por su proximidad con el Caribe, es un territorio de gran exposición como bien ha explicado el sabio Luis Capurro Filograso, investigador del Cinvestav y gran experto que goza de reconocimiento internacional. Los dos problemas que enfrenta ya la Península, y particularmente el estado de Yucatán, son: los megahuracanes y el aumento del nivel del mar que está atrayendo a la tierra todos los problemas que le son propios. Ambas situaciones exponen año con año a los habitantes del estado a diversas calamidades. De aquí la importancia de la fundación de un centro de estudios del ambiente similar al que se fundó en Florida por las mismas causas que justifican su constitución en Yucatán. Se requiere monitorear, entre otras muchas cosas, la dimensión y trayectoria de los huracanes, el crecimiento del nivel del mar en toda la península. –se habla de que a la vuelta de unas décadas las aguas pueden estar en las inmediaciones de la hoy carretera Mérida Progreso–, y la actividad sísmica en el Caribe. Si en el rincón mas apartado del Caribe se diera un movimiento de las placas de la tierra que diera lugar a un tsunami, en 45 minutos tendremos la inmensa y devastadora ola en la península. Dada la falta de montañas, el efecto sería devastador: una aniquilación total. Yucatán requiere, por su ubicación, un centro que coadyuve a tomar todas las medidas preventivas ante los graves fenómenos que se avecinan.