Por Gonzalo Navarrete Muñoz
Son varias las líneas que se pueden trazar para entender a Chikri Abimerhi Bodib, a quien conozco y frecuento desde hace más de cuarenta años. El espacio es un tirano inclemente y por eso solo abordaremos tres de esas líneas que esbozan el perfil de uno de los empresarios más exitosos del Yucatán contemporáneo.
1 Chikri ha reivindicado el valor de la calidad en el mercado. Hasta hace poco la teoría planteaba lo que parecía una ley: más y más barato. Esta era la fórmula del éxito, o una de ellas. La calidad no debía perderse, sino tan solo subordinarse al costo que exigía el mercado. Esta es la moral mercantil de las maquiladoras y los grandes centros de producción del mundo. Cierto, el axioma cambió y se empezó a hablar de segmentación y diferenciación, pero la calidad no quedaba clara en este nuevo orden. Chikri Abimerhi despacha la gasolina completa, diferenciación de mercado en medio de abusos con frecuencia excesivos. Esa devoción por la calidad en el servicio ha logrado algo que no se veía con frecuencia, su gasolinera de periférico y García Lavín ha logrado una convocatoria universal: de los cuatro puntos cardinales acuden a cargar en ella. Evoca la de su tío Alfredo, de la calle 59, que a mediados del siglo XX convocaba a la ciudad. La gasolinera de Abimerhi es “La Gasolinera de Mérida” por excelencia. Este episodio, estudiado ya en las universidades, demuestra que la calidad en el servicio es el primer factor clave del éxito. Y más se puede decir de sus servicios de grúas, de sus talleres y su empresa de gas. Antes de Abimerhi podían tardar hasta días en servirte el gas, ahora es cuestión de minutos. El ejemplo que nos da merece ser destacado para que los jóvenes empresarios se sensibilicen sobre la íntima relación entre calidad y éxito. Abimerhi no es solo un apellido, ni una marca, es una forma de hacer las cosas.
2 “Dios está en los detalles”. Chikri Abimerhi es un hombre obsesionado por los detalles. Pienso que de ahí viene la pulcritud irrestricta de sus talleres, sus gasolineras y los patios de maniobras de sus grúas espléndidas, así como el estado de todos sus vehículos. Es infrecuente esa devoción por los detalles, contraria al clásico mexicano de “ahí se va” o de “a mi qué”. Suelo decirle que como James Bond él convoca a la suerte y la sabe controlar. No menos cierto es que Chikri no es un hombre erudito, ni sabio, pero tiene algo excepcional que muy pocos hombres tiene: phronesis. Esa mágica combinación de sentido común e ingenio que permite aciertos notables. Esa era la cualidad de Odiseo, el rey de Ítaca que convenció a Aquiles para participar en la guerra de Troya. Tras años de batallas fue Odiseo quien concibió el caballo y su historia para invadir la gran ciudad y vencer. Como Odiseo, Chikri también se protege para no sucumbir ante el canto de las sirenas. Con estas características Abimerhi ha logrado ser el héroe de su propia historia, ha convertido su vida en una gesta histórica, condición inevitable de la felicidad que es el principal mandato Divino. Felicidad que ha conseguido con Sarita- su gran compañera de toda la vida- , sus dos maravillosos hijos y a hora con sus nietos.
3 Solidaridad es el nombre moderno de la caridad y la caridad es la cualidad esencial del cristiano, según nos dice Santiago, el patriarca de Jerusalén. Chikri es uno de los hombres más solidarios que conozco. Está atento de sus amigos y siente con ellos el dolor y la alegría. Jamás decepciona. Gabriel García Márquez decía que él escribía para que lo quisieran más sus amigos. A menudo pienso que Abimerhi se emplea, como pocas personas, en mantener el cariño y bienestar sus amigos. El presidente López Mateos dijo en alguna ocasión: “El que no tenga un amigo libanés que se lo busque”, y parece que el que se aproxima a ese amigo libanés clásico es Chikri. Simón de Cirene es el hombre que ayuda a cargar la cruz a Jesús, a ese personaje de la historia de la humanidad evoca Chikri Abimerhi Bodid. Se dice que Odiseo, el eterno Ulises, cansado de prodigios lloró al ver su el verdor y sencillez de su Ítaca. Pienso en Chikiri: el amor a su casa, a la vida sencilla, a sus amigos y a su familia.
El Libanés ha decidido honrara a Chikri con el Cedro de Oro al mérito empresarial. Excelente decisión que honra a quien honra. Me siento feliz con la designación, por él, por su familia, por la mía. Pero me siento más feliz como yucateco. Chikri no necesita homenajes, los necesitamos nosotros para estimular el trabajo de una juventud confundida. Discreto como es ha pasado por alto que su fama e historia durará mucho tiempo por el bien de Yucatán.