El chocolate cautiva a todos los que lo prueban. Los españoles del siglo XVI no fueron la excepción. Muchos desencuentros se dieron entre las cocinas prehispánicas y los españoles. Pero el chocolate fue algo excepcional. Desde el primer momento los españoles se convencieron que había que tomarlo en la forma clásica : una suerte de calabaza partida a la mitad. De un árbol tomaban el fruto que sometían a un tratamiento del cuál derivaba esta suerte de taza. Los aztecas la llamaban xicalli y los españoles entendía la voz como jicali que después derivó en jícara. Esta voz, como la de chocolate, también del náhuatl, se adoptaron en Yucatán. Es una lástima y una negación de nosotros mismos que hayamos dejado de usar las jícaras que son una muestra de identidad.
¿QUÉ ES LA JÍCARA?
