AL ENCUENTRO DE LAS MÉRIDAS

Por María Teresa Mézquita Méndez

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Mérida, España

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Mérida, Yucatán, México

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Mérida, Venezuela

«Hay dos maneras o dos diferencias de nombres, unos que están en el alma, y otros que suenan en la boca. Los primeros son el ser que tienen las cosas en el entendimiento de quien las entiende; y los otros, el ser que tienen en la boca del que, como las entiende, las declara y saca a la luz con palabras». Fray Luis de León

 

Las Méridas del mundo. Mérida la de aquí, y Méridas las de allá. .. tres ciudades, tres historias y una sola realidad. Así es como las tres: Mérida de Extremadura. España; Mérida de Venezuela, y Mérida de Yucatán. en México. separadas por más de 450 años de historia y miles de kilómetros de distancia, pero unidas por medio siglo de encuentros e intercambios culturales, han dado pie a la creación de un disco compacto con información relevante sobre estas tres urbes, único caso de capitalidad triple conocida entre ciudades, que ha creado incluso una asociación y ha dado como resultado una serie de proyectos consecuentes.

El CD, realizado gracias a una beca del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes del Estado de Yucatán (FOECAY), divulga los contenidos de la investigación titulada «Al encuentro de las Méridas», más de medio siglo de reencuentros, 1948-200011 financiada en el año 2000 gracias a la beca de investigación «Méridas iberoamericanas» con el patrocinio de la unidad Mérida de la Universidad Nacional de Educación a Distancia y el Ayuntamiento de la capital autonómica extremeña.

El proyecto, cuya primera versión fue una sencilla tesis de licenciatura de Ciencias de la Información en el año 1996 de la autora de estas líneas, ha crecido favorablemente, y ahora se convierte en el primer producto digitaJ y primer resultado sistematizado que quiere historiar este largo proceso que comenzó a fines de los años 40.

Un hecho es que, desde su nacimiento, las Méridas han tenido puntos en común. Sin embargo, fue en el siglo XX que sus realidades, tan distantes y diferentes, pudieron hallar los tiempos y momentos oportunos para acercarse, conocerse y aprender de las otras, a través del más valioso de los recursos: sus ciudadanos.

Si tomamos como punto de partida el nacimiento de las Méridas americanas, entonces tenemos que tuvieron que pasar más de cuatro siglos hasta que Mérida (España), Mérida (México) y Mérida (Venezuela), con océanos de por medio y kilómetros de distancia entre ellas, no reencontraran la comunión de sus raíces sino hasta bien entrado el siglo XX, como ya mencionamos.

Europea y nacida hace más de dos milenios la una; las otras, americanas, rodeando apenas sus 500 años de historia, vivieron a lo largo de siglos -y hasta de milenios en el caso de la Emérita Augusta- largas historias de esplendor, decadencia y nuevas luces, colonialismo y pobreza, luchas independentistas, revoluciones, rescates urbanos, transiciones poi íticas y momentos llenos de paz y vigor, cada una por su cuenta, sin saber de la existencia de las «otras dos» homónimas, en lugares tan alejados. Conozcamos brevemente la realidad de cada una de ellas.

LAS TRES CIUDADES

Mérida de España

Capital de la Comunidad Autonómica de Extremadura, situada en la provincia de Badajoz y a orillas del Guadiana, fundada en el año 25 a.C. como capital de la antigua provincia romana de Lusitania. Encierra tesoros arquitectónicos de la hispania romana, atesorando monumentos como el Puente, el Anfiteatro, Circo y Teatro romanos, este último sede anual de un festival internacional de teatro clásico. Tiene aproximadamente 70,000 habitantes, es sede archidiocesana y cuna de Santa Eulalia. También es sede del Museo Nacional de Arte Romano.

Mérida de México

Capital del estado mexicano de Yucatán, fundada en 1542. Aproximadamente, 700 mil habitantes. Hermosa ciudad colonial enclavada en el mundo maya de la Mesoamérica precolombina, rodeada de vestigios arqueológicos de primer orden en México y en el mundo. Importante sede educativa, comercial y hospitalaria. Tiene una de las catedrales más antiguas del continente americano y es la décima fundación del país.

Mérida de Venezuela

Su nombre completo es Santiago de los Caballeros de Mérida y es capital del estado del mismo nombre. Importante sede educativa, es el centro del desarrollo de la Universidad de los Andes. Rodeada de un impresionante paisaje de cumbres nevadas en la cordillera llamada también «de Mérida» , cuenta con uno de los teleféricos más largos del mundo que sube en una hora a 4, 750 metros de altura. También es sede arzobispal.

LA IDEA DE ENCONTRARSE

La primera fecha de la que se tiene noticia de comunicación entre estas tres Méridas data del año 1948, cuando el entonces arzobispo de Yucatán, Excmo. Dr. Fernando Ruiz Solórzano, visitó la Mérida española invitado por don César Lozano Cambero, párroco de la iglesia de Santa Eulalia. Un año después, una imagen de Santa Eulalia, obra del destacado escultor extremeño Juan de Ávalos, fue obsequiada a la Arquidiócesis (Archidiócesis) de Yucatán y colocada en la iglesia Catedral de San Ildefonso, en Mérida, Yucatán, donde se encuentra hasta la fecha y es visitada por los fieles.

Y fue a partir de la década de los setenta que surgió la idea de reunir cada cierto tiempo a las Méridas del Mundo, especialmente a partir de 1975 cuando se cumplió el bimilenario de la Mérida española (fundada en el año 25 a.C. por los romanos de Hispania), y a cuyos festejos asistieron representantes americanos. Poco después, una delegación de las tres Méridas visitó a los soberanos españoles don Juan Carlos y doña Sofía en 1978, y así comenzaron a organizarse los ocho encuentros que han venido desarrollándose desde entonces:

El Primer Encuentro se celebró en la Mérida española a partir del14 de julio de 1982.

El Segundo, del? al13 de octubre de 1990 en la Mérida venezolana, fecha en la que se firmaron los primeros convenios.

El Tercero, en el mes de enero de 1992, en el marco de los festejos del 450 aniversario de la fundación de Mérida, Yucatán.

El Cuarto, en la Mérida extremeña (Badajoz), del 7 al 13 de septiembre de 1992.

El Quinto, de nuevo en la Mérida mexicana, del 4 al 9 de enero de 1995.

El Sexto, en la Mérida de Venezuela, del 5 al 11 de octubre de 1996, como parte de los festejos del aniversario de la dudad.

El VII Encuentro, de nuevo en España.

Y el más reciente, el VIII, en la Mérida mexicana, en los últimos días del mes de enero del año 2000, en el que la ciudad celebraba el mes de su aniversario número 458 y también su reciente designación como la primera Capital Americana de la Cultura.

El siguiente encuentro habría de celebrarse en Venezuela, en octubre del año 2002, aunque finalmente no pudo realizarse. Sin embargo, las iniciativas independientes aún continúan: en el año 2005, la fotógrafa Nirvana Paz realizó una exposición de obra en blanco y negro con imágenes intimistas y casuales de las tres ciudades, que se inauguró como parte de los festejos de aniversario de Mérida, la de Yucatán.

EL CD

En total, la obra contiene unas 200 páginas de texto con monografías de las tres ciudades, incluyendo historia, atractivos turísticos, educación, cultura, vida actual y prospectivas a futuro. También 200 fotografías, tanto de las tres ciudades como de los eventos realiza dos en conjunto, alrededor de 15 mapas, escudos, canciones y poesía. También compila los convenios firmados, ofrece una cronología de hechos que facilita una consulta rápida y una breve información sobre la pequeña Mérida de Filipinas, que hasta la fecha no ha podido sumarse a las actividades de sus homónimas.

La presentación del disco compacto se efectuó el sábado 8 de enero, en el Centro Cultural de Mérida Olimpo, en el marco del Primer Festival Internacional de las Artes, con motivo del 463 aniversario de fundación de Mérida, la capital de Yucatán. A esta presentación asistieron el alcalde de la ciudad y las autoridades culturales.

MÁS ALLÁ DEL CAPRICHO: LAS COINCIDENCIAS

Hemos de entrar en este tema con toda la prudencia que corresponde. No se trata de inventar casualidades o de improvisar de algún modo que las tres Méridas se parecen. Pero sí se busca señalar algunos de los elementos que podrían por lo menos sembrar inquietudes sobre por qué es posible la identificación entre las tres ciudades como algo que resulta no sólo de una simple toponimia coincidente.

Elementos históricos:

El origen -por lo menos del nombre- de las dos Méridas americanas nace en la capital extremeña.

Ya se sabe del origen extremeño de la mayoría de los colonizadores que llegaron a tierras americanas, a partir del descubrimiento colombino: hay sangre extremeña tanto en Juan Rodríguez Suárez, emeritense fundador de la Mérida venezolana, como muy probablemente en los integrantes de las huestes de Francisco de Montejo, fundador de la Mérida mexicana. En el caso del primero, no hay duda de su origen emeritense; además de fundar la ciudad, bautizó con los nombres de «Guadiana» y «Aibarregas» a los principales ríos de la región.

En el segundo caso, hay el nombre de un hipotético soldado llamado Francisco de Almaraz, a quien menciona, desde el siglo XVII, el historiador emeritense Bernabé Moreno de Vargas en el capítulo XIV del libro quinto de su Historia de la ciudad de Mérida (1633) sobre «los varones insignes en santidad, religión, letras y armas que en nuestros tiempos ha tenido Mérida». Es allí precisamente donde se cita el nombre de Francisco de Almaraz, como un reconocido capitán de la Nueva España «a cuya instancia se fundó la ciudad de Mérida en aquel Reino».

Elementos geográficos:

Curiosamente, el nombre de la ciudad de Mérida no se repite en exceso en América; además de la Mérida de Filipinas (situada en la isla de Leyte), que es relativamente mayor, hay cuando mucho una veintena de poblaciones -algunas minúsculas- con este nombre. Al parecer, se repite también en Argentina y Cuba, y en México unas 20 veces en diferentes (y distantes) poblaciones del país. Por su parte, don Camilo José Cela, Premio Nóbel de Literatura en 1989, quien estuvo en la Mérida de España en 1982, envió al Ayuntamiento emeritense un escrito en el que hizo alusión a las Méridas del mundo que él había encontrado, interesado en el tema. Según publicó en un artículo el periódico emeritense La Capital de Extremadura, don Camilo escribió: «Repasando mis notas veo que Mérida es toponímico que no se repite en España, aunque sí y de forma poco prolífera en México.

Elementos de categoría urbana:

Las tres ciudades tienen la jerarquía de ser capitales de provincias o entidades federativas:

Mérida de México

Fundada en 1542. Desde entonces es la capital de la entidad federativa de Yucatán (antigua Capitanía General de Yucatán, en tiempos de dominación española).

Mérida de Venezuela

Fundada en 1558, con sólo 16 de diferencia con la mexicana. Capital desde entonces del estado venezolano que debe a ella su nombre.

Mérida de España

Más de 2000 años de fundada. Capital de la comunidad autonómica de Extremadura, reconocida oficialmente desde 1983. Como Emérita Augusta fue capital de la provincia Romana de Lusitania desde su fundación, aproximadamente en el año 25 aC.), y la más antigua capital de la Hispania romana.

ELEMENTOS DE CATEGORÍA ECLESIÁSTICA: LAS TRES CIUDADES SON ARQUIDIÓCESIS

Mérida de México

Fue sede diocesana desde que se comenzó a construir su iglesia Catedral, con la llegada del primer obispo, en 1561, 19 años después de la fundación. Tiene la categoría de Arquidiócesis (Archidiócesis) desde el11 de noviembre de 1906, cuando fue elevada a este rango por Bula Papal dictada por Pío X. La catedral fue elevada a «Metropolitana» desde el14 de abril de 1907.

Mérida de España

Desde el siglo IV. Mérida fue una de las tres metrópolis o diócesis {junto con Tarragona y Sevilla) que encabezaron a la iglesia española. Tras la reconquista de España perdió su jurisdicción eclesiástica: en 1120. por Bula del Papa Calixto II, el ya arzobispado de Mérida se trasladó en forma provisional a Santiago de Compostela y nunca le fue devuelto. Sin embargo. el antiguo obispado perdido se recupera en parte en 1994 cuando por bula Pontificia de Juan Pablo II, ejecutada en acto litúrgico el 12 de octubre de 1994, la Santa Sede constituyó la Archidiócesis de Mérida-Badajoz.

Mérida de Venezuela

Elevada a sede diocesana por Bula papal expedida por Pío VI en 1778, la iglesia merideña permaneció con esa jerarquía hasta el 11 de junio de 1923, cuando recibió el nombramiento de Arquidiócesis (Archidiócesis) por Bula del Papa Pío XI. La erección catedralicia se realizó desde 1786. El 14 de abril de 1991, la S. l. Catedral fue elevada por S.S. el Papa Juan Pablo II a Basílica Menor de la Inmaculada concepción.

DETALLES:

– La Mérida de México y la Venezolana comparten la presencia de tribus prehispánicas que desarrollaron en forma simultánea un calendario muy semejante: el Haab, de 365 días de los mayas, y el quinario, de 360 días de los tatuyes. – Las tres ciudades pertenecen a regiones que en sus países permanecieron aisladas o distantes del resto de sus respectivos países. – Haciendo números, la superficie de los municipios o comarcas que encabeza cada ciudad, curiosamente ocupan, en los tres casos, poco más del 2.05 por ciento del territorio estatal o autonómico. – Hay mucha presencia de la gastronomía extremeña en la alimentación de los habitantes de las dos Méridas americanas, como el buen aceite de oliva, el ajo y el azafrán; la tradición repostera y los pucheros, el café y los productos que América aportó al Viejo Mundo, como las patatas y el t»mate, además de que las dos Méridas americanas comparten la cultura del maíz y el modo de elaboración y sabor· de varios guisos con influencia del Caribe.

CONCLUSIÓN:

Si se tratara de buscar diferencias, el tema sería interminable. Pero no es nuestra intención señalar lo que separa a las «Méridas del Mundo» sino lo que las une. Amén de todo lo anterior, se puede mencionar la huella colonial presente en las dos Méridas americanas, sobre todo en el estilo de las casas na canto de callen que, en algunos rincones, podrían confundirse entre calles emeritenses, merideñas o meridanas.

Y al hablar, sin entrar en mayores honduras, cuando los yucatecos comemos puchero, lo machacamos y hacemos puch y los extremeños los puches con sus pucheros europeos, y mientras nosotros achacamos y ellos achochan y quiere decir lo mismo y todos seguimos utilizando palabras arcaicas como majar para significar aplastar o hacer puré los plátanos o papas con un tenedor …

Un último elemento del rompecabezas, difícil de abordar desde perspectivas científicas, es ese «algo» que identifica entre sí a unos y otros habitantes de las tres ciudades: rostros que parecen conocidos, aunque se les vea por vez primera, el trato personal (que arroja muy lejos el sentimiento de «extranjero» ), la confianza entre «paisanos», actitudes de aquellos habitantes de «las otras Méridas» muy parecidas a las que uno asumiría frente a situaciones análogas, y también eso tan relativo a lo que puede llamarse la «manera de ver la vida» ; todo resulta tan próximo, tan semejante y tan familiar, que resulta complicado describirse en un texto: las cosas que «Se sienten» no son fáciles de convertir en afirmaciones contundentes.

Una respuesta a estas interrogantes vagas y tales «percepciones» sin explicación lógica, la encontramos en un escrito que hizo el escritor chileno José Donoso a raíz de su visita a los páramos extremeños en el cual comenta «… vi ancianos de ojos de vidrio gris, de apretado moño entrecano, vistiendo los delantales del eterno medio luto de las familias decimonónicas, igual que unas primas solteronas de mi abuelo. ¿Qué hacían en esos parajes españoles criaturas tan domésticas, tan parientes mías … ?».

Nos hacemos la misma pregunta que la anterior y nos respondemos que, sin lógica, la respuesta nos espera «hacia adentro» de las Méridas. Por ello, con todo lo anterior, sumados a un gran amor por la Mérida de Yucatán y sus meridanos, y un profundo cariño por las otras dos Méridas y por los emeritenses y merideños, la tarea parece ser intensa y esforzada, pero promisoria: hay que ir «Al encuentro de las Méridas» antes que pretender que ellas se encuentren solas. Esperamos sinceramente que el trabajo realizado ayude a encaminar esta labor de acercamiento.