Las Cantinas y los Salones Cerveza
Las cantinas en Mérida tuvieron una historia propia, estimulada por la Cervecería Yucateca, SA de CV. Las cantinas eran sitios de reunión de hombres y, hasta hace unas décadas, la visita a alguna cantina era un punto imprescindible en la agenda cotidiana de gran parte de la población masculina de la ciudad de Mérida; existía una gran cantidad de cantinas en el centro de la ciudad, sostenidas por sus clientes habituales. Los “salones cerveza” fueron muy posteriores y llegaron a tener un éxito notable. Desde mediados del siglo XX , tanto las cantinas como los “salones cerveza”, dieron lugar a una peculiaridad que hasta nuestros días se exhibe: la abundante y variada botana que en mucho sustituía a la comida, esta condición hacía poco atractivo el acudir a los restaurantes. El Centro Cultural Olimpo debe su nombre a una cantina que existió en el edificio que antecedió al actual y que se llamaba precisamente así: “Olimpo”. Las visitas asiduas a las cantinas han disminuido, las costumbres cambian, el tiempo se ha contraído; hasta nuestros días los “salones cerveza” siguen siendo sumamente atractivos para la sociedad por las mismas razones que lo fueron desde un principio: su versatilidad, sus costos accesibles y las características del clima, entre otras. Las cervezas en un establecimiento como éste pueden costar entre 18 y 20 pesos, los refrescos $16, y a cambio se reciben entre 8 y 12 pequeños platos de botana a base de papa con cebolla y cilantro, kibis, polkanes, tsikilpak, papadzules, tamales, cotdzitos con tomante y queso blanco, hígado con recado colorado(“higadilla”), mollejas adobadas, ceviche de pescado, frijol refrito, tostadas, jícama con chile en polvo, oreja a la vinagreta, etc; es posible que con una segunda vuelta de cervezas y refrescos vengan tacos de relleno negro, relleno blanco y escabeche oriental, sin menoscabo de que en algunos establecimientos se ofrezca, sin costo, una ración del menú del día que puede ir desde frijol con puerco, poc-chuc, hasta costillas alcaparradas, acompañándose estos platos con tortillas hechas a mano; con facilidad cualquiera puede sorprenderse de la abundancia y variedad de las botanas de algunos sitios bien conocidos. Otra circunstancia notable es que algunos de estos establecimientos suelen tener música viva lo que crea un ambiente festivo que resulta muy atractivo.
Fotografías por: Miguel Peón Mier y Terán.
