La Mansión Mérida, restaurante de carnes.

Ha abierto sus puertas en Mérida La Mansión, uno de los mejores restaurantes de la ciudad de México desde su especialidad: carnes.

Lo visité el domingo siguiente a su apertura. Ubicado en un tercer piso, lo que es una suerte de novedad entre nosotros, resulta acogedor. La decoración demuestra un profesionalismo que también se aprecia en el servicio y en un sinfín de detalles. Sin espacios pretensiosos se ofrece al comensal la posibilidad de ver a los demás clientes y de intercambiar saludos, condición indispensable de un restaurante.

Abrí la tarde con un queso fundido que me fue servido con prontitud en medio del desquiciamiento de la sobrepoblación. Con unas tortillas de maíz gruesas y deliciosas, de claro estilo del altiplano: gruesas y generosas, disfruté el queso aderezado discretamente con una salsa de tomate hecha en molcajete. El pan, siendo bueno, carece de  la magia del pan recién hecho. Evoco la fascinación de pan de Mortons en Estados Unidos y el de Trotters en Mérida. Pedí un sopa de flor de calabaza que puede llegar a ser un manjar, no pude probarla: no había. Prosiguió la tarde con dos empanadas: una de carne y otra de camarón, amabas deliciosas. Mención muy señalada merece la de camón por la exquisita combinación del marisco con cierta salsa de chile y  la dulzura de la masa de empanada. Proseguimos con un filete miñón que fue pedido termino “tres cuartos” pero que llegó menos que termino medio lo que fue una lástima.

La cocina nace con el fuego que es imprescindible en el manejo de la carne. Templar el fuego es la única manera, o la más legítima, de exponer las delicias de la carne bien cortada. No me cabe duda: nunca esperaron la buena acogida de los meridanos en la demanda, los rebasó. No deja de sorprender el caso, la tradición de los cortes de carne en  Mérida tendrá unas décadas, sin embargo hoy vibra con toda intensidad. Estoy cierto que tendré que volver a La Mansión para disfrutar de las causas que le han dado su bien ganada fama.