CONTINUACIÓN DE: PASAJES EN LA HISTORIA DE LA HACIENDA UXMAL
Por su cercanía con la antigua ciudad prehispánica de Uxmal, y por ser el único lugar donde hospedarse o suministrarse de personal y provisiones, la Hacienda Uxmal, jugó un papel muy importante desde la primera mitad del siglo XIX hasta finales de los años 40’s en el siglo XX.
Jugó un papel muy importante al haber sido testigo de numerosos acontecimientos históricos, recibir a un nutrido número de visitantes entre los que se destacaron exploradores, arqueólogos, miembros de la realeza, científicos, fotógrafos y expedicionarios. Todos ellos, atraídos por descubrir lo que Uxmal, una ciudad Maya perdida en la Zona Puuc, guardaba en sus entrañas celosamente.
En 1832, el primer visitante extranjero del que se tiene registro, fue el Conde francés Jean-Frédérick Maximilen de Waldeck, quien exploró Uxmal y fue recibido por Don Simón Peón, quien era el dueño de la hacienda y quien personalmente lo condujo con personal y provisiones a Uxmal.
El Conde de Waldeck fue un hombre que se hizo de las cosas de leyendas. A los 50 años, ya había viajado por el mundo, participado en 42 revoluciones y había vivido la vida de un centenar de hombres. Navegó con el gran explorador francés François Levaillant hasta el Cabo de Buena Esperanza y exploró África meridional. Luchó en la campaña italiana de Napoleón Bonaparte, tomó parte en el asedio de Tolón y luchó con el ejército de Bonaparte en Egipto.
Navegó el Océano Índico como pirata, luchó en Chile para en su guerra de independencia y escapó de la muerte mil veces. El Conde de Waldeck fue amigo de emperadores, almirantes, reinas, piratas y canallas. Fue amigo personal de Lord Byron, Beau Brummel y la reina María Antonieta, a quien visitó en la cárcel poco antes de su ejecución. Además, fue un excelente artista y dibujante que estudió con grandes maestros.
En 1825 tras casarse por segunda vez y a los 60 años, viajó a México, donde trabajó como ingeniero en una mina de plata al oeste del país. Sin embargo, al no ser la vida para la que había nacido, abandonó su puesto a los dos años y solicitó el puesto de dibujante para el Museo Nacional de México.
Obsesionado durante más de una década por visitar Yucatán, a los 66 años, se embarcó en una expedición selvática por una región con nativos hostiles, en un terreno increíblemente difícil, lleno de calor, mosquitos, lluvia, soledad y muerte.
En 1832 estableció su campamento en la antigua ciudad Maya de Palenque. Allí estableció su hogar en uno de los antiguos templos, que hasta el día de hoy se llama el “Templo del Conde” y durante 4 años, elaboró más de 90 extraordinarios dibujos, en los que plasmó el romance y el misterio de un mundo perdido. Desde allí viajó a otras ciudades perdidas, Tonina, Mayapán y Uxmal, finalmente regresó a París, en 1836.
Sus viajes lo habían convencido de que el mundo maya tuvo sus raíces en el mundo antiguo y que en todo el mundo podría haber visto fuertes influencias de hebreo y egipcio.
El 12 de mayo de 1835 llega a la Hacienda Uxmal y conoce las ruinas vecinas. Y aquí, exaltado por ser el primer viajero que las visita, se dispone a examinarlas para proyectar algo de luz sobre el misterio del origen del pueblo Maya y, de paso, tratar de conseguir los 3,000 francos y la medalla de oro prometida por la Société de Géographie de París en 1825, a la que aportara noticias e imágenes fiables sobre América Central.
Durante su visita realiza trazos y dibujos para su máxima obra: “Voyage pittoresque et archéologique dans la provincia d’Yucatan pendant les années 1834 y 1836” (París), un volumen de ilustraciones de Mérida, Yucatán y de la ciudad Maya de Uxmal. El libro fue publicado en 1838 y dedicado a Lord Kingsborough, y en él Waldeck intentó establecer conexiones entre la antigua cultura Maya y Egipto.
“El aspecto de estas ruinas [Uxmal] es admirable a la hora en que el sol las inunda de una luz espléndida; las sombras formadas por las salientes de los monumentos hacen resaltar las ornamentaciones que las decoran y les dan un valor que no tienen cuando los contrastes de luz y de sombra no existen”
Nunca pudo olvidar el tiempo que vivió en Yucatán y para el resto de su vida continuó hablando de su misteriosa jungla y en sus sueños, recorría sus ciudades perdidas.
Hacia 1840, el botánico austriaco Emanuel von Friedrichsthal, animado por informes de Humboldt y Frederick de Waldeck, planeó una expedición a América y por sus méritos, el emperador Fernando I de Austria le concedió el título de Agregado y Primer Secretario de la Delegación de Austria en México.
En 1839 visitó Nicaragua y América Central y posteriormente viajó a Boston donde se reunió con el historiador William Hickling Prescott, quien le informó de los descubrimientos de John Lloyd Stephens en América Central.
Más tarde personalmente él conocería a Stephens en Nueva York; quien lo apoyó en sus planes y le recomendó comprar una cámara de daguerrotipo.
En 1841, visitó Izamal, Mayapán, Uxmal y fue el primer europeo en visitar Chichén-Itzá.
Regresó a París en ese año para ver a Alexander von Humboldt, quien lo presentó ante la Académie Royale des Inscriptions et Belles-Lettres y el British Museum de Londres. Sus expediciones fueron publicados en “Nouvelles Annales des Voyages et des Sciences Géographiques” en 1841.
Sólo dos de sus imágenes de Yucatán sobrevivieron en la colección de los Padres Camachos de Campeche y fueron llevados a Austria por Karl Bartholomeus Heller.
El escritor estadounidense John Lloyd Stephens, y el arquitecto y dibujante británico, Frederick Catherwood fueron huéspedes de Don Simón y la antigua Hacienda Uxmal en sus viajes de 1839, en donde concluyeron su obra “Incidentes de Viajes a Centroamérica, Chiapas y Yucatán” publicada en 1841 y regresaron nuevamente a Uxmal entre 1841-1842, para elaborar su segunda obra titulada: “Incidentes de Viajes a Yucatán” publicada en 1843.
John Loyd Stephens, quien fue huésped de Don Simón en sus viajes de 1839 y 1841-1842, sorprendido de aquellas propiedades, la persistente devoción de los mayas de esa época hacia los templos de Uxmal, y al mostrarle Don Simón sus títulos de propiedad de la Hacienda Uxmal decía al respecto:
“Cuando regresé a Mérida, facilitome Don Simón sus títulos y papeles de propiedad de la Hacienda de Uxmal. Formaban una masa enorme, a cuyo lado habrían parecido un juguete los autos seguidos en un largo pleito; y desgraciadamente muchos de ellos estaban en lengua maya. Pero había un enorme legajo in folio, escrito en castellano, y allí constaba la primera concesión de esas tierras, hecha por el gobierno español, con fecha 12 de mayo de 1673, en favor del regidor Don Lorenzo de Evia, a quien se hizo la merced real de cuatro leguas de terreno desde los edificios de Uxmal hacia el sur, una al oriente, otra al poniente y otra al norte, por los distinguidos méritos y servicios que allí se expresaban. El preámbulo dice que el regidor Don Lorenzo de Evia en un escrito presentado a S. M. expresó que a distancia de dieciséis leguas de Mérida, y tres de la sierra del pueblo de Ticul, había unos terrenos, llamados Uxmal Checaxek, Tzenchan-Cemin, Curea-Kusultzac, Exmune-Hismouuec, incultos y realengos, que no podían aprovechar a los indios para sus siembras y labores, sirviendo únicamente para la cría de ganado vacuno; que el dicho regidor tenía esposa e hijos, a quienes, para el mejor servicio del Rey, le era necesario mantener conforme a su rango y jerarquía; y que deseaba poblar aquellos terrenos de ganado vacuno, pidiendo en consecuencia se le diesen, con tal objeto y en nombre de Su Majestad, toda vez que no resultaba perjuicio de tercero, sino, al contrario, un gran servicio a Dios nuestro Señor, porque dicho establecimiento evitaría que los indios diesen culto al diablo en los edificios viejos que había en aquel sitio, teniendo en ellos sus ídolos a los, cuales quemaban copal y hacían otros detestables sacrificios, según lo verificaban diariamente, como era público y sabido.
El escritor y anticuario estadounidense Benjamin Moore Norman (B.M. Norman) «siguió la huella» de Stephens y Catherwood, visitando Uxmal y la Hacienda entre el 25 de febrero y el 4 de Marzo de 1842.
Su paso por Uxmal es mencionado en su libro: “Rambles in Yucatan: or, Notes of travel through the peninsula, including a visit to the remarkable ruins of Chi-Chen, Kabah, Zayi, and Uxmal” (1844), donde menciona en la siguiente cita:
“While waiting for my tortillas and eggs, I shall be pardoned for expressing my acknowledgments to the major-domo of the hacienda at Uxmal, to whom I was indebted for many kindnesses; and it will not be amiss to add, that his was one of the best managed estates that I observed in Yucatan”.
“Me han de disculpar por expresar mis agradecimientos al Mayordomo de la Hacienda Uxmal, a quien le estoy agradecido por tanta amabilidad y no está de más agregar, que esta ha sido una de las mejores propiedades administradas que observé en Yucatán”.
El horticultor y botánico austriaco, Karl Bartholomeus Heller a quien La Real Sociedad Botánica del Imperio Austro-húngaro, lo reclutó para una expedición a México para recoger muestras de plantas, llegó a nuestro país con tan solo veinte años de edad.
Vivió en las montañas de Veracruz, viajó a Puebla, Cholula y la ciudad de México, exploró los volcanes y las minas de plata cerca de Toluca.
Publicó el libro: «Reisen in Mexiko», que es de los pocos documentos de viajeros extranjeros que visitaron México cuando Estados Unidos invadió el país en 1846-47; condiciones que se convirtieron caóticas para el botánico, por lo que tuvo que huir del centro de México a Yucatán.
Heller vivió en Campeche, visitó Mérida, Uxmal y Champotón; viajó al sur de Tabasco y al norte de Chiapas y finalmente regresó a Viena a través de Cuba y Estados Unidos llevando un total de 50 cajas de objetos botánicos y zoológicos recolectados durante su viaje.
Visitó Uxmal y la Hacienda Uxmal en 1847, en medio de los conflictos de la Guerra de Castas.
“La Hacienda Uxmal (su nombre tal vez proviene de Ox y Mal, que en maya significa «tres pasos»), es un poco grande, con una apariencia atractiva, la propiedad que está en constante embellecimiento es mejorada continuamente por su propietario, Don Simón Peón, un hombre bien informado y agradable.” / «REISEN IN MEXIKO IN DEN JAHREN 1845-1848” XVII CAPITEL Karl Bartholomeus Heller.
Hacia 1857, una vez concluido el conflicto de la Guerra de Castas, arriba a Uxmal el primer arqueólogo francés, el destacado, Claude Joseph Désiré Charnay quien visitara la zona en dos ocasiones: 1857 y posteriormente entre los años de 1862-63. Publicó las destacadas obras: “Le Mexique. Souvenirs y Impressions de voyage” (1862), “Cités et ruines américaines” (1863), en este último con la participación del Arquitecto Viollet-le-Duc; y “Ma derniére expedition au Yucatan” (1886).
Claude Joseph Désiré Charnay es uno de los grandes exploradores franceses del siglo XIX. Fascinado por México, país al que hizo famoso por las historias de exploración y las muchas fotografías que documentó.
Entre sus obras, se encuentran también las siguientes:
De la civilisation nahua et de l’âge probable des monuments du Mexique et de l’Amérique centrale (1881). Exploration des ruines ďAké, Yucatan (Revue d’Ethnographie, 1883). La ville Lorillard, au pays des Lacandons (Ibid., 1883).
La civilisation toltèque (Ibid, 1885). Les Toltèques dans le Tabasco et le Yucatan (Ibid., 1885). Les anciennes villes du Nouveau-Monde. Voyages d’exploration au Mexique et dans l’Amérique Centrale, (1 857-1 882, Paris, Hachette, 1885).
Rapport sur les ruines de Mayapan et d’Uxmal au Yucatan / Porte d’entrée du Palais des Nones à
Uxmal, Yucatan (La Nature^ n° 701,1886). Expédition au Yucatan (Bull, Soc. Anthr. Paris, 1887).
Les Monuments anciens du Mexique. (Mexico, 1898)
En el invierno de 1861, Stephen Salisbury Jr., empresario, abogado y benefactor estadounidense y presidente de la American Antiquarian Socierty, visitó Uxmal, acompañado de un grupo de 16 caballeros de Mérida.
Desde Mérida, este grupo emprendió un viaje a caballo que duró una semana, donde visitaron y pernoctaron en diferentes haciendas ubicadas en el camino, que incluyeron a la Hacienda Uxmal.
En el año de 1896, junto con un grupo de 50 hombres acaudalados de la ciudad de Worcester fundó el The Worcester Art Museum.
Escribió varios ensayos sobre arqueología maya como: “Dr. Le Plongeon in Yucatan,” (1877) y “Terra Cotta Figure from Isla Mujeres” (1878). Algunos documentos personales de Salisbury, que incluyen sus notas de ensayos y discursos, así como su correspondencia personal y empresarial, se conservan dentro de la colección de manuscritos de la American Antiquarian Society.
En 1864, el abad, escritor e historiador francés Charles Étienne Brasseur de Bourbourg, hizo un viaje a México en 1848, donde lo recibe la elite cultural mexicana de la época, entre ellos, el Ministro Lucas Alamán.
Regresó a Europa en 1851 y en 1854, Brasseur exploró Guatemala, El Salvador y Nicaragua con apoyos del gobierno de Napoleón III. En 1863, regresó a México y fue parte de La Commission Scientifique du Mexique.
Brasseur deseaba excavar en Yucatán con esperanza de encontrar algún códice Maya. Proyecto que nunca pudo efectuar debido a la obstinada oposición del entonces gobernador de Yucatán.
Al principio de 1865 llegó a México, en donde Maximiliano de Augsburgo, le ofreció puestos de Ministro de Educación y Director de Museos, así como nominarlo para otorgarle condecoraciones como “La Legión de Honor” y “La Orden de Guadalupe”, mismos títulos que Brasseur rechazó por no comprometerse a aceptar puestos públicos ni comprometer sus trabajos de investigación ante los emperadores.
Publicó numerosos documentos históricos, destacando: “Rapport sur les ruines de Mayapan et d’Uxmal au Yucatan” (Mexique) y su “Bibliothèque Mexico-Guatémalienne, Dictionnaire, grammaire et chrestomathie de la langue maya, précédés d’une étude sur le système graphique des indigènes du Yucatan”, así como la traducción al francés del “Popol Vuh, le Livre sacré des Quichés” y “Relation des choses du Yucatan” de Diego de Landa.
El 6 de Noviembre de 1865, La Emperatriz Carlota (Marie Charlotte Amélie Augustine Victoire Clémentine Léopoldine de Saxe-Coburg ) efectuó un viaje a la Península de Yucatán, visitando la Hacienda Uxmal y las ruinas de Uxmal, acompañada por el Ministro de Relaciones y Presidente del Consejo, José Fernando Ramírez, de Félix Eloin, jefe del gabinete del Emperador y ministro de España y Bélgica, el General José López Uraga, jefe de una gruesa escolta, un capellán, un médico, dos damas de honor y otros empleados y criados.
Cabe mencionar que previa a la visita de Carlota a Uxmal, el historiador y político José Fernando Ramírez, efectuó un recorrido al sitio en compañía de un grupo de conservadores, quienes a su vez, se encargaron de remover las esculturas fálicas que se encontraban en diferentes monumentos de Uxmal, con el propósito de no incomodar ni mostrarle obscenidades a la monarca. Situación que molestó de sobremanera al historiador.
Hacia 1869, es arrestado en Mérida, Don Simón Peón por órdenes de las fuerzas juaristas, considerado como conservador y es desterrado a Veracruz, donde falleció el 23 de marzo 1869 al bajar de la Goleta Julia, dejando tras de su figura, una etapa importante en la memoria e historia de Yucatán.
En 1870, el Almirante de la armada real británica Lidnesay Brine, viajó extensivamente por Yucatán y América Central, visitando muchas de las ciudades antiguas que fueron dadas a conocer mundialmente por John Lloyd Stephens, y estudió con detenimiento poblaciones ubicadas en regiones poco conocidas de Guatemala; país que cruzó del Pacífico al Atlántico.
En 1872 leyó ante la sociedad británica: “The ruined cities of Central America”, dada a conocer en el periódico The Journal, y en 1894 publicó un libro detallado de sus investigaciones titulado: “Travels amongst American Indians” describiendo Uxmal.
El Almirante Brine también participó en las operaciones para suprimir la trata de esclavos en las costas africanas y fue parte de la misión de Sir Thomas Douglas Forsyth a Mandalay en 1875.
En 1872, el Dr. Felix Leopold Oswald autor estadounidense nacido en Bélgica en 1845, educado para ser médico, pero dedicado principalmente a la historia natural, viajó extensivamente y colaboró con las revistas “Popular Science Monthly», «The Truth Seeker». El Dr. Oswald era un escritor claro y vigoroso con el sabor de la vida a la intemperie en sus escritos.
Visitó la Hacienda y la antigua ciudad de Uxmal a la que le dedicó un capítulo llamado “The American Pompeii” dentro de su libro: »Summerland Sketches or Rambles in tile Backwoods of Mexico and Central America» publicado en 1881.
En 1863, los fotógrafos ingleses, el Dr. Augustus Henry Julian Le Plongeon y su esposa, Alice Dixon, viajaron a la península de Yucatán, donde pasaron la mayor parte de los siguientes doce años buscando la evidencia probar teoría de Augustus que los viajeros Mayas habían difundido su cultura en todo el sudeste asiático y el Medio Oriente, así como haber influenciado a la cultura egipcia.
Los Le Plongeon excavaron extensivamente, antiguos vestigios Mayas en Chichén Itzá y Uxmal y fotografiaron Izamal, Isla Mujeres, Cozumel, Cancún y Ake.
Su trabajo fotográfico fue muy cuidadoso e incluyente. Tomaron vistas aéreas de los sitios, y documentaron estructuras individuales desde todos los ángulos, haciendo acercamientos de fachadas enteras de estructuras tales como el Palacio del Gobernador de Uxmal y también grabaron detalles arquitectónicos, glifos, bajorrelieves y artefactos que desenterraron.
Utilizaron la técnica del estereopticón (3D) -sobre placas de vidrio de colodión húmedo y vidrio seco- que se encuentran entre las primeras fotografías jamás tomadas de estos sitios.
La pareja hizo un estudio comparativo de las religiones maya y egipcia en la lingüística y arquitectura, efectuaron una labor de investigación gnóstica en Uxmal, documentando a esta y varias antiguas ciudades Mayas, permaneciendo en la península por doce años. Sus documentos estuvieron basados en teorías teosofistas, espiritualistas y francmasónicas. Sus teorías nunca fueron aceptadas por la comunidad científica de la época.
El Ornitólogo estadounidense Frederick Albion Ober escribió más de 40 libros, incluido: “Travels in Mexico and life among the Mexicans” publicado en 1883, donde dedicó un capítulo a Uxmal, la vida en Yucatán y los antiguos vestigios mayas que visitó a finales del siglo XIX.
En 1881, lo movió el deseo de conocer los vestigios de civilizaciones mesoamericanas, y viajó a México, durante dos años, desde Yucatán hasta Sonora para reunir materiales para varios libros.
A su regreso preparó notas de sus viajes, y dio conferencias que eran ilustradas con vistas fotográficas proyectadas con la linterna mágica.
Su carrera de escritor, duró 30 años y escribió más de 40 libros, incluido: “Travels in Mexico and life among the Mexicans” en 1883, donde dedicó un capítulo a Uxmal, la vida en Yucatán y los antiguos vestigios mayas que visitó a finales del siglo XIX.
Ober fue uno de los fundadores del Club de Exploradores en 1904. Visitó la antigua Hacienda Uxmal en 1881.
El arqueólogo, arquitecto y fotógrafo austriaco Teobert Maler, dedicó más de treinta años al estudio de artefactos, la cultura y la arqueología Maya. Maler viajó por toda la península de Yucatán.
En el verano de 1864, Teobert Maler estaba leyendo el Daily Telegraph en un bar de Londres, donde leyó la noticia de la invitación para jóvenes que quisieran reclutarse en las tropas del Cuerpo de Voluntarios Austro-belgas, creado por el archiduque Maximiliano de Austria, que había sido enviado a México por el emperador Napoleón III a México a la edad de 23 años en 1865.
Maler se unió a sus tropas, partiendo desde el puerto de Trieste, en el barco de vapor de Bolivian desembarcando en Veracruz a Maler se mantuvo en el ejército durante un año y medio, obteniendo una medalla de plata por su valor en los combates que libró con el Cuerpo de Voluntarios y alcanzando también el grado de Capitán, pero no pudo evitar la caída del Imperio. Al término del mismo, muchos soldados murieron o huyeron del país.
Teobert Maler se quedó en México y pasó de soldado a fotógrafo y pasó mucho de su tiempo fotografiando sitios arqueológicos a partir de 1874. En una de sus expediciones en 1877, Maler se encontró con la antigua ciudad de Palenque que era conocida sólo por los historiadores locales, y durante su expedición, sus vestigios se encontraban cubiertos de vegetación.
Regresó a Europa después de su primer contacto con Palenque, primero fue a París, donde aprendió mucho sobre la historia de Mesoamérica, y posteriormente viajó por toda Europa por aproximadamente ocho años. Regresó a México y se estableció en Ticul, Yucatán, donde estableció un estudio fotográfico y aprendió la lengua maya.
Dedicó más de treinta años al estudio de artefactos, la cultura y la arqueología. Descubrió varios sitios arqueológicos que antes eran desconocidos. En 1897 y durante más de diez años, Maler se asoció con el Peabody Museum de la Universidad de Harvard.
Este Museo le auspició varias expediciones, publicó sus fotografías y algunos de sus informes hasta 1912. Desde ese momento y hasta su muerte en Mérida en 1917, Maler tuvo dificultades en publicar sus fotografías, que eran su principal fuente de ingresos, y que muchas de ellas fueron vendidas a los turistas que visitaban Mérida.
No fue sino hasta después de su muerte que el resto de su obra se publicó y fue conocida mundialmente. Toda su obra es una valiosa contribución para la investigación y el desciframiento de muchos de los jeroglíficos mayas. Gran cantidad de su obra es aún inédita, misma que se estudia en el Ibero-Amerikanisches Institute, de Berlín. Visitó la Hacienda Uxmal en 1884.
En 1879, el escritor y arqueólogo Edward Herbert Thompson, escribió un artículo titulado: «Atlantis Not a Myth» en la revista “Popular Science Monthly”, proponiendo que la antigua civilización Maya de Yucatán fue parte del continente perdido de la Atlántida.
Este artículo llamó la atención de Stephen Salisbury Jr., Vicepresidente de la American Antiquarian Society quien lo eligió como investigador científico de las culturas antiguas de Yucatán y más tarde fue nombrado cónsul de los Estados Unidos en Yucatán y Campeche.
Durante 42 años Thompson estudió la civilización Maya en los sitios de Chichén Itzá, Uxmal y Palenque. Fue parte de las expedición del Peabody Museum a Uxmal, Kabah, Sayil y Labná, 1888-91 preparando modelos en
yeso de templos mayas para la “Exposición Mundial Colombina de Chicago” de 1893.
Para el año de 1894, el antropólogo William Henry Holmes, En 1894 visitó México como curador de Antropología del Field Columbian Museum de la Universidad de Chicago (1894-1897) redactando informes de los sitios de Uxmal, Chichén Itzá, Tulum, El Meco y Cancún en la península de Yucatán, así como de Xochicalco, Mitla, Monte Albán, Cholula y las pirámides de Teotihuacán.
Como resultado de su viaje, publicó el libro: “Archaeological Studies among the Ancient Cities of Mexico” en 1895, entre otros catorce libros. En Enero de ese mismo año, visitó Uxmal y la antigua Hacienda. Entre 1909 and 1920 Holmes simultáneamente fue curador de Antropología y de la Galería de Arte del Instituto Smithsonian hasta su retiro a los 86 años.
En 1895, el arqueólogo y famoso ceramista Henry Chapman Mercer coleccionista de artesanías de las culturas pioneras de Estados Unidos. Estudió artes en la Universidad de Harvard entre 1875 y 1879, y derecho en la Universidad de Pensilvania entre 1880 y 1881.
Visitó Yucatán como parte del grupo de Espeleología “The Corwith Expedition” explorando la Zona Puuc en búsqueda de información de una cultura diferente que pudiera haber precedió a la maya en las cuevas que estudiaron. Sus observaciones las publicó en su libro: “The Hill-Caves of Yucatan” (1895).
Antr. Enrique Valdés García
Director de Turismo Cultural y Sustentable Mayaland Resorts
turismo_sustentable@mayaland.com