-Era un cincuentón, “hidalgo de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor”, que salió de su casa para hacer el bien en favor de otros; cabalgó, en sus tres primeras salidas, por La Mancha, Aragón y Cataluña  y, ya abierto los horizontes de una realidad que emerge del ingenio, la cabalgata no solo se ha extendido por España sino por todos los continentes de la tierra a lo largo de cuatro siglos-dijo con un vago entusiasmo don  José María González y Rival.

 

-“Comía una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, lentejas los viernes y algún palomino de añadidura los domingos”-remató para complacencia de sus compañeros de tertulia.

 

-Para  algunos franceses y algunos británicos El Quijote es una referencia nada más- dijo don Nacho Molina, sabedor de que la educación del muy noble caballero británico produciría alguna respuesta irónica que no degradaría el ambiente.

 

Don Nacho prosiguió:

 

-Dice Octavio Paz que  Jean Paul Sastre se inspiró en Santa Teresa para escribir su drama “El Diablo y el Buen Dios”, sin haber leído “El Camino de Perfección”. Otro tanto se puede decir del mismo Sastre y Cervantes- remató el señor Molina y Bastante.

 

– Los franceses, desde el siglo XVIII, solo se están viendo el obligo-dijo con desdén Lord Knicker, en una clásica postura suya que niega la afirmación de su interlocutor dándole la razón solo en una parte.

 

Tras un largo trago a su alto vaso de Milenario, Knicker inició su exposición:

 

-Este Caballero de la Triste Figura fue precursor de las ideas que brillaron en la modernidad del siglo XVIII. Así habremos de deducirlo de lo que le dijo a su fiel escudero: “La libertad Sancho es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad, así como por la honra se puede y se debe aventurar la vida…” ; y precisa sobre el mismo tema: “¡Venturoso aquel a quien el cielo dio un pedazo de pan sin que le quede obligación de agradecérselo a otro que al mismo cielo!” .

 

Don José María, que se había preparado bien para este año, no estaba en disposición de quedarse en silencio.

 

-Sin embargo su discurso sobre la Edad de Oro don Quijote esclarece: “..que la virtud y la bondad imperaban en el mundo” y que en esta época “los que en ella vivían ignoraban estas dos palabras de tuyo y mío ” y eran “todas las cosas comunes”, esto antes de que llegaran “los detestables siglos”.

 

-A pesar de su carácter fundacional El Quijote de la Mancha carece de trama novelesca, sin embargo sus protagonistas, el caballero andante y su fiel escudero Sancho Panza, tienen una vida propia: antes de los dos libros de Cervantes y , como hemos visto, posterior a ellos; antes, en los misteriosos manuscritos de Cide Hamete Benengeli y posteriormente con nosotros que le somos deudores de tantas pautas de vida, incluyendo leyes y “pragmáticas”-dijo don Nacho Molina.

 

-A pesar de los legendarios descuidos del narrador, los diferentes nombres que se le dan a Teresa, la esposa de Sancho Panza, y el burro que es robado en un capítulo y en otro aparece sin que medie explicación alguna, en El Quijote de la Mancha se inaugura la artesanía narrativa moderna. Su tema central es eterno: la necesidad de convertir la ficción en realidad. Este hombre de complexión recia, seco de carnes, enjunto de rostro, gran madrugador y amigo de la caza, empeñado en transformar la realidad socorriendo en ella a los huérfanos, protegiendo a las viudas y haciendo el bien aunque en eso le vaya la vida, nos invita a lo mismo: a abandonar nuestra plácida condición de Alonsos Quijanos y cumplir con le mandato de construir el Reino de Dios en la tierra-abundó don Nacho para sorpresa de sus compañeros.

 

-Nunca como ahora hay que invitar al Quijote a entrar en nuestras vidas. Nuestra juventud vive un “tiempo detestable”, ayuna de ideales y admirando al que tiene sin reparar en como lo tiene. Hemos asistido con pasmo, y con pena, al espectáculo inusitado de un joven del Partido Verde que ha grabado su nombre en un pasaje oscuro, se le reprocha no solo haberse traicionado a sí mismo y a su partido, sino a la sociedad, participando en un pasaje que lo exhibe como una mercancía sujeta al mercado y sus equívocos- dijo don José María, para proseguir-  Pobre joven: cambió su vida y hasta su muerte, pues más tiempo estaremos muertos que vivos, ya siempre se le recordará por este dramático pasaje.

 

En medio de las delicias de la brisa, el Ron Milenario y los dedos de bacalao don Nacho evocó  la canción de El Hombre de la Mancha : “Con fe lo imposible soñar, al mal combatir sin temor, triunfar sobre el miedo invencible, en pie soportar el dolor. Amar la pureza sin par, buscar la verdad del error. Vivir con los brazos abiertos, creer en un mundo mejor”.

 

-Por el bien de nuestros gobernantes, de nuestros jóvenes y de todos nosotros, estamos obligados a celebrar al caballero de La Mancha a cuatrocientos años de que un tal Cuesta imprimió su historia- remató don José María González y Rival como preámbulo a un largo y extenuante sorbo a su largo vaso de Milenario.