El estío, severo y omnipresente, sofoca la ciudad. Kambul es diferente, ahí los árboles extendidos despiden sus aromas y sus brisas haciendo un conjunto reconciliador. No había duda alguna: en esto radicaba la presencia temprana de los asistentes y su despedida tardía. Un reloj biológico protector los inducía a esta mudanza y a mayor ingesta del delicioso Milenario que se discurría con singular pauta. En el verano el ron le imprime al cuerpo la energía que las apreturas del calor le diezman, de ahí su   pertinencia. Lord Knicker conoce de esta ruta de emancipación pues sus antepasados la observaban desde hace siglos en todas sus islas del Caribe y las Antillas. Esto le confería al noble caballero británico la autoridad suficiente para calificar al  Ron Milenario que ofrecía a sus invitados. Nadie se atrevía a dudar del nivel superior del ron, no solo por el aval autorizado del experto Knicker sino porque también era de las complacencias de don Ignacio Molina y Bastante y de José María Rodríguez y Rival.

 

_ Han caído bajo la sombra de la sospecha algunos personajes del gobierno del cambio-dijo don José María-. ¿Quién lo hubiera dicho?

 

Don Nacho Molina que se solía revelar como un declarado “patricista” precisó:

 

_ Don Patricio es un hombre de buena fe y se ha propuesto hacer un gobierno en el que no exista sospecha de autoritarismo y de ahí es que algunos mal entiendan la situación se aprovechen de al tolerancia del señor gobernador.

 

 

_ Es difícil cambiar la mentalidad de un pueblo y sobre todo la de su clase media-dijo sin desdén y como un tiro certero Lord Knicker.

 

_ ¿Entonces es éste un asunto de clases?-interrogó don José María.

 

_ Y de tradiciones-abundó el noble caballero británico-. Las clases medias de los países hispánicos viven anhelando la oportunidad del ascenso.   El motor fundamental de su vida es la consolidación de un patrimonio y de una posición. Y el ascenso más rápido se logra en el gobierno. Los humildes y desposeídos no viven obsesionados con ese salto a costa de lo que fuera. Las clases medias suelen vivir con una moral hipócrita. Creen en la eficiencia de una paradoja: la apariencia es fundamental pero, a un tiempo, es susceptible de transformarse con el dinero.  No circunscribo el delito a una clase social, solo trato de explicarme lo que no está sucediendo en Yucatán.

 

_ Pero en los últimos y más graves escándalos han aparecido los nombres de algunos empresarios prominentes- puntualizó don  José María González y Rival.

 

_ Nada nuevo hay que decir sobre los traficantes de mercaderías- contestó con desinterés el súbdito de su Majestad Británica.

 

 

_ En los dos casos que usted señala el error es imputable a don Patricio-dijo el señor González.

 

_ No lo creo-reviró don Nacho-, estamos ante una novedad histórica que nos presenta circunstancias nuevas que nos han de servir para el futuro.

 

_ Estos argumentos favorecen el retorno del PRI al gobierno-dijo Lord Knicker antes de darle un largo sorgo al vaso del Milenario de sus delicias.

 

_ Así es. Ahora va resultar que una de las ventajas del despotismo es el control que ejerce sobre la deshonestidad. Los funcionarios de un gobernante autoritario no roban por temor a las represalias del jefe- dijo don José María.

 

 

_ ¡Hasta allá habríamos de llegar!-exclamó el señor Molina y Bastante. 

 

Se extendía la tarde, trascendido el mediodía, y los asistentes a la tertulia proseguían  con su deliciosa plática que había derivado en la comida en El Quijote, tema recurrente este año en que se cumplen cuatrocientos de la primera edición de esta obra maestra de la literatura universal. El debate se centró en la verdadera definición y naturaleza de al “Olla Podrida”.

 

_ El Glosario de El Quijote de la Real Academia de la Lengua dice: “cocido que mezcla también ingredientes suculentos”-esclareció don José María.

 

_  Precisamente por eso es que originalmente se le llamaba “Olla Podería”, es decir olla de los poderosos u olla hecha con poderío, dados los ingredientes que se utilizaban en su confección- asentó don Nacho Molina , tan amigo de las historias antiguas.

 

_ Aquí está la respuesta a la situación. La “Olla Podería”, es decir , la del poder siempre ha de terminar como una “Olla Podrida”- dijo Knicker con una falsa emoción y no ocultando un acento que aludía a la cultura hispánica, negando así que la británica-la anglosajona- estuviera expuesta al mismo destino fatal.