EL SAN BENITO, LA ALAMEDA, EL PASEO DE LAS BONITAS Y SAN CRISTOBAL
El siglo XVIII se vivió una preparación para lo que sucedería en los primeros años del siglo siguiente; este siglo fue, para algunas ciudades coloniales, La Habana y Mérida incluidas, un periodo de esplendor urbano. El siglo XVIII fue el siglo en que se estableció el culto guadalupano; la Virgen de Guadalupe era, sí, una figura indígena que le daba identidad al pueblo de México y por eso su imagen llegó a ser la primera bandera de nuestro país. Este resurgimiento no pasó inadvertido en la ciudad de Mérida: en el muy antiguo barrio de San Cristóbal, el que sirvió de asiento a los indios mexicas que vinieron con Montejo para la conquista de Yucatán, se erigió un templo que se consagró a Santa María de Guadalupe y que dependía de la parroquia que se encontraba en el convento de San Francisco ubicado dentro de la Fortaleza de San Benito, en cuyos terrenos ya disminuidos se ha levantado el nuevo mercado de la ciudad. En ese siglo de transformaciones urbanas el capitán general de la Provincia don Lucas de Gálvez mandó construir en la hoy calle 65, entre 54 y 56, “La Alameda”, que era una calle amplia con sillas de piedra y embellecida con frondosos árboles que pretendían honrar el nombre que se le dio. Esta hermosa calle despojó al anterior “Paseo de Santa Ana” y sus arcos, también construido en el siglo XVIII, del sitio de honor que tenía en las preferencias de los meridanos. Eran tan concurridos los paseos dominicales por “La Alameda” que de ahí provino el primer cambio de nombre, empezándosele a llamar “El Paseo de las Bonitas”; a finales del siglo XIX la calle 65 era llamada de “Los Hidalgos” y tiempo después recibió el nombre con el que hasta hoy se le conoce al tramo referido: “Calle Ancha del Bazar”. En 1833 la antigua plazoleta de “La Alameda” se convirtió en un parque que recibió por nombre “Eulogio Rosado”. En la segunda mitad del siglo XIX existían en Yucatán dos mercados establecidos como tales: el García Rejón, ubicado en la confluencia de la 1ª. Calle de los Hidalgos y la 2a. Sur de Progreso (hoy 65 con 60), y el Bazar-Mercado que se encontraba en el antiguo “Paseo de las Bonitas” y al que se le debe el nombre de “Calle Ancha del Bazar”. Estos dos mercados eran insuficientes e incómodos y de ahí que don Manuel Romero Ancona, gobernador del estado, impulsara la construcción de un mercado “para verduras” en los terrenos de la Ciudadela de San Benito, poniéndose la primera piedra el 5 de mayo de 1880, celebrándose, de esa manera, un aniversario más de la batalla de Puebla. Conviene aclarar que desde el siglo XVII las calles comprendidas entre Mejorada y lo que posteriormente sería San Cristóbal, aun con la dificultad de la “calle del imposible”, eran elegidas por vendedores que provenían del interior del estado para realizar sus mercancías. Es decir, la zona tiene un perfil comercial desde hace siglos. El establecimiento de la Estación Central de Ferrocarriles en terrenos aledaños al área vino a ratificar su carácter comercial. Esta es una de las zonas más significativas y ricas de al ciudad y, en la actualidad, una de las más intensas.
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