Esta sesión ha sido memorable en mas de un sentido. Se celebra un día antes de que el alcalde pida licencia para contender por la gobernatura. Mauricio Vila Dosal ha sido uno de los alcaldes mas populares de los últimos tiempos. Con ese reconocimiento público deja el Ayuntamiento. A esa sesión acude después de mucho tiempo Ana Rosa Payán Cervera y recibe una calurosa bienvenida del alcalde. Sorprendieron las cálidas palabras: Ana Rosa combatió al PAN, pretendió hacerle daño. La política no tiene palabra. No menos turbadora fue la intervención de Alonso Gutiérrez Espinosa como orador huésped. Sin texto , con muy pocas dotes oratorias , se deja venir con una improvisación que resulto desafortunada, no solo en la forma , sino en el fondo: equivocaciones, omisiones, confusiones, una letanía de disparates impúdicos . El mismo señor Gutiérrez reconoció el honor que entrañaba el haber sido invitado, y en un giro desafortunado le da las gracias al Sr. Felipe Ahumada,“quien me invitó”, olvidando que fue el Cabildo quien lo distinguió.  El pasaje revela una de nuestras insuficiencias. Hay entre nosotros personajes que en el campo de la cultura logran algún éxito que les procura la adulación de un puñado de beatos. Víctimas de los aplausos empiezan a creerse lo que no son y con ese sortilegio se lanzan a hablar sin reparos, el resultado: un estruendoso ridículo. La presunción les impide ir a la biblioteca para consultar, pedir ayuda Esa fue la historia de Gutiérrez Espinosa que aseveró que Diego Rivera y Vasconcelos vinieron a Yucatán en tiempos de Alvarado, cuando fue en el gobierno de Carrillo Puerto, confundió Virreinal con Colonial e incurrió en la  omisiòn tremenda de Gabriel Ramírez Aznar , uno de los grandes pintores de la historia de Yucatán. Estos son ejemplos de lo que abundó: errores en fechas, confusiones y omisiones. Quizás , para evitar otro pasaje de estos, el Ayuntamiento debería brindarle asesoría al orador que elija. Mucho más afortunado fue el reconocimiento que don Maurio Vila hiciera de Luis Felipe Saidén Ojeda. Con palabras sinceras el alcalde le rindió un breve homenaje al personaje que nos brinda protección y con eso hace posible nuestra forma de vivir. Esto fue lo mejor de la noche , la salvó del desasosiego en que la había hundido el pintor Gutièrrez Espinosa.