SANCRISTOBAL

HISTORIA

La Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe es el eje principal de la vida del antiguo barrio, que se dice fue fundado por Montejo “El Mozo” para alojar a los indígenas procedentes del altiplano que lo ayudaron en la conquista de Yucatán. El actual templo data del Siglo XVIII.

El aspecto que presentó el centro del barrio de San Cristóbal lo llegó a describir así el Viajero John L. Stephens en sus relaciones de sus recorridos en tierras Yucatecas: “Al extremo de la Calle había una Gran Plaza, en uno de cuyos lados estaba la Iglesia con su frontispicio brillantemente iluminado; y el atrio, los escalones y la Gran Plaza, había una inmensa masa movible… La Plaza de Todos estaba en la de San Cristóbal; era un gigantesco tablado circular, a caso de mil y quinientos pies de circunferencia, capaz de contener entre cuatro mil y cinco mil personas”.

UBICACIÓN

Se encuentra en el cruzamiento entre las calles 50 y 69.

ARQUITECTURA EXTERIOR

Goza de un sobrio exterior y un interior clásico. Se dice que su construcción parece haber tenido como inspiración las Torres Catedralicias, porque la fachada luce también esbeltas Torres de remate piramidal con nichos y una ventana. La puerta principal está enmarcada y en la parte superior del arco trilobulado está la leyenda: “Esta es la casa de Dios y la puerta del cielo”. El portal está cubierto por una venera con forma de gran concha con relieves, hecha de argamasa.

ARQUITECTURA INTERIOR

El interior es de una sola nave con forma de cruz latina. El techo tiene bóvedas de las llamadas vaídas o de pañuelo, hechas con mampostería, y unos casetones que imitan las de la Catedral, las que están sostenidas por arcos que descansan sobre pilastras.

PIEZAS PRINCIPALES

El interior se encuentra ornamentado con imágenes de las apariciones de la Virgen de Guadalupe a San Juan Diego, y en el fondo se puede admirar un hermoso retablo de mampostería que ocupa todo el muro y en cuyos nichos hay varios Santos. Todo el conjunto muestra imágenes de buena talla y una elegancia peculiar.

Por: ARQ. MARCO ANTONIO FRANCO MEDINA