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“Todo se ha perdido cuando los malos sirven de ejemplo y los buenos sirven de burla” , Demócrito.

Con una profunda pena tengo que decir que esta frase ha sido el emblema de la política en general durante toda la historia.

Los bien intencionados no quieren entrarle de lleno a la política porque piensan que tarde o temprano tendrán que dejar de serlo para hacer algo que, quizás, no sea correcto. En cambio, los mal intencionados no, son muchos, son mayoría y al serlo eligen hasta al Presidente de la República, pero así es la democracia y todos somos responsabilidad de todos. No estoy hablando de partidos políticos, estoy hablando de personas, estoy hablando de políticos, estoy hablando de proyectos y de intenciones.

La mafia ha sido un tema multihablado sobre todo en la época moderna. Una de las mejores obras del cine, a mi juicio, se enfocó a narrar la vida de una familia Mafiosa en tres etapas.

A pesar de que la mafia es deplorable por lo que representa tengo que pronunciarme fascinado con la narración de su historia. Hombres armados, bien vestidos, escondidos, haciendo negocios ilícitos, con un profundo sentido de familia y pertenencia, me parece ideal para hacer, lo que finalmente se hizo en realidad, una buena historia que contar. Eso debería ser la mafia, una buena historia de cine y nada más.

A pesar de lo anterior, tengo que decir que he conocido de manera personal una nueva mafia, muy diferente a la que vi en aquellas películas, una mafia muy similar en cuanto forma y muy diferente en cuanto al fondo y la encontré en política. Un grupo de hombres y mujeres políticos, cuyas armas son la preparación y la capacidad técnica, siempre impecablemente vestidos, haciendo negociaciones que tienen como finalidad última construir una mejor ciudad, que se reúnen en secreto y casi se denominan a sí mismos como una familia, que están dispuestos a matar y morir (en un sentido literario y no literal) por cualquiera de los suyos.

En secreto, generalmente de tarde y con tazas de café en la mesa, se reúnen estos mafiosos a hacer una clase de política que nunca deja de impresionarme, pensando en las próximas elecciones, pensando en quienes protagonizaran cargos públicos y si estos son convenientes para la sociedad o no. En estas tardes de café manifiestan sus pensamientos positivos o negativos, inclusive, por los próximos candidatos de su propio partido político, demostrando así, una profunda franqueza.

No solamente estoy sorprendido porque ellos, me consta, que buscan una política de altura tienen que hacerlo con mucho sigilo, con mucha estrategia, en un ámbito donde los que quieren hacer el bien son los malos de la historia y deben ser discretos. También estoy sorprendido por los patrones de conducta que siguen, me atrevo a decir que todos están cortados con la misma tijera, sus opiniones rara vez chocan entre sí porque generalmente todos saben ya lo que se debe de hacer y cómo deben de hacerlo. Estos mafiosos son amigos y, sin embargo, se comunican poco entre ellos, yo se lo atribuyo a que no hay mucho que decir y, más bien, hay mucho que hacer.

Sin embargo, estoy convencido que esta nueva Familia política llegará muy lejos, no cometería el error de dudarlo, son demasiado listos, son demasiado buenos y son demasiado fieros para perder la batalla. Si los conozco como creo que los conozco, estoy convencido, de que serán en el futuro próximo la mejor opción política y, debo decirlo, un dolor de cabeza para los mal intencionados, se los digo con franqueza, aunque son buenos de corazón no tendrán misericordia con nadie que tenga una mala intención.

Las generales de estos mafiosos son simples, hombres y mujer serios, adictos al trabajo, en constante preparación, con una bravura poco usual, extremadamente estratégicos, soberbios y paranoicos hasta mas no poder. Después de mucho convivir en un ámbito personal con esta Familia entendí el porqué de muchas cosas, la paranoia es el seguro de vida en política, por ejemplo, una buena estrategia te permite ver el futuro, por decirlo de alguna manera, la seriedad es parte del camino que los lleva al trabajo bien hecho y yo, después de todo esto me pregunto ¿No ellos deberían estar haciendo esto de manera pública, abierta y con mayor difusión, pues es excelente la política que plantean?

Desgraciadamente para nosotros y para ellos esto no puede ser así, ya que los malos sirven de ejemplo y los buenos sirven de burla.