En la ciudad de México se constituye una sociedad con capital inglés llamada East Coast of Yucatán Colonization Company con la idea de adquirir la empresa Faustino Martínez y Cía., con todos los derechos que tenía desde 1889 y que no habían sido explotados. Así pues se les dieron 673,850 hectáreas de terrenos nacionales vírgenes en lo que luego sería el Territorio y hoy Estado de Quintana Roo. La compañía de Faustino Martínez había celebrado un convenio con la secretaría de Fomento Económico en octubre de 1889 para el deslinde, colonización y compra de terrenos baldíos en el Estado de Yucatán. Por contrato del 18 de septiembre de 1893 se le entregó a esa empresa 241,083 hectáreas. La compañía tuvo una sucursal en Progreso con el propósito de colonizar el puerto y sus alrededores. Para financiar sus actividades esta empresa contrató créditos de cuantía con el Banco de Londres y México. Finalmente los créditos no pudieron ser liquidados y la compañía quedó en manos del banco en 1904 y se convirtió en una empresa mexicana. Las actividades de esta empresa estaban orientadas a la explotación del Palo de Tinte, chicle, tabaco, vainilla, maderas para construcción y ganadería. El Palo de Tinte se exportaba a los puertos norteamericanos con barcos de la propia empresa que mantenía más 1000 empleados en Puerto Morelos, entre ellos había negros, coreanos  y yucatecos. En 1917 se declaró la caducidad del contrato de 1889. En 1923 se declaró nuevamente la vigencia de aquel contrato del siglo XIX.