El culto a la muerte aparece en todos los pueblos de la humanidad. La muerte está presente entre los mayas en una interesante plataforma a la que se la ha dado por nombre «Tzompantli» que es una voz nahua que significa «muro de calaveras». Para algunos este es un momento a «la crueldad de la guerra» sin embargo esta afirmación se hace desde la perspectiva de los valores de occidente.

Esta construcción se cree que fue levantada durante el dominio de los cocomes que trajeron guerreros mercenarios del altiplano mexicano durante el segundo periodo de la ciudad militarista. Hacia el año 1200 los habitantes de Chichén Itzá colocaron sobre la plataforma una empalizada de puntiagudas varas en las que colocaban, de cuatro en cuatro, las cabezas sangrantes de los enemigos a los que le habían dado muerte. En el relleno de esta plataforma  los arqueólogos encontraron enterradas figuras del Chac-Mool y cráneos con ofrendas.