Arqueología

Templo de los Guerreros

Esta hermosa construcción forma parte del llamado «conjunto de las mil columnas» y tiene gran semejanza con algunas construcciones toltecas, especialmente con el Tlahuizcalpantecutli de Tula, templo de armoniosas proporciones, precedido por un vestíbulo en el que hay casi cien pilastras que han sido denominadas como de Quetzalcoatl. La estructura es una de las más bellas de Chichén Itzá y se empezó a restaurar en 1925. Es piramidal con cuatro cuerpos escalonados cuyos muros rematan en tableros, tres de los cuales están decorados por guerreros, águilas y jaguares que devoran corazones humanos. El exterior de la pared está adornada con motivos en los que se mezclan elementos mayas y del altiplano mexicano en la representación de dos deidades: los primeros mascarones del dios Chaac y los segundos, de Kukulkán, saliendo de ls fauces de una serpiente emplumada. En la parte superior el templo se compone de dos grandes salas; la primera tiene una puerta dividida en tres vanos por medio de pilastras con la esfinge de Kukulkán. Una abertura en la pared comunica con la otra cámara que es vista por algunos como una especie de santuario; en su interior se ven ocho pilastras de piedra y una mesa, o altar, de losas adosadas al muro, sostenido por pequeñas estatuas en forma de guerreros.