Memo es un trabajador que se entusiasmó con la 4T. Decía: “ Este es el primer gobierno en la historia que no solo agarra para él sino da algo“. Desde luego que su entusiasmo desbordado lo conducía a defender con determinación todo lo que hacían los líderes de Morena.  Vio a la candidata de oposición, Xóchitl, como una amenaza ante el nuevo orden. Creyó vivir una era no vista antes. Pero he aquí que  la enfermedad es la compañera de viaje de la vida: una diabetes mal cuidada lo arrojó a un precipicio en que ha perdido tres dedos y vive con la amenaza de perder una pierna. Antes de este episodio tenía una fe en el IMSS al que acudió para un operación de vesícula y la solicitud de otros medicamentos. Con sus males ha cuestas sufrió el desencanto del Seguro Social que no pudo atenderlo y le recomendó recurrir a la medicina privada. Fue fácil concluir: el dinero que recibía se lo quitaban por otro lado. Las cosas llegaron al punto de que una institución que tanto lo había cobijado a él y a su familia estaba quebrada. Otra pregunta lo ha desvelado: qué fue del Seguro Popular, abortado sin ninguna consideración. Ahora el pobre Memo y su familia están dispuestos a empeñar lo que se pueda al inframundo. Sabe que nada puede suplantar a la certeza que tenía un institución en las horas inciertas.