Rolando no tiene popularidad. Hizo algo más prodigioso: se mantuvo en la sombra, no participo en ningún debate, no contesto desafíos y agravios. Esto no es normal: a los hombres les gusta expresar sus ideas y defenderlas, tomar partido. La postura del gobernador le atrajo el respeto de la población y lo alejo de los ataques normales. Los gobernantes que se sobre exponen en los medios solo convocan a la crítica. Es muy pronto para hacer una evaluación objetiva de su gobierno. Hay aparentes logros que tendrán que analizarse. Hay sombras graves. Se cuenta con el reconocimiento nacional y con el tesoro de la paz, también parece que prevaleció el viejo criterio: el desarrollo es una idea de filósofos. A los mayas hay que dejarlos vivir en paz. La imagen de Zapata Bello no es transferible. El hizo su imagen, no su gobierno ni su partido.
EL CASO DE ROLANDO ZAPATA BELLO
