Por Gonzalo Navarrete Muñoz

Waldeck nos proporciona noticias de una hermosa balada indígena que cantaban los mayas y que fue recogida por Fray Ignacio Gordillo en Maní, la población del tristemente celebre auto de fe. El vallisoletano Pedro Sánchez de Aguilar en su obra Contra Idolorum Cultores nos habla del Holpop que era un cantor principal a cuyo cuidado estaban los atabales, las flautas, trompetillas, conchas de tortugas y el teponaguaztli; pero realmente las noticias son vagas y no se ha realizado una investigación lo suficientemente profunda sobre la música prehispánica en Yucatán . Los motivos de su desaparición, y su poca influencia , parecen evidentes: los evangelizadores concebían a la música como una expresión de la fe, por lo tanto podía resultar imprescindible erradicar la música maya sustituyéndola por la europea. Es muy probable que la destrucción de códices y documentos haya significado, también, la destrucción de datos que nos llevarían a tener una idea más clara sobre la tradición musical de los mayas.

 

LA COLONIA

 

La música en la Colonia tiene, como es fácil intuir, dos capítulos: la música religiosa y la música profana. Era frecuente que en las escuelas que existían en los conventos y en los llamados “pueblos de visita”, es decir los que dependían de estos, hubiera una escuela donde también se enseñaba música, eran famosas las de Conkal, Maní y la del convento de Izamal. A finales del siglo XVI el organista principal de la catedral de Mérida era nada menos que Gaspar Antonio de Herrera, llamado en su “gentilidad” Gaspar Antonio Xiu. El canto coral religioso era sobresaliente, se cantaban “Pues Concebida”, “Alabado y Ensalzado”, “Santo Dios” y misas pontificales . Se usaban los órganos, las flautas, las chirimías, los sacabuches, las cornetas, los ministriles, los clarinetes y las trompetas. La música profana se ajustaba a la prevaleciente en la península hispánica: coplas, villancicos, endechas , canciones de cuna, etc; más allá de esto es poco lo que se puede encontrar.

 

 

 

CONFORMACIÓN DE LA CANCIÓN POPULAR YUCATECA

 

La canción popular yucateca ensayó variadas fórmulas hasta llegar a ser la que hoy conocemos y que , desde luego, a lo largo del último siglo ha vivido una evolución. A mediados del siglo XIX prevalecía el estilo de las coplas del género chico español; también se  remedaban  las romanzas italianas de la escuela de Tosti; de la música vienesa se calcaban los valses de opereta que tanto éxito tenían; de la ópera cómica francesa se tomaba algo , “La Gran Duquesa”, “L’oeil Crevé”, “Fleur de Thé”, etc., pues era muy admirada por las clases pudientes de la ciudad. Sin embargo las influencias más importantes provinieron de Cuba y de Colombia . De Cuba llegaban a Yucatán orquestas que incluían flauta, dos clarines en do, cornetín, trombón, figle, timbales y los ruidos : maracas, güiros y claves; esta influencia orquestal pronto tuvo impacto en las vaquerías y, en general, la rítmica cubana fue asimilada por nuestros compositores que le imprimieron su signo particular. Se ha aceptado en forma general que la guaracha es influencia cubana, aunque existe la discusión en el sentido de que fue lo contrario . Lo cierto es que la guaracha tiene un ritmo afro-antillano que se filtró en la canción popular yucateca. De Colombia nos llegó, a finales del siglo XIX, el bambuco y sus ritmos afines. Esta aportación fue realizada por los trovadores colombianos Juan José Rosel y León Franco, ambos radicados en Mérida.

 

CONSTRUCCIÓN Y EVOLUCIÓN INSTRUMENTAL

 

Originalmente la canción yucateca presentaba el mismo formato que la canción popular del resto del país; se dividía en dos partes: en la primera se realizaba la exposición y en la segunda , en su final, se hacía un “ritornelo” característico de la primera parte. Este esquema se consideraba A. B. A. Posteriormente se dio una evolución y la canción se hacía solo en dos partes A. B. Algunos autores llegaban a construir en tres y cuatro partes, sin embargo el formato predominante era llamado binario. En el siglo XIX el conjunto musical para las serenatas era el llamado “concierto” que constaba de dos violines, violonchelo, contrabajo, flauta y guitarra; este conjunto era el que se utilizaba, también, para los llamados “bailes de asalto”. Posteriormente se dieron los quintetos de guitarras, en algunos casos con badurrias o mandolinas; en Yucatán se dieron dos particularidades las “requintas” “para cantar las melodías ” y el celebérrimo “tololoche”, “para reforzar los bajos”; también existieron los dúos de guitarra con primera y segunda voz , cantando ésta no siempre con los clásicos tres puntos debajo de la primera; los dúos de las primeras décadas del siglo XX eran de una gran versatilidad. Tanto en los quintetos como el los dúos podían existir algunos otros sonidos como las maracas, las claves , etc; los tríos, como hoy los conocemos, con el requinto incluido, son de factura más o menos reciente.

 

 

 

UN CONSORCIO BRILLANTE

 

La canción yucateca se engendra con una alianza entre poetas y músicos y así ha vivido hasta nuestros días. Este hecho infrecuente en América Latina le da una dimensión especial a la canción yucateca: se convierte no solo en una forma de intensificar la vida sino que contribuye de manare eficaz a elevar el nivel cultural de la población. Una característica inequívoca de la canción yucateca es la existencia de un verso que vive por sí mismo.  La canción yucateca lleva a los poetas a las fábricas, a los talleres , a las oficinas, a los salones aristocráticos y a los hogares humildes y al obrar así conforma la identidad de un pueblo, según la opinión del teórico Paul Bekker . Es por eso que en Yucatán los compositores tienen un rango especial y más lo han de tener cuando estos son a un tiempo los trovadores  de sus propias canciones. La canción yucateca nace en el siglo XIX cuando impera el romanticismo y a pesar de que la poesía evolucionó en el mundo se puede notar como el romanticismo decimonónico ha tenido una fuerte presencia en la canción yucateca hasta bien entrado el siglo XX. Quizás por la época de su nacimiento o por la naturaleza del pueblo yucateco la canción popular es en esencia romántica o alude a la tierra; al amor se le puede cantar desde distintos ángulos, sin embargo en la canción yucateca el despecho, el rencor que proviene de un amor frustrado y las degradaciones de la traición se eluden o se insinúan con formas elegantes.   Se sostiene que el fundador de la canción yucateca es Cirilo Baqueiro Preve , “Chan Cil”, pues a él se le debe la concepción musical, ágil y ligera, de las letras de los poemas de José Peón Contreras y Fernando Juanes G. Gutiérrez, “Milk”; los que vinieron posteriormente siguieron los pasos de “Chan Cil”. Así pues fundamentalmente la canción yucateca solo admite tres temas: la tierra, ejemplo Mestiza de Chancil  y el Caminantedel Mayab de Antonio Mediz Bolio.

 

EL AMOR CORTÉS, EL AMOR ROMÁNTICO

 

El amor romántico, como la lógica aristotélica, es un invento humano que apareció en el siglo XII y cobró su mayor esplendor en el siglo XIX con el romanticismo. Los jóvenes, y algunos no tan jóvenes, ignoran que el mundo no es movido por los políticos, ni por los financieros, ni por los científicos- finalmente ¿Qué es la ciencia sino una notable antología de literatura fantástica?-, el mundo es regido por los poetas. Y como bien dijera Juan García Ponce la vida imita al arte y no viceversa. Así es como un grupo de poetas –los poetas provenzales- inventaron el concepto del amor romántico. Antes los hombres y las mujeres se casaban por motivos fisiológicos, económicos, políticos , religiosos sin que se exigiera la presencia del amor. El trovador, que es el que canta el amor en las cortes de los aristócratas, es un ser raro: no es caballero, no es villano- de la villa-, no es labriego, no es clérigo ni militar, es un ser anómalo que se atreve hasta enamorar a las señoras. Pero quedemos claros desde ese entonces el amor está permitido como galanteo pero no como consumación.    Justamente en el siglo XII Bernartz de Venanton escribió:

 

“Quisiera encontrarla sola

Durmiendo o fingiendo sueño,

Para robarle un tierno beso

Que nunca me atrevería a pedirle”.

 

Ocho siglos después, Ricardo López Méndez escribió un verso que musicalizó Guty Cárdenas- el Luis Miguel de aquel entonces- escribe Nunca:

“Yo sé que nunca besaré tu boca….”

Dos ejemplos adicionales: “Quisiera” y “A qué negar

En los tres casos anteriores se encontrara un verso de corte clásico: endecasílabos con las sílabas tónicas en la sexta y en la décima, fórmula usada en el soneto que se importó de Italia.

Augusto Cárdenas Pinelo tuvo una meteórica carrera artística que lo llevó a la Ciudad de México donde tuvo un éxito temprano al punto tal de que en una gira por los Estados Unidos cantó en la Casa Blanca. Su muerte prematura truncó las promesas que proclamaba su breve pero rica historia; en cambio, como suele suceder en estos casos, su nombre se convirtió en leyenda.

 

Se canta para enamorar en la forma tradicional: “Flor deAzahar”.

 

Pero los hombres somos rústicos y poco creativos y así Felipe Carrillo Puerto , que estaba por cumplir 25 años de casado con doña Isabel Palma, le dijo a la periodista Alma Reed que estaba distanciado de su mujer y que estaba solo y estimuló que un poeta Modernista hiciera La Peregrina”.

 

El amor romántico, en una sociedad de meritocracia, ha sido un estímulo para el desarrollo: el galán , al pretender lo imposible, se esfuerza y hace los méritos necesarios para la ofrenda a la amada, eso se ve en el Quijote, en Historia de un gran Amor con Jorge Negrete y Gloria Marín y en Bugambilias con Pedro Armendáriz y Dolores del Río.

 

EL ROMANTICISMO Y EL MODERNISMO

El romanticismo como corriente literaria surge de los aires de liberación del siglo XVIII que determinaron la forma de vida del siglo XIX. El romanticismo nace por razones políticas, de ahí su rompimiento con las formas clásicas de la poesía: soneto, tercetos, copla (octosílabos), las décimas, etc; el liberalismo introdujo la anarquía y el abuso de las dispensas poéticas. Los románticos no distinguían entre una paloma y un cóndor. Nosotros, en Yucatán, lo vivimos: Mediz Bolio , en su vena romántico nos llamó: “La tierra del faisán y del venado”, siendo que en maya la expresión es “Luumil Kutz, Luumil Cej”, que es como decir la tierra del pavo y del venado, pero eso de pavo no sonaba bien y era más poético lo de faisán. El romanticismo apareció en América un año antes de que apareciera en España y fue con el poema “Elvira o la Novia del Plata”. Algo similar sucedió con el Modernismo que se inaugura con José Martí – el libertador de Cuba- y su Ismaelillo años antes de que apareciera en España. Desde luego que el gran exponente fue el nicaraguense  Rubén Darío. El modernismo es más pulcro en cuanto a la versificación y no recurre al desaseo de tanta anarquía y tanta invención, por el contrario, acude a las expresiones eruditas. La canción yucateca acepta el modernismo pero no se aparta de su ideal romántico, el ejemplo claro lo tenemos en Pasión , de Luis Rosado Vega y Guty Cárdenas Pinelo…….

 

También se puede mencionar ese bellísimo poema que es “Ojos Tristes” de Alfredo Aguilar Alfaro, con música del Guty inmortal.

Desde luego que prevalen los veros cortos,  propios para el canto, con el mismo afán : cantar al amor que para serlo no debe consumarse y mucho menos domesticarse.

El ejemplo claro de este tipo de canción es Flor, con letra de Juan Antonio Pérez Bonalde y Guty Cárdenas Pinelo, que introduce un elemento cautivador: la muerte física o espiritual de la amada, que es de sugestión extraordinaria como diría Edagar Allan Poe …….

Otra exponte sería Granito de Sal de Carlos Duarte Moreno y Pepe Domínguez …….

 

Ya hemos hablado de la reaparición del endecasílabos con el bolero o con la clave o con ambos, como en “Pájaro Azul” , Manuel Díaz Massa y José Domínguez .

 

El amor , al no consumarse o domesticarse en el matrimonio, puede ser adulterino, y el adulterio es fascinante y trágico a la vez. Con un soneto extraordinario, “Inútil Fuga” Humberto Lara y Lara nos lo dice …….. Con una estructura similar se nace: “Crimen y Castigo”, de Díaz Massa y Pepe Domínguez.

De otra época y musicalizadas en la ciudad de México son “Usted” y “Bonita”, José Antonio Martínez Zorrilla.

 

EL AMOR MODERNO

 

Con Kirkegard, Kafka , López Velarde y los poetas que siguieron , el amor se cumple, yo no es condición su sola aspiración. El imposible de las mujeres y los hombres contemporáneos es de otra naturaleza, ya no está en alcanzar a la amada , sino que ahora se ha sacralizado la vida profesional- y de so ustedes han de saber mucho-el hombre ha de abandonar a su padre y a su madre para realizar su carrera, obtener más grados académicos, mejores niveles profesionales; ha de dejar a su familia y ha de renunciar al matrimonio para hacer los méritos que la sociedad exige. ¿Estamos ante la amenaza de la idea del amor? No creo. Estamos ante una nueva visión , quizás. Yo he pasado muchos días en el Instituto Nación de Ciencias Médicas y Nutrición, he contemplado por horas el espléndido oléo de don Salvador Zubirán , a punto tal que ya lo conozco hasta por detrás y puedo calcular cuántos días llevaba sin ir a la peluquería cuando le hicieron el retrato. Los jévenes médicos de Nutrición son- según mi esposa- “los God Babys”: ellos muy bien vestidos y en su mayoría galanes, ellas lindas y sonrientes como flores del Valle de Anáhuac, todos con extraordinarios promedios y haciendo brillantes estudios. ¿Y el amor? Sin embargo se vuelve, Pastor Cervera, al puro estilo desaliñado del siglo XIX,  en la Fuente, reclama , en un giro poco común en la canción yucateca, su necesidad de amor.

Y don Luis Pérez Sabido en un soneto, “Yo  queVolverás” que canta Luis Miguel , proclama seguridad del regreso, de la estabilidad del amor.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La asociación entre poetas y músicos prevalece hasta nuestros días : la talentosa Maricarmen Pérez ha musicalizado “Sencillez” de José Díaz Bolio y el muy bien logrado verso “La Jaula” de Fernando Espejo Méndez :

 

“Desde el lado exterior de mi camisa,

El amor se sosiega y se conforma

Con vivir en la jaula que la norma

De tu hospedaje inventa y organiza.

Pero camisa adentro….se transforma

La espera en esperanza, el preso en prisa,

Y una revolución se me improvisa

Deseando tocar fondo y cobrar forma.

 

¿Qué amor,que el aire vuela y hace viento?

¿Qué amor, que al agua hierve y la hace fuego?

¿Qué amor, es éste, mágico elemento,

que me enjaula de pájaros el pecho ?

 

Junto contigo amor, ¿qué es eso?

Y luego, ¿de qué manera, pues, estará hecho?”

 

Otro tanto se puede decir del poema “Yo Sé que Volverás” de Luis Pérez Sabido que ha sido musicalizado con mucho éxito por Armando Manzanero.

 

 

 

RICARDO LÓPEZ MÉNDEZ  y JOSÉ ANTONIO ZORRILLA MARTÍNEZ “MONÍS”

 

 

El vate López Méndez nace en Izamal el 7 de febrero de 1903, en su juventud perteneció al grupo literario formado por José Esquivel Pren. Muchas de sus letras fueron musicalizadas por “Guty” Cárdenas Pinelo. Se traslada a la Ciudad de México y trabaja en la legendaria XEW donde se relaciona con lo más destacado del mundo musical del México de mediados del siglo XX. López Méndez produjo letras con las formas de la copla clásica yucateca a la que ya hemos aludido : “Nunca”, “Golondrina Viajera” y “Quisiera”, las tres con música de “Guty” Cárdenas , y las tres de reconocimiento nacional. En 1941 el vate crea “Amor, Amor” con música de Gabriel Ruiz Galindo. Claro está que “Amor, Amor” resulta distinto a lo hecho en la etapa anterior de López Méndez; los versos se apartan de la copla y logran una espléndida musicalidad por sí mismos, espontánea y deliciosa, siendo que en su contenido se encuentran vinculados a la tradición yucateca; son una acabada muestra de evolución que ya se había insinuado en la canción yucateca pero cuya influencia no acaba de verse en las generaciones posteriores. López Méndez es autor de  letras para Gonzalo Curiel, Esparza Otero y otros; su poema más conocido es sin duda “El Credo”. El vate López Méndez enriqueció la historia de la canción yucateca y al hacerlo enriqueció la historia de Yucatán y de México.  “Monís” nació en Mérida el 22 de agosto de 1915 y muy joven se trasladó ala Ciudad de México , aunque antes ya había entrado en contacto con la canción yucateca. Lo más importante de su obra se da en la capital  . Dentro del estilo de “Amor, Amor” del vate López Méndez José Antonio Zorrilla escribe dos canciones de gran éxito: “Bonita” en 1948 , musicalizada por Luis Alcaraz y “Usted”en 1951 con música de Gabriel Ruiz Galindo. Ambas pertenecen a un estilo que a mediados del siglo XX era muy atractivo y lo sigue siendo . “Monís” no tiene la aureola legendaria del vate López Méndez, ni su abundante obra, pero sus dos canciones más conocidas siguen seduciendo a las nuevas generaciones.

 

 

ARMANDO MANZANERO, LUIS DEMETRIO Y SERGIO ESQUIVEL

 

Los tres nacieron en Mérida y produjeron la parte más significativa de su obra en México; los tres se alejan de la tradición de la trova yucateca clásica aunque es fácil advertir en las letras de sus canciones una clara vinculación con algunos elementos del clasicismo yucateco; ninguno de ellos tuvo una permanente asociación con algún poeta y los tres escriben sus propias canciones. Caso especial lo constituye Armando Manzanero por el éxito internacional que ha alcanzado. Su obra  se distingue por la perfecta oralidad de la letra que de esa manera se acopla con gran armonía a la música que su talento  desgrana. Manzanero no pretende acudir a metáforas elaboradas, ni a imágenes que asombren, pero respeta estrictamente el sonido de las palabras por lo que ninguna sílaba está de más o en una situación comprometida; esto en sí es ya un acierto que cobra mayor fuerza a la hora de darles vida musical. En Sergio Esquivel se nota características semejantes que bien puede decirse que son las de la canción popular mexicana de la segunda mitad del siglo XX , aunque con derecho a ambos se les considere protagonistas destacados de la canción yucateca. Luis Demetrio Traconis muestra mayor ambición en sus letras y en consecuencia en sus composiciones, su obra no tiene las dimensiones de la de Armando Manzanero, ni su fama, pero sin lugar a dudas enriquece nuestra tradición