Por siglos fuimos una isla geográfica e histórica como bien dice Enrique Krauze. Sin embargo nuestras fuentes de ingreso siempre han estado vinculadas al exterior . Aun en los tiempos posrevolucionarios en que se creó cierto mercado interno el dinero provenía de las exportaciones de las cordelerías. Cierto, los cordeleros, con operaciones industriales y de comercio exterior complejas, traían el dinero que los obreros y empleados dejaban en el comercio. En esa época se forjaron las grandes fortunas hechas en la actividad comercial. La misma Cervecería Yucateca, que en más de un sentido forma parte importante de la historia de Yucatán, no salió del Estado, a la larga esto los llevó a la venta de la empresa. En las últimas décadas los primeros que salieron fueron los que incursionaron en el Caribe Mexicano con especial enjundia. Pero en los últimos años ha habido un avance sorprendente. Hay empresarios yucatecos que se han impuesto la tarea de conquistar mercados nacionales.
– Los hermanos Joaquín y Roger Roche Martínez desde los años cuarenta establecieron sucursales de sus negocios de sal y navieros en Veracruz y la ciudad de México. Posteriormente comprarían minas de sal por toda la República.
Don Fernando Barbachano Peón
– Don Fernando Barbachano Gómez Rul invirtió en Cozumel como parte de la expansión del negocio turístico que fundara su señor padre don Fernando Barnachano Peón.
José Trinidad Molina Castellanos
– Don José Trinidad Molina Castellanos desarrolló una impresionante empresa de recepción de cruceros en el Caribe .
Carlos «Calocho» Millet
–Carlos Millet Cámara fue pionero en el desarrollo de tiempo compartidos en CanCun. El negocio lo continúa su primo Armando Millet Molina
– Las Farmacias Canto se expandieron por todo el sur de México y Veracruz inclusive.
– En la actualidad se distinguen en el ramo hotelero, con cobertura internacional, los hermanos José y Roberto Chapur Zahoul.
Raúl Casares G Cantón
– Los hermanos Casares G. Cantón, con sus distribuidoras, se ampliaron hasta Tabasco.
Alejandro Gómory Rivas
– Los hermanos Gómory Rivas tienen presencia con la marca Dónde en todo el sureste de la República y en parte de Veracruz. También han incursionado en el mercado de Centroamérica.
Fernando Ponce
– Los hermanos Ponce García- Fernando, Alberto y José Luis– han hecho una labor notable . Herederos de la tradición emprendedora de la familia Ponce, tradición que se remonta a más de cien años, han logrado una diversificación en cuatro ramas: embotelladores de refrescos, automotriz, distribuidoras de Wolswagen y el las finanzas. En el campo de los refrescos embotellados controlan con un talento excepcional el mercado de la península de Yucatán y República Dominicana. En el área automotriz- tractocamiones y refacciones- han llegado ya a los Estados Unidos. Y sorprendentemente la Financiera Bepensa ha abierto oficinas en distintas ciudades de México. Esto es una suerte de novedad histórica. Verdad es que estas empresas contratan y estimulan al personal más calificado: no habría forma de lograr un desarrollo tan importante sin un cuerpo ejecutivo de primer nivel. Los hermanos Ponce García han creado el grupo más próspero de Yucatán.
-El grupo Navisur, a la cabeza del cual se encuentra Manuel Díaz Rubio, realizando operaciones complejas y con mucho esfuerzo ha logrado incursionar en otros puertos del país.
Emilio Díaz Castellanos
Emilio Díaz Castellanos, desarrollador inmobiliario y empresario automotriz.
-Caso notable lo es también Equipándose que dirige Alfonso Gasque Casares. Esta empresa ha abierto distribuidoras de cocinas integrales y equipos para el mercado en las ciudades más importantes de la República.
-La industria de aceites que comanda don Jacobo Xacur también tiene una presencia respetable en varias zonas del país desde hace años.
Estos son algunos ejemplos destacados pero hay otros muchos que, con más esfuerzo e imaginación que caudales, logran salir en busca de lo que carecemos: mercado. En el pasado otros lo han logrado también, como fue el caso de los hermanos Adolfo y Arturo Peniche Pérez y Campi, que fue todo un emblema en la décadas de los setenta y ochentas. Caso siempre especial será el de los fabricantes de guayaberas que desde hace décadas venden fuera del Esatdo.
No reconocemos a los empresarios, nos atraen los que sufren no los que tienen éxitos. Esta es una consecuencia de la religión católica que concebía a los santos a partir del martirio. Pero por el bien de todos tenemos que cambiar nuestra apreciación y aceptar que quien más lucha contra la pobreza es el que genera fuentes de empleo.
