El paso del tiempo le confiere valor a las cosas. Pero hay casos en no se trata de un simple tributo a una época sino que  hay una trascendencia  y quedan fuera del tiempo o para todo tiempo, unos ejemplos: la poesía de Sor Juana, los Evangelios, La Iliada y la Odisea, La Monalisa, El Guernica, la Capilla Sixtina, las pirámides de Egipto, etc. Las casas de los hermanos Macari Canán son muy representativas en la historia de la arquitectura de Mérida: la de don Juan en es exponente de la arquitectura neocolonial con algunos visos californianos; es una casa de grandes pretensiones, soberbia, hija de los tiempos revolucionarios y de la industria cordelera, aunque su dueño incursionó en la industria ganadera y en la azucarera. Ahora esta mansión está en un penoso abandono, sujeta a la destrucción sin que nadie alce la mano para detener los estragos. Más allá de las causas del desamparo el Ayuntamiento podría intervenir para el rescate de esta joya de la ciudad. La casa de don Anís quizás sea más interesante: es un manifestación estupenda del funcionalismo. Amplia, si mayor ornato, con predominio del vano sobre el macizo y articulada al medio ambiente, era una fiesta para la calle que va de San Fernando al Monumento a La Patria, justo en frente de la de su hermano Juan. Ahora la casa está en el fondo, cubierta por las propiedades que se aprecian en el frente, lo que es una lástima. Algo tendría que hacerse para recuperar ese hermoso espacio urbano que el mucho embellecería a la ciudad.