Por razones familiares estoy vinculado a los Estados Unidos de America y me siento feliz con eso. Pienso que los Estados Unidos nacieron libres: los 101 pasajeros del Mayflawer estaban huyendo de Gran Bretaña y querían fundar un nuevo mundo. Algo más rico en su historia: la famosa carta en que se les decía a un grupo de pioneros: ahí donde no haya pastor que la comunidad lo elija. Así, la voluntad de la mayoría es la voluntad de Dios. La fe es el funda de la democracia. Los Estados Unidos han creado la civilización más rica y más próspera de la historia de la humanidad. Son un imperio, claro: con todo lo que esto significa. Sus logros se fundan en sus narradores y sus poetas. Edgar Allan Poe creó al primer policía de la literatura: Charles Auguste Dupin. También influyó en Baudelaire y en todo el simbolismo francés que inspiraron a Rubén Dario que creó el Modernismo. Antonio Machado no fue ajeno al Modernismo como no lo fue la generación del 27. Al mismo tiempo apareció Walt WHITMAN quien hizo otra revolución en la poesía: introdujo el verso libre basado en los versículos bíblicos. Me gusta pensar que Sigmund Freud concibió el subconsciente a partir de la lectura de la literatura fantástica y quizás entre sus autores estuvo Poe. La lista de los autores norteamericanos es larga como inmensa ha sido su influencia en el mundo . Por eso me siento tan apenado y avergonzado por las declaraciones innecesarias y ofensivas del senador Kennedy. Estoy seguro que no es la manera de pensar de la mayoría de los norteamericanos. No puede serlo: somos el principal socio comercial de la Unión Americana. Somos aliados. Pienso en Dario: “Los Estados Unidos son potentes y grandes Cuando ellos se estremecen hay un hondo temblor Qué pasa por las vértebras enormes de Los Andes… Más la America Nuestra, que tenía poetas desde los viejos tiempos de Netzahualcoyotl… Se necesitaría ser Dios mismo para poder tenernos en tus férreas garras…” También pienso que cuando pisan parte de lo que hoy es su territorio pisan a nuestros muertos y a nuestros dioses antiguos. Evoco a la excelsa poeta norteamericana Emily Dicknson: “ Este tranquilo polvo fueron caballeros y damas“. No creo en la eterna historia de un Ariel civilizado y CALIBAN salvaje. Creo que hace tiempo dejamos de ver hacia atrás como la mujer de Lot y oímos el llamado del futuro. Quizás el único motivo para detenernos en este pasaje es que nos permite recordar que estamos unidos por la geografía, por la historia y por los problemas. Nuestras diferencias nos enriquecen y nos hacen más fuertes a los dos. Ese es el Nuevo Testamento de nuestra historia.