El reciente pasaje de solicitud de perdón a la Iglesia y a España  le da vigencia al coro de la tragedia griega. La tragedia es la historia de la hybris del héroe que se cuenta con la ayuda de un coro.  Se reclaman disculpas públicas por los hechos de la conquista y la colonia. Así, cuando se cuente la historia de la humanidad tendría que existir un coro pidiendo perdón constantemente. España podría exigir las disculpas de los romanos y de los árabes. Todos los que estuvieron en la Romania tendría derecho a satisfacciones por parte de Roma. Los que fueron parte del mundo dominado por los helenos, los que vivieron sometidos al  Imperio Otomano, los judíos dominados por los egipcios, los griegos y los romanos, etc. En nuestro caso podríamos dar un ejemplo mundial: la conquista fue posible por la colaboración de muchos de los pueblos que sufrían la dominación de los mexicas.  Los aztecas veían la guerra y la dominación con un espíritu místico, como un mandato de su dios  Huichilobos. Ofrecían el sacrificio de los vencidos y después se los comían, los tendones de Aquiles para la casta de los poderosos y el pueblo hacía su cocido con el resto del cuerpo. Jamás los españoles hubieran podido dominar a un pueblo guerrero como los aztecas sin la colaboración de otros indígenas. Quizás lo primero sería que la señora Claudia Sheinbaum Pardo, quien es descendiente de judíos ashkenazis por su padre y de judíos sefarditas por su madre, pidiera perdón a los pueblos dominados y martirizados por los aztecas. Octavio Paz dijo que la palabra que definía la vida pública de México era “centralismo”, también por eso tendría que pedir disculpas doña Claudia en nombre de los que han dominado el poder en este país. Y ya situados en este examen de consciencia la señora Sheinbaum podría pedir perdón a todas las provincias de México por habernos impuesto el símbolo de la ciudad de México como escudo nacional. Y también por el hecho de haber patrocinado el nombre de la ciudad como nombre del país, hecho infrecuente en el mundo. Posiblemente con estos actos de cumplimiento público tendríamos derecho a solicitar que se unieran otros a este coro del perdón.