Don Asís Abraham Dáguer nació en Abba El Cura, Libano. Con apenas un año sus padres, don Massad Abraham Elías y doña Salima Dáguer. Su abuela materna y tíos paternos ya habían venido a Yucatán lo que  hizo atractivo  este destino. La familia Abraham Dáguer se estableció en Mérida y el jefe de la familia  era goleador: vendía de casa en casa géneros de mercería. Problemas de salud de uno de sus hermanos menores obligó a la familia a cambiar de residencia: Halachó, en la frontera con Campeche, fue el destino. Asís  era un joven cuando inició su carrera. Este hombre cumplió una característica de todos aquellos que se distinguen la vida:  fue el héroe de su propia historia. Salió a vender por los pueblos y llegó a comer comida descompuesta. Muy joven llegó a Mérida a trabaja en el puesto de su abuela. De su padre había aprendido a ser modesto, sencillo; trabajador y honesto. El trabajo no explica el éxito vertiginoso de Don Asís, desde luego que había una competencia consigo mismo pero también una suerte de instinto que se había conformado con el reto cotidiano. El espíritu competitivo que poseía para el entonces sencillo negocio también se exhibía en su pasión por el deporte. Dejó de trabajar en el puesto de su abuela quien le da como liquidación la cartera que él mismo había engrosado. Cobrando los crédito Asis obtiene el dinero para comprar su primer puesto que llevaba por nombre El Trancazo. Por ese entonces su William le pide trabajo y don Asís le ofrece sociedad. Los hermanos Abraham Daguer trabajaron muy duro pero con gran talento. Así consiguieron su primera tienda de telas que no tenía nombre hasta que la llamaron con un nombre especial: San Francisco de Asis. William vendía telas en el interior del estado y Asis se encargaba de la tienda. San Francisco de Asís de la calle 65 con 50 es una tienda histórica en la ciudad: tuvo una convocatoria universal, lo mismo compra gente de las colonias populares que gente de clases acomodadas. Don Asís contrajo nupcias con doña Florita Mafud quien le hizo ver que tanto trabajo lo podía estar alejando de sus hijos, así tomó la decisión de ir a comer diario a su casa de la colonia México. La diversificación del grupo es notable, se advierte el coraje de los primeros días a Don Asís nunca perdió la sencillez pero con maneras muy cálidas, es fama que en sus tiendas saludaba a los cliente y les preguntaba si les habían atendido bien.