“Son y serán nicaragüenses”. Una carta pública de centenares de escritores responde al régimen de Daniel Ortega.

Los premios Nobel Mario Vargas Llosa y Orhan Pamuk, Salman Rushdie, Rosa Montero, Elena Poniatowska, Emmanuel Carrère y Paul Auster entre 500 intelectuales de todo el mundo expresaron hoy su unánime rechazo al autoritarismo en Nicaragua.



Por Daniel Gigena

Tras la insólita y recusable decisión del gobierno de Nicaragua encabezado por Daniel Ortega y su pareja, la esotérica Rosario Murillo, de despojar de su nacionalidad a más de noventa ciudadanos nicaragüenses por el “crimen” de ser opositores al régimen, entre ellos a los reconocidos escritores y académicos Gioconda Belli y Sergio Ramírez, centenares de escritores e intelectuales del mundo expresaron hoy en forma unánime su rechazo al autoritarismo y las violaciones a los derechos humanos en Nicaragua mediante una carta pública titulada “Son y serán nicaragüenses”. También exhortaron a la comunidad internacional a pronunciarse públicamente en contra de estos atropellos.

 

Hasta el momento, entre los más de quinientos firmantes aparecen los Nobel de Literatura Orhan Pamuk y Mario Vargas Llosa, los españoles Javier Cercas, Rosa Montero, Marta Sanz, Carlos Zanón y Enrique Vila-Matas, los mexicanos Juan Villoro, Margo Glantz, Elena Poniatowska, Rosa Beltrán y Guadalupe Nettel (estas dos últimas escritoras se comunicaron con su colega Claudia Piñeiro para difundir la carta entre escritores en la Argentina), el británico-estadounidense Salman Rushdie, los franceses Emmanuel Carrère y Patrick Deville, el canadiense Michael Ondaatje, los chilenos Alejandro Zambra, Nona Fernández, Rafael Gumucio y Jorge Edwards, los peruanos Alfredo Bryce Echenique, Santiago Roncagliolo y Karina Pacheco, los estadounidenses Paul Auster, Siri Hustvedt, Richard Ford y Jonathan Franzen, la boliviana Liliana Colanzi, los colombianos Héctor Abad Faciolince, Piedad Bonnett y Santiago Gamboa, los venezolanos Rodrigo Calderón Blanco y Karina Sainz Borgo, el guatemalteco Rodrigo Rey Sosa, la uruguaya Fernanda Trías y el italiano Erri de Luca.

Por la Argentina, firmaron la carta autores como Piñeiro, Guillermo Martínez, Ariana Harwicz, Dolores Reyes, Selva Almada, Martín Caparrós, Valeria Correa Fiz, Patricio Pron, Pablo Maurette, Eduardo Sacheri, Gabriela Cabezón Cámara, Samanta Schweblin, Elsa Osorio y Leila Guerriero, entre muchos otros. También figuran los nombres de los cineastas argentinos Marcelo Piñeyro y Lucrecia Martel, y del músico y activista panameño Rubén Blades.

Editores y directores de festivales de Hispanoamérica también condenaron las medidas del gobierno de Nicaragua, entre ellos Pilar Reyes, de Alfaguara; Silvia Sesé, de Anagrama, y Juan Casamayor, de Páginas de Espuma; el traductor y editor Aurelio Major; la exdirectora de Salamandra, Sigrid Kraus; la directora de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, Marisol Schultz; Valerie Miles, directora y editora de la revista Granta en español, y Pilar del Río, traductora y albacea de la obra del Premio Nobel de Literatura, José Saramago.

Ayer, Sergio Ramírez, Premio Cervantes de Literatura en 2017, le respondió a Ortega: “Nicaragua es lo que soy”, mientras que Gioconda Belli reprodujo en su cuenta de Twitter los versos del poema “Nicaragua”, donde se lee: “y te amo patria de mis sueños y mis penas / y te llevo conmigo para lavarte las manchas en secreto / susurrarte esperanzas / y prometerte curas y encantos que te salven”. Para evitar que sean apátridas, España les ofreció concederles la nacionalidad a ambos.

La corte nicaragüense que anunció la decisión el miércoles la justificó porque los 94 disidentes “ejecutaron y continúan ejecutando actos delictivos en perjuicio de la paz, la soberanía, la independencia y la autodeterminación del pueblo nicaragüense, incitando a la desestabilización del país”. Lisa y llanamente, se los consideró “traidores a la patria”. La medida se tomó seis días después de que el gobierno de Ortega liberara a 222 opositores presos, a los que también despojó de su nacionalidad y derechos políticos antes de expulsarlos a Estados Unidos. El gobierno de Ortega afronta críticas de la comunidad internacional por el creciente autoritarismo de su gobierno y pierde aliados entre las naciones de América Latina.

El Centro PEN Internacional y el Centro PEN Argentina habían repudiado ayer las medidas tomadas por el gobierno de Nicaragua y expresaron su solidaridad con los escritores. “PEN Internacional condena estas acciones represivas y exige la inmediata restitución de la ciudadanía”, remarca el comunicado compartido en redes sociales.

La carta de los escritores e intelectuales

Los abajo firmantes expresamos nuestra preocupación por las recientes acciones del gobierno de Nicaragua y nos solidarizamos con los ciudadanos nicaragüenses a los que se les ha despojado de su nacionalidad.

El 9 de febrero de 2023 el gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo, después de modificar la Constitución de Nicaragua, despojó de su nacionalidad a 222 presos políticos, incluyendo jóvenes universitarios, militantes políticos, líderes campesinos, sacerdotes y periodistas. El 15 de febrero se despojó a otros 92 nicaragüenses de su nacionalidad, entre los cuales se encuentran el escritor y premio Cervantes de literatura Sergio Ramírez y la reconocida poeta Gioconda Belli. Estos hechos violan el derecho humano fundamental a tener una nacionalidad y la prohibición a que se prive arbitrariamente de ella a cualquier ser humano, consignada en el artículo 13 de la Declaración Universal de Derechos Humanos y en el artículo 20 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.

En los últimos años al menos dieciocho universidades han sido canceladas arbitrariamente como una forma de control ante la rebelión estudiantil de 2018 que dejó 328 muertos, cerca de dos mil heridos y cientos de detenidos. El gobierno de Daniel Ortega ha cancelado también el estatus legal de más de tres mil organizaciones no gubernamentales, incluyendo aquellas que defienden los derechos humanos y de las mujeres. Veintiséis medios de comunicación han sido cerrados y más de doscientos periodistas han debido exiliarse. Por si fuera poco, desde 2018 se prohíbe la entrada a organismos internacionales de derechos humanos, incluyendo la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

Exhortamos a la comunidad internacional a que se pronuncie y asuma un papel activo en todas las acciones que puedan llevar al cese de los abusos y las violaciones a los derechos humanos cometidos por el régimen Ortega-Murillo. Exhortamos también al gobierno nicaragüense a que detenga la represión contra su pueblo.