RECORRIDO POR LAS COLONIAS DE MÉRIDA

 

A principios del siglo XX surgieron dos colonias a “las afueras de la ciudad”: Chuminopolis (La ciudad de Chumin, por don Domingo Sosa que la promovió) y San Cosme , heredera de la quinta colonial Dátil y Limón, y antecedente de la nobilísima  García Gineres. Los casos son significativos: las fronteras de Mérida eran las mismas desde los tiempos de la Colonia pero eso resultaba insuficiente y tuvo que ser  atractivo algo así como salir a vivir al campo. Des suyo las casas en ambas colonias se construían en medio de los terrenos , una concepción de la ciudad-jardín. En la García Gineres vivieron alemanes y españoles. Al paso de los años se ha convertido en una de las mejores colonias de la ciudad. Tiempo después aparecieron dos colonias: la Jesús Carranza , para empleador ferrocarrileros , y la Dolores Otero. Esta última merece una elucidación: se fraccionó la quinta de la señora Otero  , años después hubo una colonia que conectó a esta con la ciudad, Los Cocos. Hacia el oriente seguía la extensión: la hacienda Miraflores se fue convirtiendo en una colonia y ahí estaba la Esperanza, nombre en honor de la hija del político conservador Teodosio Canto. Por el poniente se fue perfilando la Inalámbrica y , desde luego, Pensiones. Sin embargo a medidos del siglo XX se dio una revolución en el urbanismo y en la arquitectura en la ciudad. Apareció el Funcionalismo con su   concepto de los espacios, la negación del “ fachadismo “ y el principio de no gastar un centavo en algo que no de calidad espacial. En cuanto a las características constructivas se externa su majestad el block. Dos fascinantes colonias son la manifestación de esa transformación:  México y  Alemán. Esta última se forjó con estructura  barrial que, con resultados cautivadores, prevalece hasta nuestros días. La Colonia México padece la falta de estructura y, en consecuencia, poco nivel humano. Martirizada con oficinas y otros establecimientos la Colonia México mantiene el encanto en sus construcciones con cierto desequilibrio entre el vano y el macizo y su integración al paisaje urbano. Lo que queda de estas colonias debe cuidarse. Algo más de veinte años después  se da una gran transformación en la ciudad : aparece la Colonia Campestre y se incorpora Chuburná. Implicó una ruptura con el Funcionalismo y el advenimiento de una arquitectura de “Disneylandia “.  Ciertamente la ciudad precipitó sus fronteras. También por esa época se pavimentó el sur y facilitó, no solo la conformación, sino el crecimiento de las colonias. Siguieron creciendo las colonias y trascendieron el periférico. Al cruzar el periférico se quebró la traza radial que tenía la ciudad.