
He recorrido la FILEY. El mundo de los libros siempre es sorprendente. A pesar de que se sabe que cada día hay menos editoriales, quizás porque se lee menos impresiones y más versiones electrónicas, no dejan de asombrar ciertas ausencias. Hasta hace un par de años venía Editorial Clio con ediciones de Vuelta y Letras Libres y los libros publicados. Tengo la impresión que el FCE expone lo que se vende en Educal aunque ofrecen el servicio de recibir pedidos. Recuerdo cuando uno se podía sentar a revisar la oferta y las obras completas de Alfonso Reyes, Octavio Paz, Margo Glantz, etc. Pero lo que más me turbó fue la ausencia de Porrúa lo que me indujo a una pregunta : puede haber un feria de la lectura sin la colección Sepan Cuántos? Asumo que Porrúa debe haberse contraído y que los títulos de Sepan Cuántos deben haberse reducido, pero aún así son imprescindibles en cualquier biblioteca. Se nota la presencia de librerías de todo tipo. La vi como una metáfora: el salón donde eran las exposiciones ahora es una inmensa food córner. He de decir que pude encontrar garbanzos de a libra: los cuatro tomos de historia de Yucatán editado por la UADY; en el stand de Anagrama encontré una espléndida biografía de Silvina Ocampo escrita por Mariana Enríquez y en el stand de una librería que se encuentra en la esquina de la 62 con 57, supongo que en la casa que fue de la maestra Toto Jiménez, y está exponiendo, un libro de Ricardo Piglia sobre Jorge Luis Borges, el contenido de este libro se puede ver en YouTube, pero soy un creyente de la impresión de la que no me puedo apartar . Posiblemente hay que reinventar una feria como la nuestra explorando fórmulas digitales para obtener los libros, aunque los entreguen más tarde. Por otro lado los eventos son muy atractivos pero no acaban de compensar. Esta feria es el evento cultural de Yucatán en donde hay temporadas de deportes y la feria de Xmatkuil.





