En el siglo XX Yucatán tuvo grades líderes políticos . Sabemos de Felipe Carrillo Puerto y el presunto cariño del pueblo por él. Aunque durante los días que lo tuvieron preso nadie, más que don Carlos R. Menéndez González, alzó la voz por el hombre al que se sacrificaría. Bartolo tuvo su cartel: se ocupó por años de la actividad política del Estado. Las estadísticas son un invento reciente que se empezaron a aplicar después de la Segunda Guerra Mundial. De ahí que no sean fáciles las comparaciones. Como no se había visto nunca en Yucatán Víctor Manuel Correa Rachó congregaba a las masas; moreno con presencia, dueño de una sensata oratoria y con vocación al martirio, Correa Rachó  tomó talla en la historia de México. Se retiró a la vida privada y no ejerció más su liderazgo.  Cervera Pacheco fue un líder arrollador, tanto que sacó al PAN de la alcaldía de Mérida en 1970. No era carismático pero era de una eficiencia extraordinaria, única. Estamos ante el típico “príncipe político”, dotado de una gran sensibilidad y comprensión ante lo imperfecto e inacabado de la naturaleza humana.  Algunas de sus batallas son conmovedoras. Salía al encuentro de la gente, con valor y ánimo de servicio. Esto le valía el cariño y el respeto de todos los sectores de la sociedad. Desde el punto de vista estadístico Patrón Laviada lo supera, al menos por tres motivos: se aplicaban ya estadísticas sistemáticas; estamos ante un líder carismático y logró como pocos el prestigio de la víctima, que también acompañó a Cervera Pacheco en sus enfrentamientos con Torres Mesías y Loret de Mola. Patricio Patrón Laviada tiene los mejores números en cuanto a popularidad y en cuanto a buen gobierno, baste un dato: ha sido el único gobierno en décadas que redujo el número de los pobres. Pero ahora nos sorprende Mauricio Vila Dosal con una popularidad que lo acerca a estos dos gigantes. Mauricio no tiene prestigio de víctima ni carrera de líder, pero goza de una inmensa popularidad que lo coloca en el sitio de los elegidos.  Todos los alcaldes panistas en su momento , y posteriormente, han gozado de gran popularidad: Ana Rosa Payán, Luis Correa, Xavier Abreu, Manuel Fuentes , César Bojórquez y , desde luego, Renán Barrera Concha , que tiene un sólido capital político. Parece ser que en el PRI no hay candidato alguno que pueda hacerle frente a Mauricio Vila, que por lo demás tiene una buena relación con el gobernador Rolando Zapata Bello. Los nombres que suenan parecen figuras muy pequeñas para enfrentar el liderazgo de que goza Vila. Hay casos de cierto patetismo, Jorge Carlos Ramírez Marín ha sido denunciado por la prensa nacional , denuncias que lo ponen como integrante de la “generación de genocidas” a la que pertenecen Duarte, Borge, Yarrington, Moreira y otros. Son aquellos que convirtieron sus estados en campos de concentración donde la gente muere de hambre y sin medicinas; también languidece  de tristeza y desesperanza. Hace unos días un gran personaje a nivel nacional me  : “Al PRI en Yucatán el único que le puede funcionar es Pablo Gamboa Milner. Esto es  la homeopatía  que le ha funcionado al PRI frente al PAN. Así eligieron a Carlos Loret de Mola frente a Correa Rachó”. El futuro es el campo de juego de la fortuna y no de la razón ni de la estadística. Veremos lo que sucede en los próximos meses. Quizás la misma popularidad de Vila se vea afectada, aunque todo habla de una solvencia que lo empuja al paso de los grandes.